Mis amigas me dijeron, no te cases si el no te ama, no lo hagas, porque solo vas a sufrir.
Hice caso omiso y hoy me estoy casando con el hombre que amo. Jamás pensé que después de unos meses de casados, encontraría a mi Esposo con la mujer... que dice amar.
Pero porqué? Si me prometió que yo siempre sería su amor
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Cap 2 "Un nuevo corazón"
2 años después. Mónica 18 años.
Era una mañana fría, Mónica se encontraba en el hospital siendo tratada en terapias intensivas, sus Padres estaban rezando porque ella se salvará, que si era voluntad de Dios que la dejara vivir todavía, Gladys quien era La madre de Mónica solo pedía que se encuentre un Donante, la desesperación que sentía la mujer al no encontrar a nadie que quisiera donar, era muy agotador y los Doctores no le daba muchas esperanzas con su hija. Mónica cada vez más tenía pocas esperanzas de vida si no encontraba un Donante pronto.
Ese día Gladys salió derrotada de la sala de su hija, quien solo dormía ahora para no gastar energía, se dirigió en la Parroquia a rezar otra ves. Está vez desde que piso la entrada se arrodilló.
Se cayó de rodillas sin fuerzas, estaba tan enojada con ella misma. Que dijo en vos alta
- Porqué no encuentro un Donador Jesucristo!, porqué nadie quiere darle una oportunidad a mi nena...
Estaba derrotada, pero había otra persona en la pequeña iglesia escuchando lo que ella estaba reprochandole a Díos. Sandra Narváez, una mujer que era alta y tenía el cabello rojizo, era conocida como la segunda mujer más importante en los Estados Unidos, tenía 2 hijos, una mujer y un varón.
Ella también se encontraba destruida en estos momentos, al escuchar la voz de Gladys la reconoció, se giró hacia ella y camino hasta donde estaba. La ayudo a levantarse
- Señora... Póngase de pie, no debería de pedir explicaciones a Nuestro Señor Jesucristo - Dijo Sandra con su voz tan dulce pero dolida, ella a pesar de que su segunda hija sufria desde los 7 años de cáncer no dejo de ser fuerte por Alma
Sandra Narváez tuvo 2 hijos, el mayor es llamado Eloah Narváez y la segunda es Alma Narváez, una niña pelinegra, felíz y astuta, se dejaba ver por todas partes en la niñez, pero un día para otro desapareció de la vista de los televidentes, se había Mudado con su mejor Amiga, Samantha Kinsgley en Suiza. Amabas niñas eran las más ricas en casi todo el mundo, los Brown era los tercero en la línea, por lo que las tres familias se conocían más o menos bien.
Gladys alzó su mirada hacia Sandra Narváez y se asustó al verla a ella parada ahí en la misma Iglesia y con los ojos rojos.
- Señora.. Nar.Narvaez, que hace usted..
- Que hago yo acá, pues no mucho, solo le pido a Díos que me dé la fuerza y voluntad para tomar una decisión.. y usted? - Pregunto Sandra, ya que había oído que los Brown estaban en Roma
- Yo.. pues, estoy en Suiza hace 10 año.. Mónica se ah enfermado del corazón.. y.. yo...
Gladys lloró, siempre fue tan propensa, no era difícil para ella lidiar con la enfermedad de su hija, ella nunca se hizo la idea de perderla, y tan solo al pensar en eso la afligía.
- Cálmate Gladys.. no te desesperes..
- Es que no tengo tiempo Sandra, mi hija se me está muriendo... Hace 10 años que está en este hospital y no puede salir, no tuvo infancia, no tuvo amigos... Yo...
Otra ves se derrumbó Gladys, a ella en verdad le dolía todo esto que estaba pasando su hija.
- Que? De que estás hablando si yo escuchaba.. - Sandra al oír esa confesión se sorprendió, siempre escucho que Mónica Brown estaba en Roma, y que estaba bien, Porqué ah hecho ese rumor si no es cierto.
- Todo es mentira, eso fue inventado por mi Padre para que mi hermana no me encontrará..
- Entonces tu Hija..
- Sí.. se está muriendo Sandra... Ya no se que hacer, no tengo el valor de pedir un Donador en el mercado Negro, porque se que matarán a un pobre inocente para salvar a mi hija - Los sentimientos de la Madre de Mónica eran muy sinceros, y amaba a toda la gente del país o pueblo
- Alma.. murió - Confesó Sandra y Gladys la miró sorprendida. - Ella ah dejado el mundo hace días, no la desconecto porque Samantha Kinsgley no lo permite, y en parte yo no tengo el valor
Esa mañana las dos mujeres se dieron alientos, pero sabían que por Alma no se podía hacer más nada, en cambio Sandra le prometió a Gladys hablar con Samantha para que le dé el permiso de donar el corazón de su hija a Mónica, Gladys por fin tenía un pequeño luz al final del túnel, salió con más ánimos de la iglesia y Sandra se quedó pensativa. Ella estuvo preparada para este momento desde hace mucho, además de que fue la decisión de su hija y por eso la respetaba y se sentía en paz de que hizo todo lo posible por su hija.
Gladys al llegar le comento lo sucedido a su Marido, Gerónimo, le confesó que Alma Narváez hija de los Narváez, también estuvo enferma desde pequeña, pero que nunca decidió tratarse por los dolores que decía sentir y por qué le habían quitado su cabello.
Le comento que Sandra prometió hablar con la señorita Kinsgley para que permitiera el transplante.
