Sabrina Saprano es la primogénita del Vizconde Dorca, su padre continuamente la obliga a tener citas a ciegas con posibles pretendientes los cuales terminan en desastre colmando su paciencia.
Ser echada es el propósito de Sabrina para alejarse de competir por el titulo de Vizconde con sus hermanos y hermanas.
Pero sus planes son cambiados debido a que conoce a Archey en el Purgatorio, un reformatorio para nobles.
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AL ESTAR FUERA
Sor Guadalupe recibió la visita del Vizconde Dorca Saprano, Dorca se inclinó suavemente a la dama de 92 años sentada en su escritorio.
«un placer verla Sor Guadalupe»
«lo mismo digo Vizconde Dorca, dígame, ¿Qué lo trae por aquí?»
Dorca se sentó en una silla ofrecida por Sor Guadalupe mientras respondía.
«gracias. Yo sólo quería saber como estaba Sabrina, ya ha pasado dos semanas desde que fue al Purgatorio»
«entiendo. Mis deberes me mantuvieron ocupada y sólo pude mandar a Sor Carolina a llevarle melocotones una vez por semana, sin embargo, hoy me hice un tiempo para ir a verla, ¿Acaso quisiera acompañarme?»
El Vizconde negó sacando una caja finamente adornada.
«no, sólo le pediría que por favor le entregara esto, sin decirle que soy yo por supuesto»
«entiendo, yo se lo daré»
«muchas gracias Sor Guadalupe»
«es placer»
El Vizconde se levantó colocándose su sombrero de copa.
«eso es todo, muchas gracias Sor Guadalupe, no hace falta que me acompañe a la salida, la conozco bien»
«cómo guste»
Sor Guadalupe lo vio irse sintiendo pena y mirando la caja que dejó el Vizconde.
[¿Por qué no se acerca a su hija?]
***
Fuera del convento un carruaje esperaba al Vizconde, el Vizconde subió y el cochero azotó los caballos.
Dentro el mayordomo Bruno lo acompañaba. Un fiel mayordomo.
«Vizconde, ¿Sabe como se encuentra la señorita Sabrina?»
«no pude ya que Sor Guadalupe aún no fue a verla, pero ella estará bien, tiene una terquedad que no se de donde la heredó»
«estoy seguro que de usted»
Antes de que el Vizconde pudiera contestar con algún sarcasmo empezó a toser sangre obligándose a cubrirse con un pañuelo.
El mayordomo Bruno se preocupó sosteniendo su cuerpo.
«Vizconde, ¿Se encuentra bien?, ¿Deberíamos ir con el médico?»
«cof, cof, no, cof, no..., estoy bien, más bien, ¿Cómo va el trámite de mi testamento?»
Bruno contestó luego de sentarse en su posición original.
«el abogado dijo que el documento oficial estaría sellado por el Rey en un par de días»
«ya veo, eso es tranquilizador»
***
Sabrina estaba en su habitación luego del almuerzo, hechada sobre la enorme cama jugando con Beliu.
«eres tan lindo, Beliu»
Skuik.
Mientras Archey leía un libro sentado en el sofá en silencio. Preguntó a Sabrina.
«¿Ya saber que hacer con el jefe de cocina?»
Sabrina pegó su cara contra el colchón de tan sólo pensar en Lían, en ese tiempo había contado lo que hizo a Archey.
«siempre intenta servir platos que tengan las cosas que no me gustan y no es fácil llegar a la cocina para cobrarmelas»
«pero dijiste que toda esa información era falsa»
«bueno, eso es cierto. Hice un sin fin de rumores erróneos sobre mi desde que tengo 14 años, a estas alturas, sólo mi padre sabe lo que realmente me gusta o que realmente no me gusta... Toda mi vida es una mentira»
Archey por poco y da consuelo a Sabrina, pero ella lo hizo por si misma diciendo en voz alta:
«que importa, con tal de irme lejos. Haha..., ya no puedo esperar para salir de aquí, tengo tantas cosas que quiero hacer~»
Archey no dijo nada y se mantuvo leyendo el libro que sostenía. Era la rutina de las dos semanas que estuvieron ahí, conviviendo juntos.
