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Salomé:a

Pasaron los días. Para mi mala y buena suerte ya era hora de regresar a clases, algo que quería y no quería.

Me puse mi uniforme, como todos los días, y me marché en un taxi para llegar al colegio. Al llegar lo primero que hice fue juntarme con Tamara y Trinidad.

-- La verdad no quería venir al colegio todavía, quería pasar más tiempo con mi novio-- habló Tamara mientras caminábamos por el gran pasillo del colegio-- pero también quería venir por ustedes.

-- Chicas, ustedes vayan al curso, iré a recoger unas cosas de mi casillero-- hablé para después alejarme de ellas-- Por qué no se abre esto?-- traté de abrir el casillero con mis llaves, pero no se abría-- maldita sea, no puedo abrir esto!-- golpeé el casillero.

-- No se abre por que ese es mi casillero, y yo tengo las llaves de él-- habló Matthew parado a mi lado y me alejé de él-- tu casillero es este-- señaló el casillero que estaba a lado del suyo.

-- (Hasta en eso tengo mala suerte, justo mi casillero está a lado del suyo) discúlpame, no sé donde tengo la cabeza-- abro mi casillero y siento la mirada de Matthew sobre mí.

Después de agarrar mi libro volteo para continuar caminando. Me freno y volteo a ver a Matthew.

-- Discúlpame-- hablé-- no debí hablarte así la otra noche-- Me di media vuelta y entré a mi curso.

Como siempre, me siento en mi asiento y saco mis cuadernos.

Pasaron las horas, ni siquiera estaba prestándole atención a las clases por estar mirando a Matthew. Nunca pensé terminar así, pensé que Matthew solo me gustaba, pero ahora me doy cuenta que lo que siento es algo más, amor.

Giro mi cabeza disimuladamente para ver a Matthew, y para mi maravillosa suerte, ambos nos cruzamos miradas.

-- (Tragame Tierra)-- volteo rápidamente y apoyó mi cabeza en mi mano para prestarle atención a la clase.

-- Bueno chicos, la clase terminó por hoy-- habló el profesor cuando ya me estaba poniendo digna para escuchar su aburrida clase de filosofía-- buen día chicos-- me levanto apresuradamente y guardando como loca mis cuadernos-- señorita Robinson, señor Cooper, ustedes se quedan, como castigo por llegar tarde tendrán que limpiar el curso.

-- Qué?-- pregunto-- lo que me faltaba-- susurre.

-- Como ordene profesor-- responde Matthew.

-- Cuando terminen la limpieza cierran el curso-- dejó las llaves del curso sobre su escritorio y salió del curso.

-- Solo me tardé 10 minutos en entrar a este estúpido curso y me castiga ese estúpido profesor?-- suspire y tiré un papel al suelo. Me senté en mi asiento y Matthew agarró la escoba que estaba en la esquina del grado.

-- No harás nada?-- me preguntó Matthew.

-- Disculpa?-- sonreí y negué con la cabeza-- yo, nunca he limpiado algo en mi vida, hazlo tú, ya has de estar acostumbrado, no?

-- Claro que sí. Pero a los dos nos mandaron a limpiar-- me entregó la escoba.

-- Que esperas? que yo haga con eso? Barrer?-- reí y el se cruzó de brazos-- hablas enserio?-- sonrió y agarré la escoba de mala gana-- esto no me puede estar pasando-- comencé a barrer-- Yo nací en una cuna de oro, rodeada de lujos y de muchos sirvientes. Nunca me imaginé hacer algo como esto. Yo? Salomé Robinson? Por Dios! solo falta que trabaje como sirvienta en mi propia casa-- suspire y recogí la basura.

-- Enserio siempre eres así? hablas hasta por los codos-- rió Matthew y lo miré.

-- Y tú? no harás nada? osea, cambiamos papeles? tu estas como el príncipe, y yo como Cenicienta?

-- Tienes razón-- se levantó-- te voy a ayudar-- agarró la escoba para comenzar a barrer.

Lo observé varios minutos, mientras barría, el sudor comenzó a aparecer en sus brazos, haciendo que se vea más guapo. Ay Salomé, que estás diciendo niña, por Dios!

Me quedé con los ojos bien abiertos cuando Matthew se sacó la camiseta.

-- Q-Que haces?!-- pregunté volteandome.

