LA PODEROSA EJECUTIVA

—Me levanto temprano porque tengo que recoger a mi primo en el aeropuerto. Me cuesta levantar a Darla, levanté a los niños temprano. Alejo está enojado porque madrugó y Valeri está feliz, no la entiendo, es la más llorona de los dos.

—Desayuna, Alejo, deja esa cara de amargado.

—¿Por qué estás feliz, Valeri? Si mamá nos levanta muy temprano, yo todavía tengo sueño.

—Bueno, yo estoy feliz porque faltan cuatro días para que papá vuelva.

Se lo escuché anoche a mamá, que en cinco días lo iba a tener aquí y hoy faltan cuatro días.

—Buenos días, niños. —Me cojo la cabeza. ¿Por qué me dejaste tomar tanto? Me duele la cabeza, Daiana.

—¿Por qué me reclamas, loca? Te dije cuando ibas por la mitad de la botella que no tomaras más, pero dijiste que al recordar a tu amor fallido valía la pena. Ahora aguanta el dolor, bruja.

—Sabes que digo idioteces cuando tomo, ¿por qué me haces caso?

Me siento en la isla de la cocina, Daiana me sirve un café y un analgésico.

—Tómate eso, te va a ayudar .

Y apúrate o vas a llegar tarde a la empresa. Los niños ya están desayunados, vestidos y Alejo está enojado.

Voy tarde por diez minutos y a mi hermoso primo y al nuevo socio no les gusta esperar. Además, llega con su perro.

—¿Qué hago con los niños, Daiana?.

—Llévalos a la empresa. Una cosa más, Darla, serás la guía de mi primito por esta semana.

—¿No lo ibas a hacer tú, Daiana?

—Tengo que estar pendiente de los niños. Recuerda esa cabecita tuya que Lupita llega la otra semana.

—Verdad, qué fastidio ser niñera de un niño de papi y mami.

—Él no es así. Nosotros fuimos criados en cuna de oro, no te lo niego, pero nos enseñaron a ser sencillos y humildes. Además, ese hombre cocina más rico que yo, se lo digo.—agarrando mi bolso, el celular y mi chaqueta— Nos vemos más tarde, chao loca.

Mis amores se van con la tía Darla. Voy a recoger a su primo al aeropuerto. Nos vemos en la empresa. Se portan bien.

—Como siempre, mamá, nosotros nos portamos muy bien con la bella dama —me lo dice mi campeón cruzado de brazos.

—Está bien, los amo. Les doy un beso a cada uno y salgo del apartamento. Bajo al estacionamiento, busco el auto y me subo para ir directo al aeropuerto. Miro de reojo el reloj, "voy tarde por veinte minutos". Que me espere el condenado de Hernán, jajaja.

—Niños, vámonos. Se nos hizo tarde, tengo una reunión en media hora en la sala de juntas. Vámonos.

—Bella dama, no trates de culparnos por tu tardanza.

—No me miren así, par de pillos. Cojan sus mochilas y nos vamos, muevan esos piececitos.

—Jajaja, la tía Darla está nerviosa, Alejo.

—Sí, mira cómo se agarra de las manos. Eso es porque vamos tarde y mamá la va a regañar.

—Niños, suban al auto, Alejo, Valeri, por favor.

—¿Por qué estás nerviosa, tía?

—No estoy nerviosa, es que me duele un poco la cabeza, nada más.

—Por bolacha, tía Darla.

—¡Qué borracha, ni qué nada, Valeri! Y no se dice bolacha, se dice borracha.

—¿Yo qué culpa tengo de que se escriba diferente?, tía Darla.

—Bueno, la idea es que la pronuncies como se escribe, Valeri.

—Pero si todavía no sabemos leer, mucho menos escribir, así que no es justo que nos regañe la tía Darla por eso.

—Dice Alejo defendiendo a su hermana, sí que se parece a Daiana en eso.

—No les regaño, les enseño para que sepan hablar bien.

Llegamos a la empresa, bajen del auto, y entro con los niños de las manos.

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—Llegué al aeropuerto media hora tarde, pero al bajar del auto veo al perro más hermoso que he visto en mi vida. Sin dudar, lo llamo Sky junior. Él me mira igual que su dueño.

—Hola Hernán, lo abrazo y saludo a Sky dándole un beso. Ese perro es un amor.

—Hola Daiana, me acerco y la abrazo dándole un beso en la mejilla.

—Hola, me alegra que estés aquí. Bienvenido, ¿tienes hambre?

—Ya desayunamos, ¿cierto Sky?

Guau, guau, me responde dando vueltas y corriendo de un lado para otro. Corre hacia donde está Daiana y se le lanza, tumbándola y lamiendo su mejilla.

—Jajajaja. Sky, estás feliz de verme, yo también lo estoy, hermoso. Ahora déjame levantar.

—Sky, vámonos ya, sube al auto.

—Subimos al auto con Daiana, ¿a dónde vamos? —le pregunto abrochando el cinturón

— Vamos a la empresa, tengo una reunión y además mis hijos me están esperando en la oficina.

—¿Quién me va a guiar esta semana con los proyectos y para visitar las obras?

—Lo iba a hacer yo, pero tengo a los niños. Lupita sale del hospital hasta la otra semana y no he podido ir a verla en estos días.

—¿Quién va a hacer mi guía?

—La ingeniera civil de la empresa. Se llevarán muy bien, tienen mucho en común.

—Espero que nos llevemos bien y podamos trabajar en un buen ambiente.

—Lo sé, Hernán, pero ella es otra socia, así que espero que se conviertan en buenos amigos.

—Con Sky todo se puede, él la conquistará.

—Jajaja, idiota, ¿vas a usar al lindo y hermoso Sky para conquistar a una de tus socias?

—Bueno, conquistar en el ambiente laboral, en el corazón sigue mi hermosa niña de ojos color miel y esa sonrisa que me derrite. Si la vuelvo a ver, no perdería el tiempo.

—Llegamos a la empresa. Bienvenido Hernán de nuevo , bajemos del auto y te presento a tu guía de una vez.

—Entramos a la recepción. Buenos días.

—Saludo y responden, las recepcionistas.

Subimos al ascensor y llegamos a las oficinas. Pregunto por Darla y su secretaria me dice que está en la oficina, que acaba de salir de una reunión.

"Vamos, Hernán", pero antes de ir a la oficina de Darla, Sky empieza a ladrar en la puerta.

Abro la puerta y el primero que entra es Sky, corriendo hacia Darla.

Ella voltea, mira a Sky sonriendo y escucho a Hernán decir:

"¿Darla?".

"¿Hernán?"...

Continuara...