En ese tiempo Archey había enseñado a Sabrina toda la estructura del Purgatorio, le mostró con quienes tener cuidado porque trabajan para la Reina Viuda, debía tener especial cuidado con Lían, el jefe de cocina.
Sin embargo ya se había metido con él.
De momento Sabrina no podía hablar con la Reina Viuda, sobre todo con aquel incidente en el comedor.
Pero ya había pasado dos semanas y todos habían visto como Archey y Sabrina se habían acercado un poco, con esto, no generarían sospechas.
Archey dejó de leer su libro un momento ante la pregunta de Sabrina que seguía jugando con Beliu.
«oye Archey, ¿Qué quieres hacer cuando salgas de aquí?»
«... no lo sé, tal vez..., buscar a mi madre»
«¿Huh?, ¿Tu madre?, ¿Acaso se separó de tu padre?»
«no tengo idea»
«¿Cómo es eso posible?»
«mi padre solo me dijo que mi madre se fue cuando era un bebé, no se más»
«ya veo. ¿Tienes hermanos?»
«hum, al parecer tengo una hermana»
«¿Por qué pareces tan dudoso?»
«no se puede evitar, estoy aquí en el Purgatorio desde los 6 años»
«¡!»
Antes de que Sabrina pudiera hacer más preguntas un nuevo caballero entró ya que el otro fue mordido hasta agonizar por los roedores.
«señorita Sabrina Saprano»
«ah, si»
«tiene una visita, por favor acompañeme»
«claro»
Sabrina dio una mirada a Archey que prefirió continuar leyendo aquel libro.
«señorita»
«voy»
El caballero cerró la puerta de acero una vez más y Archey se quedó solo en aquella enorme habitación.
Beliu subió a su cabeza.
Skuik.
«¿Qué deberíamos hacer después de salir de aquí?, porque con mi padre no me pienso quedar»
Skuik, Skuik.
«¿Por qué debería preguntarle a Sabrina?, ¿Me quieres abandonar para ir con ella?»
Skuik, Skuik, Skuik-iks.
«... tienes razón, debemos empezar a buscar el propósito de la Reina Viuda, ya debe estar de mejor humor de tanto que fue a apostar»
Skuik.
***
Sabrina fue llevada a una habitación en dónde Sor Guadalupe la esperaba con una canasta de melocotones y una caja finamente adornada.
Se puso muy contenta.
«¡Sor Guadalupe!»
«querida Sabrina»
Sabrina se lanzó a abrazarla, no tan fuerte, después de todo Sor Guadalupe tenía 92 años.
«Sor Guadalupe, me da mucho gusto verla, ¿Cómo ha estado?, ¿Todo está bien en el Convento?, ¿Cómo están las hermanas?»
La Sor sonrió amable, devolviendo el abrazo de Sabrina y acariciando su cabello.
«todo esta bien querida, tal y como lo recuerdas, el Convento y las hermanas tienen buena salud»
«eso es muy bueno»
«si, en cambio yo quiero saber como estas, ¿Todo está bien?, ¿Estás comiendo bien?»
«si, me aseguro de tener mucho cuidado y comer bien sin exceder como me enseñaron en el Convento»
«es una alegría escuchar eso»
Sabrina soltó a la Sor y se sentó en la silla frente a Sor Guadalupe.
«bueno, hoy he venido a ver como estabas, veo que estas bien»
«si» [todo estaría bien si no fuera porque el jefe de cocina siempre busca la forma de vengarse de mi por haberle hecho la escena anterior]
«te traje unos obsequios»
Sabrina tomó la canasta de melocotones y la caja finamente adornada, cosa que le pareció curioso, el Convento siempre era sencillo en cuanto a sus obsequios, ¿Una coja tan lujosamente adornada?
[¿De quién es este regalo?]
no podía dejar de leer me desvele terminando la gracias