La Asistente Del Villano

Evangelyn y Hadrian había vuelto a la repostería, está vez, en este día se comenzaría la preparación de los postres con el ingrediente más importante de todos, el cacao. Ambos se encargaron de dar una breve explicación del como se podía utilizar este tipo de grano y del como podría superar a cualquier dulce del imperio. Explicando que se hará de todo tipo de dulces, desde galletas con chispas de chocolate, pastel, brownie, y hasta en bebida.

Eva tenía pronosticado que mañana la pastelería tendría que abrir las puertas al ojo público. Hadrian también, que se encargará de darle más público a Evangelyn para que la capital conozcan esta maravilla y dentro de poco tiempo el imperio entero.

Mientras que las demás trabajaban en la elaboración de los postres, Evangelyn estaba alejada preparando los suyos. Hadrian de igual manera estaba ayudando, no era un experto pero su esfuerzo valía para Eva, pues demostraba que si le importaba.

— Evangelyn... Quiero enviarle algo a mi padre.— comentó él, mientras molía más granos de cacao.— le prometí que él sería el primero en saber si todo marchaba bien con mi proyecto.

— por supuesto. Serán unos de los más delicioso para que no tenga duda de que es algo grandioso.

— a pesar de que casi nunca tuve un apoyo por parte de mi familia, de mí padre sí, me ayudó a conseguir el titulo que tengo, fue difícil pero sin su ayuda no lo hubiera logrado, por eso estoy muy agradecido con él, en cambio mi madre priorizaba mucho a mi hermano por ser el mayor, ni siquiera mi padre, pero ella sí, mi madre me decía que como yo era el menor no tendría ningún oportunidad como Ricardo en ser grande en la vida. Fue por eso que decidí ser independiente a ellos, le prometí que haría algo que haría enorgullecer a ambos, Pero, me encontré la dicha de que mi asistente fue la responsable de crear algo tan maravilloso como el chocolate.

— si no me hubieras entregado esos granos de cacao, nada de esto estuviera pasando, ambos fuimos responsables de crearlo...

— más tú. Así que no me voy a quedar con todo el crédito. ¿Si?

Eva lo único que hace es reírse, Hadrian insistía en darle todo el crédito a Evangelyn. Pero, aprovechando de que nadie veía, él la besa plenamente en los labios.

Al separarse, Hadrian le comenta.

— cuando ríes de esa forma, lo único que me provoca es besarte, como ahora.

Eva le devuelve el gesto, pero dándole un beso en la mejilla. Dejando a Hadrian pasmado por ello, él no se esperaba algo tan tierno que lo dejó quieto por un momento. Evangelyn volvió a trabajar con una pequeña sonrisa en sus labios.

— trabajemos, que mañana hay una apertura que hacer.

— si...

___________ Al siguiente día.

Como era de esperarse, los postres de chocolate ya estaba en las vitrinas y en los estantes, galletas en sus cajas y para los que deseaba beber un chocolate caliente también puede pedirlo.

Para aquellas personas que aún no se sentía convencidas de los nuevos dulces, Evangelyn tuvo la idea de dejar una muestra gratis de su chocolate en el mostrador.

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Las personas que iban de paso veían la nueva inauguración de esta repostería, más que todo, las damas también veía al gran duque, no había que negar que era muy guapo que se robaba las vistas de las doncellas, aún así, él no prestaba atención a ellas sino a Eva.

— hay muchas personas...— comentó Evangelyn, un poco nerviosa.

— me encargué de traer unos conocidos, y ellos trajeron a compañía... Quiero que esté primer día sea excelente.— dijo Hadrian, que estaba feliz.

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— ¿Estás lista?— preguntó él.

— por supuesto ¿Y tú?.

— si.— Hadrian entrega la tijeras para cortar el listón y dar apertura a la tienda, pero Eva lo detiene y le toma la mano.

— hagámoslo juntos.

