Arderá Mi Alma

Tengo tanto sueño que mis parpados caen por sí solos. Pero la catarata de preguntas y exámenes que me hacen me están enloqueciendo. Preguntas tan obvias como cuál es mi sexo a otras más complejas como cuál era el motivo que me había impulsado a cometer aquella masacre eran tan repetitivas que ya sabía en qué orden preguntaría cada cosa. Sin contar la cantidad de estudios y psicólogos que me observaban. En mi mano y mi pecho colocaban cables que median mi pulso y supuse servía para saber si mentía o si volvería a convertirme en aquello que tanto temían.

Había pasado ya un tiempo que no veía a aquel extraño. Ya no se escondía detrás de esa oscura ventana. Sabía que estaba allí y sus ojos nunca me los quitaban de encima.

Esta vez ya no vestía aquel traje. Si no que tenía aquella bata que alcanzaba sus rodillas y un cubrebocas. Sus zapatos rechinaban a cada paso que se acercaba a mi silla. Era el único que había roto la distancia de seguridad que marcaba la línea en el piso. Al fin pude ver sus ojos azules como un océano en pleno verano. Su mirada penetrante era un poco tenebrosa, pero su cabello blanco denotaba como la vida avanzaba sin piedad sobre él. En su pecho se distinguía una placa negra. Dr. Gabriel. Supuse ese era su apellido... o su nombre.

_ Dime tu nombre. _Dijo sin apartar la mirada

Era extraño que no siguiera el orden de las preguntas. Pero sentía curiosidad de que haría.

_ Bien... No te aburriré con las preguntas. Así que iré al grano. Ese día no fuiste tú quien asesino a esas personas.

No entendía a donde quería llegar con esa teoría tan tonta. Era obvio que fui yo.

_ La mirada que tenías en aquel momento... tus gestos... No eran los mismos que los de ahora.

¿Qué tipo de broma es esta? La loca aquí debería ser yo. Supongo que su vista se atrofió de tanto que me observo. Pero no tengo intenciones de hablar con él.

_ LILIT CONTESTA SUS PREGUNTAS.

Ja! Y ahí estas de regreso maldito infeliz. Devuélveme mi sombra, quita este peso de mis hombros y dime donde estás

_ ¿Qué te sucede? Solo dímelo.

_ CONTESTA.

No seguiré con tus juegos. No haré nada de lo que me pidas. No recuerdo haber pedido tu ayuda ni mucho menos el porqué decidiste joderme la vida a mí.

_ Niña solo habla. Yo puedo ayudarte a salir de aquí.

Silencio. ¡No quiero que me hablen! Basta estoy cansada. Solo quiero dormir.

Cubrí mis oídos mientras me acurrucaba en la silla. El Dr. Gabriel me observaba extraño. Supuse estaba preocupado por mí.

Pero su preocupación no fue más allá de un vaso de agua de plástico que trajo y dejó sobre la mesa. Lo acercó poco a poco. No sentí su miedo pero si su curiosidad.

No negaré aquella fresca agua. Al fin y al cabo mi garganta seca me picaba demasiado. La tomé y de un sorbo acabé hasta incluso partiendo el débil vaso y mojando mi ropa. Si que estaba fría, hasta me quito algo del aliento.

El Dr. me llevó una pequeña servilleta de papel y la puso sobre mi mano. Pude sentir el frío de su palma firme y segura. Definitivamente no me temía.

_ Puedes confiar en mi... No soy como el resto... Sólo quiero entender por qué no puedo leerte...

_ NO CONTESTES

 Tú no me dirás que debo hacer...

_ Me llamo Lilit... o así me nombró.

_ CALLA

_ ¿Quién te dio ese nombre?

_ No se quien es. Solo apareció en mí mente.

_ TE ADVERTI.

_ Acaso ¿Lo viste alguna vez?

_ No, pero sé que aquí no lo encontr !!! Cof!! Cof!!

Mi garganta ¡Arde!... ¡Mi pecho duele demasiado! Sentía como si un fuego me quemase por dentro. No podía respirar. Mi boca imploraba por un poco de aire, mis uñas rasgaban la piel de mi cuello y el peso de mi espalda se había duplicado al punto de romper la silla en donde estaba.

El Dr. se asustó, pero no corrió, solo dio un paso atrás. En mi borrosa vista vi su preocupación y oí a lo lejos como pedía por los médicos. Luego... todo oscureció.

