Ellas eran muy buenas amigas, ambas se conocieron en un set, ellas querían llegar a ser actrices de telenovelas, y ¿por qué no?, actuar en alguna película.
Pero el destino les tenía preparada una jugarreta, que nadie se esperaba. Esta historia es completamente sacada de mi imaginación, de modo que todos los personajes, pasajes y nombres, son totalmente ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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¿Cómo se llamará el programa?
Amor, perdóname por el show que te hice ayer, de verdad que no era yo.
De seguro era una que se parecía a ti.
Daniel, estoy hablando en serio.
Perdón, por mí no hay problema, pero tienes que cuidar tus actitudes.
¿Qué es eso de cuidar mis actitudes, de qué hablas?
Itatí, yo sé que estás enferma, pero no te valgas de eso para fastidiarme. Te voy a llevar con un especialista, recuerda que es por tu bien.
¿Y tú como sabes que es por mi bien?, ¿acaso ya te aburriste de mí?
Claro que no, ¿quieres desayunar aquí o bajamos?
Mejor bajamos, dijo ella, y luego añadió: ¡Qué maña la tuya de cambiarme el tema!
Es para que no estemos discutiendo, dijo Daniel sin mala intención.
¿Ahora resulta que me juzgas loca? ¿Cómo no quieres que me enoje?
Ya, amor, ten tómate tu pastilla. Ayer vino el doctor y me dijo que no dejaras de tomarte una pastilla diaria de por vida.
¿De por vida? ¿Acaso tu doctor se volvió loco?, yo no estoy enferma. Y no me pienso tomar esas pastillas, Itatí dio un manotazo y las pastillas fueron a caer al suelo.
Es por tu bien, dijo él un poco contrariado, la actitud de ella dejaba mucho que desear.
Deja de decirme a cada rato que es por mi bien. Nadie puede saber qué cosas son por mi bien, ni siquiera ese doctor.
Itatí, por favor, pon de tu parte, yo hago lo que puedo para que estés bien.
Pues haces muy poco, fijate. Eres un bueno para nada. Es más, ya quiero regresar a Monterrey.
Amor, ¿verdad que no quieres regresar?, es una broma tuya, ¿o no?
Claro que sí quiero regresar, ya me tienes harta.
Ay, amor, tú no cambias, apenas llevamos un mes, ¿segura que te quieres regresar?
Sí, es lo que quiero.
Bueno, primero vamos a comer y luego veremos.
En cuanto terminaron de desayunar, Itatí subió a su cuarto y empezó a hacer las maletas, ansiaba regresar a Monterrey, había comprendido que fue un error haberse casado con Daniel.
En realidad no lo amaba, pero seguiría casada con él porque convenía a sus intereses.
Daniel, en cambio, sí la amaba, pero no pensaba que ella fuera bipolar. Y eso era mucho más de lo que podría aguantar.
Daniel era productor de su propio programa y la ayudaría a tener el suyo. Tenía la esperanza de que teniendo su propio programa, su enfermedad podría controlarse.
Ya no quiso seguir discutiendo y ese mismo día regresaron a Monterrey.
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De seguro estabas buscando un pretexto para regresar, ni siquiera trataste de convencerme para quedarnos. Itatí se sentía decepcionada de su esposo.
Amor, tú quisiste regresar, ¿qué podía hacer yo? Cambias de parecer a cada segundo.
¿Sí, verdad?, y tú muy obediente, ¿no?
¡Ay, amor!, ¿quién te entiende?
Daniel decidió hacerse el dormido para no seguir discutiendo con Itatí, la amaba tanto que trataba de no contradecirla.
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Amor, despierta, hemos llegado a Monterrey, Noé le daba golpecitos en el hombro a Kimberly porque la veía profundamente dormida. Y no quería molestarla, pero no podían quedarse a dormir en el avión.
Habían pasado una semana de maravilla. Kimberly estaba completamente relajada, esa semana de vacaciones le había caído de maravilla.
Le sentaba a la perfección. Pero había que volver a la realidad.
El set, sus novelas, el programa que la estaba esperando. Todo eso eran signos de que había muchas cosas pendientes. Esa era la cruda realidad.
Pero Kimberly era una profesional; y pensaba regresar al día siguiente.
Noé la dejó en su casa y se fue a la suya, estaba muy cansado por el viaje que se quedó dormido en el sillón de la sala. Después de dos horas despertó porque los toquidos a la puerta eran insistentes.
Al abrir, un perro y gato entraron como ráfagas.
Disculpe vecino, pero le vengo a dejar a sus mascotas.
Gracias, ya los extrañaba.
De nada, vecino. Bueno, me voy.
El perro saltaba alredededor de él, mientras que el gato se pegaba a su pierna.
Noé los quería mucho, eran su única familia.
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Mamá, hay que preparar todo para mi boda, me ayudas?
Claro que sí, nada me daría más gusto que ver a mi hija feliz, Gudelia solo quería la felicidad de si hija, aunque había algo que no acababa de gustarle de Noé. Ella se guardaba sus pensamientos por no herir a su hija, pero nunca creyó eso de que Noé le quería dar una sorpresa acompañado de Itatí, "esos tienen algo que ver, estoy segura", pensó.
Claro, no tenía ninguna prueba de eso, Kimberly lo amaba y era feliz, eso era lo único que importaba.
"Total, Itatí ya se casó, ya no habrá problema alguno".
Tal vez estaba equivocada, tal vez no, el destino sería el encargado de poner los puntos sobre las íes.
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Bienvenida Kimberly, estos son los papeles para tu programa y el de Itatí, ustedes podrán improvisar, sin salirse de contexto, obvio está.
Se trata de hacer reír a la gente.
Aquí no viene el nombre, ¿cómo se va a llamar el programa?
Todavía no sabemos, aún falta un mes para que salga al aire, pero tú y tu amiga puedem buacar un nombre, y luego decidimos.
Gracias, don Rómulo. Será un aliciente más para mi carrera. Bueno, voy a ver a Elena.
Está bien, pero estudia bien los papeles. Y busca ese nombre.
Ella ya iba saliendo del set, cuando dijo, sí.
Llegó al set de al lado, ahí, Elena se preparaba para un programa infantil; había sido elegida por su apariencia juvenil y su carisma.
En cuanto vio a Kimberly corrió a abrazarla. ¡Kim, qué gusto me da que hayas vuelto!
Ambas se dieron un abrazo; hola, Elena, me da gusto que vayas a tener tu programa.
Cuéntame, ¿como te fue?
Fantástico, Noé es el hombre más cariñoso del mundo, me voy a casar, mira...
Kim le enseñó el anillo que le dió él.
Elena le dio un abrazo para ocultar sus emociones, a ella no acababa de gustarle ese Noé. Te felicito, ojalá y Noé te haga feliz, te lo mereces, amiga. ¿Quieres que te ayude con los preparativos?
Sí, entre las tres haremos todos los preparativos, en dos meses me caso.
¿Las tres? ¿Quiénes?
Tú, mamá, y yo.
¿E Itatí?
Ella no regresará hasta en un mes.
A bueno.
Las dos amigas siguieron con su charla, Diego, el director les dio permiso de salir a platicar. Siempre y cuando no descuidara sus papeles.
De verdad, amiga, deseo que seas muy feliz.
Gracias, ya verás que sí, Noé es todo lo que yo he soñado.
Ante esa felicidad de su amiga, Elena no tuvo más que doblar las manos, deseaba con toda su alma estar equivocada com respecto a Noé e Itatí.