Hadrian asintió, y tomó la mano de Evangelyn para cortar el listón. Y una vez que lo hicieron dieron la bienvenida a las personas que se encontraban observando la inauguración para probar este nuevo dulce. Ambos sabían que este día sería inolvidable.

____________ Más tarde.

En una habitación de oficina muy amplia, hay un hombre que sobrepasaba los cuarenta años, pero su apariencia no se veía deplorable o de esa edad, al contrario, aún preservaba un cuerpo atlético, un rostro definido y fuerte, ojos ámbar oscuro, cabello azabache, con una ropa sencilla pero fina. Y ese hombre se llama Massimo.

Él terminaba de firmar los documentos restante del dia de hoy. Aquel hombre era tan dedicado a su trabajo que siempre lo terminaba antes.

Una sirvienta llega con algo en las manos.

— Con permiso. El gran duque le ha traído esto como obsequio.

Massimo miro con un gesto de gran interés, pero no comentó más nada que lo siguiente.

— gracias Nicole. ¿Y mi esposa?

— oh, ella todavía sigue en su recámara, no a querido nada y a alejado a sus sirvientas durante un par de días. Es extraño, pero supongo que se ha sentido mal. ¿Quiere que vaya a ver?

— yo me encargaré ahora.

— entonces, me retiro.

Al quedarse solo, miró la caja de regalo del gran duque.

— Hadrian... Hijo mío.— Massimo acarició la caja, pues para él, esto significa mucho viniendo de él.

Leyó primero la nota que había arriba de la caja.

“ este proyecto ha nacido y avanzado mucho gracias a una persona que se volvió especial para mí. Sin ella, esto no hubiera sido posible. Abrí un negocio en el centro de la capital, espero que algún día vayas a visitarnos. Una cosa más, pruébalo, no te arrepentirás. Se llama chocolate y será lo mejor que probaras en tu vida."

Massimo miro extrañado por la nota y piensa por unos segundos.

“según el primer ministro, Hadrian estaba desperdiciando su tiempo en algo sin sentido. Yo seguí confiando Hadrian porque es mi hijo, y aquí está el resultado. ¿Que será? Hadrian asegura que sera lo mejor que probaré en mi vida. Además que una mujer lo ayudó... Es interesante"

Abrió la caja y miró bombones pero de un color inusual. Sacó uno y lo miró con gran detalle.

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— ¿Por qué está cubierto con este color oscuro?... Nunca vi algo así.

Pero confío en las palabras de su hijo y no dudo un segundo más en comerlo. Sin imaginar que un sabor inigualable se cruzaría en su paladar, cada mordisco era un crujido por la capa de chocolate y en su interior un esponjoso del sabor del mismo.

Sus ojos color ámbar se abrieron en par y miró los bombones de la caja. Estaba tan asombrado que lo único que hizo fue reírse.

— ahora quisiera ver la cara del primer ministro por no creer en Hadrian y decir que perdía el tiempo. Estoy asombrado por esto, de hecho, no tengo palabras para expresar lo que se sintió al comer esto.

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Massimo no dudo en comer otro. De verdad estaba delicioso que no sabía si iría a comérselo todo.

Sin embargo, alguien toca la puerta e interrumpe el momento de Massimo. Era su secretario, que le traía noticias de la capital.

— ¡Emperador!... ¡Es sobre su segundo hijo, el gran duque, Hadrian!

— Frey, calmate, ¿Que es lo que pasa?

— el gran duque ha inaugurado una tienda de repostería. Y que en solo una tarde alborotó a todos los habitantes a su alrededor. Es una locura, según escuché que es por un dulce pero de un color inusual y de un sabor único...

Massimo no tenía la duda de que su hijo haría algo grande, y realmente lo estaba logrando. El emperador se levanta y afirma lo siguiente llevándose los chocolates.

— iré a ver a mi esposa.

— pero...

— tómate el día libre y ve a probar esos dulces que son inigualables.— Massimo salió por completo de la habitación y el secretario dice decepcionado.

— es que... Ya se acabó.

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Muy pronto habrá más capítulos. 💖