Hace tanto calor. Mi espalda se rostiza y el aire huele tan extraño. Estaba sobre un suelo de cenizas, en el aire se veía las partículas suspendidas de fuego y chispas que explotaban cerca de mí rostro. A lo lejos se podía oír gritos de personas que lloraban y gemían de dolor. Me puse de pie y solo pude hacer unos pocos pasos, la atmósfera era tan pesada. ¿Qué es este lugar? No corría viento, ni había sol. Solo una capa oscura sin estrellas que estaba sobre mi cabeza a lo alto. El olor a azufre ingresaba a mi nariz tan profundo que llegaba a saborearlo en mi boca. Mi cuerpo dolía y tambaleaba débilmente. Entre las paredes rocosas vi criaturas extrañas esconderse y corretear entre ellas mientras que otras se escondían en las sombras y me observaban con sus grandes ojos brillantes. Los sonidos que emanaban eran terroríficos tanto como este sitio. Tambaleante continué caminando hasta el precipicio que tenía en frente en busca de un escape. Pero únicamente vi la lejanía de aquel lugar. Mares de fuego cortaban las rocas y quemaban personas sin piedad. Hundidas hasta la cintura podía ver como en su desnudez su piel ardía hasta morir.

Vi las hordas de bestias que arrancaban brazos y piernas de ancianos y los devoraban aún con vida.

En las paredes noté algo que me impacto. Niños y mujeres con sus cuerpos aferrados a las rocas para no caer al abismo. Me era imposible pensar en cómo habían llegado hasta allí. Todo era tortura, dolor y sufrimiento. Sentí como mi sangre se helaba.

_ BIENVENIDA HIJA MÍA.

Esa voz de nuevo. Pero esta ya no estaba dentro de mi mente. Sentí su aliento llegar hasta mi cuello como un susurro erizandome la piel. De inmediato volteé y lo vi... Con su cuerpo gigantesco cubierto de pelo negro, sus pies tan distintos a los míos, donde sus pezuñas lo comvertían en el monstruo que era. Y su rostro... Sus tres caras me veían, una sonriente, otra triste y la tercera enojada. Todas hablaban unísono y me intimidaban. Me sentí tan vulnerable e indefensa. ¿Es aquí donde van los asesinos como yo? ¿Este es el infierno?

_ ESTE ES TU HOGAR LILIT.

Imposible sentir como mi hogar esta pesadilla. Quiero salir de aquí, correr tan lejos como sea posible.

_ TE ENCOMENDARE UNA ÚLTIMA MISIÓN EN LA QUE ME DEMOSTRARAS TU LEALTAD. TRAE LA MAYOR CANTIDAD DE DEVOTOS A ESTE LUGAR Y LO HARÉ TUYO PARA SIEMPRE.

¿Devotos? Quise preguntar a quien se refería, pero mi boca no pronuncio una sola palabra, era como si mis labios estuviese pegados. Tenía tantas dudas. ¿Porqué yo? ¿A que te refieres con devotos? ¿Y si no cumplo lo que me pides que sucederá?

Pero solo te alejaste lentamente mientras aquellas criaturas reían a tu alrededor y te seguían como un perro a su dueño.

Mis parpados pesaban demasiado y el sueño me tumbo de repente.

Para cuando desperté vi al Dr. Gabriel a mi lado sosteniendo una carpeta mientras discutía con otro doctor. Se lo veía nervioso y alterado. Estire mi mano hasta llegar a él y llamé su atención con solo un toque. Su rostro aliviado me sorprendió.

Toco mi frente y luego apretó un costado de mi cuello mientras veía su reloj. Tenía mucha sed. Le pedí agua y rápidamente me ayudó a beber de aquel vaso. Mis manos estaban tan débiles que necesitaba ayuda para todo.

_ Gracias a Dios volviste. Estuviste sin vida varios minutos. Los doctores no supieron qué hacer. Si no hubiese sido por la jefa del hospital... Ella te trajo de regreso.

No ente día nada. ¿Esta era la realidad o es un sueño? Lo de recién que rayos fue... ¿Acaso era el lugar donde iré cuando muera de verdad? ¿Cómo fue posible traerme de la muerte?

_ La jefa del hospital pocas veces acude aquí. Siempre está ocupada, pero fue tan extraño que viniese a esta sala...

Mire a mi alrededor en busca de aquella mujer. Solo estaba aquel doctor asustado de la cercanía del Dr. Gabriel conmigo. No lastimaré al único que hasta ahora me ha tratado bien. No tengo esas intenciones. Además, me servirá para salir de esta mierda. Haré lo que me pida con tal de librarme de aquí y buscarte... Sé que mi alma la tienes en alguna parte, pero iré a recuperarla al igual que recuperaré mi humanidad y mi memoria. Es muy frustrante no saber absolutamente nada de mi pasado. Así como él Dr. Gabriel me llamó... Un recipiente vacío... así es como me siento ahora mismo.

Así como este hombre desea saber de mi yo también deseo lo mismo. El motivo por el cual quiere saberlo no me interesa. Tal vez sea un juego o un desafío para el. O tal vez solo cumple con su trabajo, pero solo se que es mi puerta de salida de este lugar. Y lo usaré para buscarte y recuperar lo mio. Te devolveré esto que nunca te pedí... no seré esclava de tus caprichos...