-- Hacer que cosa?

-- Osea, ubicate, soy una chica decente, no puedes quitarte la camiseta en mi presencia-- hablé rápidamente algo nerviosa-- en fin, no vuelvas a hacer eso, ponte la camisa.

-- Ok. Ya me la puse-- volteé y por casi me desmayo al ver que no tenía la camisa puesta. En vez de voltear recorri su cuerpo con mi mirada. Lo comía con la mirada.

-- Tu...-- se acercó a mí-- no te acerques más o no respondo-- se acercó a mí y agarró mi mano llevándola a su cuerpo-- que haces idiota?-- tartamudeé pero no hice ni un movimiento para alejar mi mano de su cuerpo.

-- Yo sé que quieres, no lo niegues-- sonrió, acercándose lentamente a mí.

-- Será mejor que me vaya-- me alejé de él y agarré mi maleta-- adiós-- cerré la puerta del curso y suspire-- por los animales, por las plantas, por mi padre y mi madre, por casi me muero-- sonreí-- podría entrar en este momento pero no puedo-- susurre-- no debo-- salí de la institución y me subí en un taxi.

Al llegar a casa me encontré con mi madre.

-- Hola mamá-- la saludé dejando un beso en su mejilla-- y papá?

-- Está en un reunión de la empresa, regresará tarde.

-- Mm, bien, iré a cambiarme para cenar-- iba a subir las escaleras pero mi madre me detiene agarrandome del brazo-- mamá?

-- Salomé, recuerda que tu eres dueña de tu vida, y que no debes hacer lo que nadie te diga.

-- Por qué me dices eso mamá?

-- Salomé, tu padre quiere que después de que te gradúes te comprometas con el hijo de uno de sus amigos multimillonarios. Discutí con el por eso, por eso no permitas que el te convenza.

-- Haber mamá! no entiendo nada...mi padre tiene preparado para mí un matrimonio arreglado?-- asintió con la cabeza-- no puede ser. Mi padre no puede hacerme esto! que se cree?

-- Salomé no le digas nada, no discutas con él. Te prometo que trataré de conversar con él, no permitiré que te cases con un hombre que no quieres, con un desconocido.

-- Mamá-- le agarré la mano-- tengo que decirte algo. Se trata de Matthew, estoy enamorada de él. Pero sé que no puedo tener ningún tipo de relación con él, sé que mi padre jamás lo permitiría. Que hago?

-- Salomé, haz lo que siempre te he dicho. Haz lo que tu corazón te diga-- la abracé.

-- Mamá, no sé que haría sin ti, eres la mejor. Gracias por siempre darme buenos consejos, y por apoyarme. Te quiero-- le di un beso en la frente y sonreí-- Iré a cambiarme, enseguida bajo-- subí hasta mi cuarto y apenas entré tiré mi maleta a la cama-- no permitiré que mi padre me comprometa con un desconocido! eso sí que no!

Al día siguiente, fui al colegio, lo más temprano que pude para que el profesor no vuelva a dejarme con Matthew para hacer la limpieza.

Al encontrarme con Tamara en la entrada del colegio, aproveché para contarle lo que pasó ayer con Matthew.

-- Es enserio?-- rió Tamara cuando terminé de contarle lo que sucedió ayer-- Matthew es todo un loquillo. Quisiera ser tú, y que el me agarre la mano para luego llevarla a su cuerpo. Uy pero el bandido es guapísimo-- sonrió y me crucé de brazos.

-- Bajale no? hablas de él como si fuera el hombre más guapo del mundo-- alcé una ceja-- no puede ser, hablando del rey de Roma, justo está atrás de ti, no para de mirarme-- susurre para que solo Tamara me escuchara.

-- Dónde está?

-- Atrás de ti, pero sé discreta...

-- Matthew, hola!-- gritó Tamara y Matthew le sonrió. Me tapé la cara e hice como si Tamara no existiera.

-- Que tipo de amiga tengo-- susurre de camino a mi curso. Al llegar a mi grado me senté en mi puesto. Varios minutos después entraron todos los demás compañeros, y Matthew. Agh!

Esta vez traté de no mirar a Matthew, lo que menos quería es verlo a la cara, todavía no puedo olvidar cuando puso mi mano en su cuerpo, es un estúpido.