Gerónimo no entendía que tenía que ver Samantha Kinsgley con todo esto, pero su Esposa le explicó rápido. Diciéndole que las niñas habían crecido juntas, y eran como hermanas. Por lo que Sandra no quería lastimar más a la pobre Samantha haciendo todo de repente.
Paso 1 día de que Sandra y Gladys hablaron, y no hubo respuesta de la otra parte, así que Gladys se fue junto a Sandra queriendo saber que habían decidido. Pero justo en ese momento llego Samantha Kinsgley. No si antes escuchar la conversación de ellas. Fue ahí donde Samantha entró
- No tienes porqué pedirme nada tía, es tu hija y tú tienes todo el derecho de decidir - Dijo La joven, a su corta edad desprendía un aura y encantó, pero para las dos personas que estaba delante de ella, Samantha Kinsgley seguía siendo más poderosa que ellas por eso la respetaban
- Estás segura mi niña - Sandra en verdad no quería que Samantha se enojara con la decisión que tomo, La joven sonrió y le dijo
- Estoy segura, si tú deseas donar el corazón de Alma es tu decisión y yo la respetó, con su permiso
Al decir aquello, Samantha Kinsgley se perdió, Sandra estaba felíz de que Sam haya decidido eso, así que rápidamente empezaron con los análisis y por la tardecita noche, Mónica fue operada con éxito.
Sus Padres quienes la esperaban al otro lado de la pieza estaban nerviosos por saber cómo salió todo, un Dr salió y les dijo que si hija respondió con éxito al transplante, que ahora tenian que ver cómo reaccionaba ella.
Día después Mónica podía comer y reírse, sus Padres estaban más que felices por ella, pero Mónica traía algo en mente que no podía estar así sin preguntarle a sus Padres quien había Sido la donadora de ella.
A lo que después de haber insistido por varios minutos sus Padres le dijo que había Sido Alma Narváez, pero quién dió la orden fue Samantha Kinsgley.
Actualidad: Mónica 23 años
La mujer de cabello rubio, estatura promedio y ojos celestes, estaba en su hogar aburrida, no podía hacer nada. Llevaba casada con su Marido 6 Meses, en este tiempo Adler dormía en otra pieza y ella en otra. No entendía porque su Marido era tan alejado de ella, si antes jugaban y prometieron casarse y ser felices. Ahora ella no comprendía nada, será que Alder se olvidó de aquello se pregunto Mónica, luego se levantó y salió descalza afuera, estaba por llover y eso le gustaba.
- Señora se puede enfermar si sale así - Tenía millones de empleados a su disposición pero a ella no le interesaba ninguno de los que se preocupaba por ella
- Claro que no Raiza.. mejor hazme un té
- Claro que sí mi Señora.. con su permiso
Raiza era una mujer de 38 años, morena, alta y flaca, se preocupaba por Mónica como si fuera su hija, pero Mónica quería la atención de Adler Müller, su Marido. Salió afuera con un vestido blanco y con puntos negros, suelto, le gustaba sentir la lluvia en su rostro, empezó a lloviznar y Raiza vino con el te en la mano después de que su Señora se había empapado por completo.
- Mi señora!, Se enfermará - Aviso nerviosa Raiza y Mónica quien estaba felíz debajo de la lluvia le dijo
- Es lo mejor Raiza!. Poder sentir la lluvia en tu rostro, lo probaste alguna vez? - Mónica tenía la intención de sacar a Raiza con ella, así que lo mejor era persuadirla
- No mi señora como cree
- Ven aquí! Deja eso, ven!! , Vamos!! - Mónica era de buenos sentimientos, adoraba a Raiza pero no la quería encima de ella todo el día.
Raiza se quitó su zapatos y salió con miedo de resbalarse, Mónica la agarro de la mano y la hizo dar vuelta con ellos mirando hacia el cielo.
- Amo tanto hacer esto.. es lo mejor Raiza, cómo sabes no tuve oportunidad de vivir la vida de un niño normal, así que...
- Ya se mi señora, no me vengas con prohibiciones!! - Dijeron al Unisono las mujeres, el auto de Alder apareció justo después de eso y encontró a Mónica empapada, su mirada idarria tranquilidad en todo momento.
- Que hacen, Mónica.. te puedes enfermar! - Reto Adler, se quitó su chaqueta y la cubrió - Raiza que crees que haces, tu deber es cuidar de mi esposa, no acompañarla en su locura
Mónica se sentía cálida y feliz, al escuchar como la llamaba Adler
- Vamos adentró Mónica
Mónica no decía nada y solo siguió a Adler, Raiza se disculpó y luego entro en la Mansión, se cambió de ropa.
- No tienes porqué retarla así Adler - Mónica era conciente de que Adler no tenía derecho a nada practicamente, ella dejaba que Adler maneje todo por qué su Suegra le dijo que así ganaría el amor de Adler, y era por ello que estaba dando tiempo, el primero era para ver si Adler podria manejar bien la empresa familiar y el segundo era... de si Adler en realidad la amaba o es que nunca sintió nada por ella
- Te puedes enfermar.. vamos muy de seguido a visitar a tu Abuelo, y si te ve mal se preocupara y dirá que no te cuido
Por un segundo Mónica había sentido que Adler de verdad se preocupo por ella, pero se había equivocado una vez más.
- Bien.. permiso - dijo decepcionada y salió en dirección a su pieza a bañarse y cambiarse de atuendo.