El Embrujo Del Mafioso

No sé cómo seguiré soportando está agonía y este desespero por ver esa maldita mujer, no sé qué pasa conmigo, sentir está angustia y desespero, el dolor de sentir su ausencia que no puedo, ni comer, ni dormir, ni tener tranquilidad porque escucho su voz que me llama, mi cuerpo quiere obedecerle, como un perro detrás de su amo, cuando más me resisto, más dolor siento es un dolor agonizante, que no siento paz, ni tranquilidad y por las noches llega mi tortura por ese deseo de irla a buscar, pero me niego rendirme ante ella, así que prefiero morir del dolor sentir como mil alfileres atraviesa mi cuerpo sintiendo un dolor que me hace retorcer, algo que presiona mi cuerpo. Mi amigo Héctor que es como mi hermano, le toca cuidarme y amarrarme en la cama con tal de no irla a buscar o meterme una bala en la cabeza con tal de encontrar tranquilidad.

He visitado a los mejores médicos, neurólogos, psiquiatras, cuánto médico exista, pero no hallado una cura para mi mal, siento que en cualquier momento me volveré loco, tengo ojeras, he perdido peso, me siento cansado, sin energía y poco a poco siento que mis energías se agotan, solo quiero una maldita cura y ponerle fin a este calvario.

Pero debo fingir que estoy bien y más para que mis padres no se enteren y muchos menos mis enemigos, Soy Álex Russell Manrique, hijo mayor de una de las familias más poderosa de la mafia que es mi padre Axel Russell al que todos llaman "El monarca" y mi madre Luiana Manrique juntos a mis dos hermanos somos un imperio en la mafia, pero no quiero que se enteren de mi condición. Hasta que mi Nana entra a mi habitación, llena de preocupación porque no he logrado comer nada.

Nana:¿Hijo puedo hablar contigo?

Sabes que desde que eras un bebé soy tu Nana, desde que la reina roja me contrato no me he separado de ti y eres como mi hijo. Pero estoy muy preocupada, sé que trata de hacerte el fuerte, pero cada día me preocupó más por tú estado. Yo le comenté alguien muy confiable de tu casó y llegamos a las misma conclusión ahora estoy más segura que nunca te están haciendo brujería, ha debido ser esa mujer. Por eso contacté a un viejo conocido que vendrá a primera hora mañana, él es un chamán se que él te ayudará. Los médicos no podrán curar esto.

Alex:(Esperanzado)Yo Estoy dispuesto hacer cualquier cosa con tal de que me saquen de esta agonía. No me importa quien sea mientras yo vuelva hacer la persona que era. No esto en que me estoy convirtiendo, pero si esa mujer tiene que ver le haré sentir el doble o más( sintiendo rabia).- Mientras mi Nana acaricia mi cabello porque aunque me siento desesperado, se que muy pronto se volverá peor porque de noche empeora más. Ya las marcas de mis muñecas son más evidentes.

—Nana sabes que eres mi segunda madre — apoyándome en su hombro. Mientras ella acaricia mi espalda

Después de una horrible noche llena dolor solo me queda la esperanza de que ese chaman me ayude salir de esto.

Mientras espero en la sala y observé llegar a un señor ya de edad avanzada vestido de blanco, muy sencillo con un bolso no tan grande, viene hablando con Nana.

Héctor:¿Está seguro de esto?.- Intrigado mientras se sienta y ve entrar a dicho anciano.

Álex: Creo que Nana puede que tenga razón, los médicos no han hecho nada, cada estudio que me hago sale bien. Esto es muy extraño en este caso me aferraré a cualquiera cosa con tal de ponerle fin a esto. -Recalque mirándolo mientras él palmea mi hombro hasta ver al anciano frente a mí, sentí cierto escepticismo al principio, al instante que el hombre detalla cada parte de mí.

Nana: Te presentó a Lázaro se que él nos ayudará.-(Esperanzada)

Alex: Mucho gusto esperó que me pueda ayudar, él es mi amigo Héctor.-

Héctor: Mucho gusto señor. Para darle su mano el cual el señor Lázaro responde con amabilidad, mientras el hombre me observa.

Lázaro: ¿podemos ir a un lugar más privado?.- Serio

—Ellos también pueden venir — Agrega él

Alex: Claro sígame. ¿Pero puede decirme qué pasa conmigo?- Un tanto desesperado, pero sin mostrarlo tanto total es un hombre que apenas conozco. Empezamos a subir a mi

habitación, mientras él observa todo, al entrar mi habitación hace cierto gesto que me intriga como su hubiese percibido algo.

Todos entramos mientras él observa todo saca una pulsera y empieza rezar algo que no entiendo. Pero él me hace una seña, para que me acerque a él. Mientras recita oraciones y cantos que solo él entiende, mientras yo solo observé con escepticismo e intriga.

Mientras mi Nana y mi amigo miraba expectante.

Mientras el hombre se para al frente y me mira con preocupación que me asusta.

Lázaro: Lo que me temía desde que entre y te vi te están trabajo con magia poderosa y oscura, está persona te quiere para ella, que doblegues tu espíritu, no comas, ni duerma, entre más te resista más sufrirás... Hasta que te haga que se te pare tu corazón, por eso sientes como si tuviera agujas en tu cuerpo, algo que te oprime, que no deja estar tranquilo ni de día ni de noche.-(serio)

Alex: siento que se me acelera el corazón, es la primera vez en meses que alguien entiende como siento.

—¿Puede ayudarme?, le daré lo que usted pida—

Lázaro: Estoy aquí no por tu dinero. Estoy aquí por tu Nana, le debo algo a ella, estaré contigo, haré todo lo pueda para ayudarte aliviarme, pero yo no te puedo curar. Mientras toma mi mano y la abre.

Está magia que usan contigo es muy poderosa y solo te puede liberar la persona que lanzó el hechizo o alguien que tenga una línea de sangre directa con ella, pero solo conozco a una persona que puede hacer este tipo de cosas deben encontrar a la vieja Hilda Montenegro. Para qué te liberé, yo únicamente puedo purificar tu cuerpo y tu habitación, darte a muletas que ayudar a soportar. Hasta hallar a Hilda convencerla de liberarte. Esto te dará un alivio temporal, pero más no de curará. Veo la persona que lo hizo esto es una mujer cabello negro, quiere tenerte bajo su dominio o muerto, pero aún no tomes venganza, sé lo que piensas y sabes que es porque solamente la desea a ella.

Mientras él camina en mi habitación y toma mi almohada saca algo de ella que todos quedamos sorprendidos. Empieza a poner velas y hierbas de su bolso mientras canta, para entregarme dos amuletos que son dos pulseras con cuencas negras una en mi pie izquierdo y una en mi mano del mismo lado. Mientras Héctor ordena a mis hombres de buscar a Hilda Montenegro. Lo antes posible...