Recibiendo golpes de la vida desde su niñez, Aura una joven chica que ha atravesado hasta lo indispensable por seguir adelante, podrá con una cosa más
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Capitulo 2 La oferta
Eran casi las 6 de la mañana cuando Aura ya estaba terminando de alistarse y de alistar a Miranda, estaba segura de que el señor le ofrecería un trabajo de limpieza, pues siempre había trabado de muchas cosas, así que realmente no le importaba siempre y cuando le pagaran... se escucho un toque en la puerta..
Guarda espaldas: buenos días señorita, lista? El señor la espera en media hora en su oficina, me ordeno llevarlas antes a desayunar, si le parece bien
Aura: sería perfecto, se lo agradezco mucho, Miranda vamos cariño, debemos irnos
se subieron a la camioneta, nadie decía una palabra, pararon en una cafetería y pidieron comida para el camino, ellas comían con satisfacción, pues hacia mucho que no comían algo tan delicioso, se preguntaba si de verdad sus suplicas habían sido escuchadas, pues este desconocido anciano estaba haciendo demasiado por ellas...
al llegar a la empresa noto lo lujoso que era todo desde el diseño del brillante piso, hasta las enormes lámparas que colgaban con elegancia del techo, los empleados muy bien vestidos, con finos trajes y las mujeres con la falda bien planchada, maquilladas con dedicación y una manera de expresarse que envolvía fácilmente a cualquier cliente...
cuando llegaron a la entrada de la oficina del anciano se encontró con una rubia que desprendía superioridad por todas partes...
Secretaria: señorita por favor retírese aquí no damos limosna
Aura: eh no, perdón, yo vengo a ver al señor
Secretaria: y de verdad crees que el señor habla con vagabundas como tu?
Aura: lo siento, es que yo...
Secretaria: es que nada, váyase y llévese a esta niña de aquí que no hace sino correr de un lado a otro...
Guarda espaldas: el señor está esperando a estas dos señoritas
Secretaria: que chistoso, ahora sacalas de aquí quieres?
Guarda espaldas: no estoy jugando Leticia, deja pasar a la señorita o quieres que te despidan por desobedecer al señor?
Secretaria: bien pasen
Aura entro a la oficina del señor, asombrada por la hermosa vista que podía admirar desde el gran ventanal que había detrás de su escritorio....
Anciano: buenos días señoritas, que bueno verlas
Aura: el gusto es mio señor, no sabe cuanto le agradezco que pueda usted darme trabajo, le juro que no importa si es de limpieza haré mi mejor esfuerzo
Anciano: Descuida... tu trabajo no se trata de eso, te contaré ahora ya que me gusta hablar directo con las personas, recuerdas que te hablé sobre que tengo un hijo?
Aura: si así es señor, lo recuerdo
Anciano: bueno como podrás notar yo ya estoy algo viejo, y mi hijo es mi único heredero, ya que su hermana falleció, pero es aún un poco inmaduro e irresponsable...
Aura: disculpe señor..
Anciano: Fausto, mi nombre es Fausto Petit
Aura: disculpe señor Fausto, podría explicarse mejor no estoy entendiendo
Fausto: bien te lo diré sin rodeos, quiero que te cases con mi hijo por medio de un contrato es la única exigencia que tengo para cederle todo, solo serán 3 años después de eso si no quieres seguir yo mismo haré los trámites del divorcio
Aura: señor Fausto lo siento pero yo no me estoy vendiendo, como podría hacer algo así, ni siquiera conozco a su hijo
Fausto: no me malinterpretes Aura, no quise decir eso, por supuesto que no te estás vendiendo, velo como un trabajo, te pagaré por atender a mi hijo como una esposa y te aseguro que Miranda será inscrita en la mejor escuela..
Aura: lo siento, no acepto, como dije no me estoy vendiendo, tal vez usted no lo vea de esa forma pero yo si, le agradezco el haberme tomado en cuenta para un trabajo, pero este en especial no puedo aceptarlo..
Fausto: bueno, si cambias de opinión esta es mi tarjeta personal, allí puedes comunicarte conmigo, o simplemente venir, diré la orden de dejarte pasar, solo te digo que si cambias de opinión no sea después de dos días por que me regreso a París
Aura: no cambiaré de opinión, adiós, ven Miranda
salió de esa oficina enojada, no sabía por qué siempre tenía que haber un pero para todo, en este caso lo que el señor Fausto le pedía era demasiado, no lo veía como un trabajo sino, que se veía tratada como un objeto, no sabía si hizo mal en negarse pues parecía la única forma de que Miranda tuviera una vida decente, pero no lo veia bien...
aun le quedaba algo de dinero de lo que le había dado aquel anciano, pagó otra noche en el hotel y con lo último alcanzó a comprar un pan para Miranda...
Miranda: nani?
Aura: si?
Miranda: de verdad podre ir a la escuela?
Aura: lo siento cariño, pero no pude quedarme con el empleo, por lo tanto no será posible por ahora
Miranda: que mal, de verdad que quería ir a la escuela, buenas noches
Aura: que duermas bien
Aunque lo intentaba no era capaz de conciliar el sueño, se sentó en el balcón a mirar el cielo y una que otra lagrima caían por sus mejillas, no sabía que hacer en esta situación, por momentos consideraba la oferta de Fausto, pero luego seguía pensando que era una locura.. así paso la noche desvelandose en sus pensamientos inconclusos, que atormentaban su paz mental..