-- Señorita Robinson, me puede decir cuál es el chiste?-- qué?. Salí de mis pensamientos y vi al profesor de ciencias, todos me estaban mirando, creo que no pude controlarme, y de pensar en lo que sucedió ayer me reí. Soy una estúpida, por eso me caes mal Matthew.

-- Discúlpeme profesor.

-- No vuelva a interrumpirme. Bien chicos, la clase terminó por hoy. Por cierto, tienen tarea, esta vez no será individual, harán grupo de dos, necesito que hagan una exposición de cualquier tema de ciencias, el deber lo presentarán en tres días. En este momento nombrare los grupos-- el profesor nombraba a algunos de mis compañeros, y mientras esperaba escuchar mi nombre me veía las uñas-- Por último, Salomé, trabajará con Matthew-- abrí los ojos de par en par y apoyé mis manos sobre mi banca.

-- ¡¿Qué?!-- grité.

-- Señorita Robinson, haga el favor de tomar asiento y de no volver a gritar o me veré obligado a castigarla-- volví a sentarme y me crucé de brazos.

-- (Más de 50 compañeros hay en este asqueroso curso, y justo, me toca hacer la tarea con Matthew, la vida me odia!)-- miré a Matthew sin disimular y rodé los ojos al ver una estúpida sonrisa en su rostro-- (Ojalá el estúpido de Matthew se caiga, no lo soporto, de seguro le ha de ver pagado al profesor...pues como Salomé? el es pobre! idiota)

Cuando era la hora de salida agarré mis cosas y salí del curso.

-- Cuando comenzamos a preparar la exposición Salomé?-- me preguntó Matthew de repente y volteé a verlo.

-- No me molestes, idiota-- rodé los ojos-- no pienso hacer ninguna tarea contigo-- salí del colegio.

-- La tarea cuesta muchos puntos, y es obligatoria. Si no la hacemos nos quedaremos sin notas.

-- Por qué no dejas de molestarme y te largas?

-- Mira-- se puso al frente de mí y me detuve cruzándose de brazos-- si hacemos la tarea, te prometo que después de eso no volveré a molestarte si así lo deseas.

-- Hablas enserio?

-- Muy enserio, te lo juro.

-- Bien, después de hacer la tarea no me vuelvas a molestar nunca más...Vamos a mi casa, podemos hacer la tarea allá.

-- En este momento?-- alcé una ceja.

-- Quiero terminar de hacer eso lo más rápido posible. Vamos o no?

-- Vamos-- sonrió-- pero en mi moto-- suspire.

-- No me subiré a tu moto, eres un estúpido para manejar.

-- Te prometo no manejar tan rápido.

-- Más te vale-- me subí a la moto.

-- Pensé que me pedirías ayuda-- rodé los ojos.

-- Vamos o me bajo?

-- No se enoje, señorita-- encendió la moto y minutos después llegamos a casa.

-- Deja la moto ahí, le diré a uno de mis sirvientes que la guarde-- hablé bajándome de la moto-- entremos-- abrí la puerta de mi casa y entré con Matthew-- Hola mamá-- le di un beso a mi madre cuando entré a casa.

-- Hola mi amor. Hoy llegaste más temprano...Matthew, que gusto verte!-- lo abrazó y me dejó a mí atrás. Hasta por eso me caes mal, Matthew-- que hacen? no me digan que son novios?

-- No mamá. El profesor nos envió a hacer una tarea, por eso vine con Matthew a hacerla, no hay problema verdad?

-- Claro que no, Matthew puede venir cuando quiera.

-- Mi padre?

-- Últimamente viene de madrugada, se queda hasta tarde trabajando, así que no te preocupes, el no sabrá que Matthew estuvo aquí.

-- Bien. Vamos Matthew-- entré a mi cuarto con Matthew-- puedes dejar la maleta ahí. Y puedes quitarte los zapatos. Traeré los materiales para hacer el estúpido cartel-- abrí mi caja de materiales para el colegio y saqué lo necesario y lo puse sobre mi mesa-- No tengo ni idea de lo que tengo que hacer, así que dime tú-- me senté a su lado.

-- Bueno el profesor dijo que podíamos elegir el tema que queramos de Ciencias, así que elige tu el tema y yo hago el resto.

-- No sé. Me da igual-- me acosté en la cama-- que sea algo del universo o yo que sé.

-- Bien, entonces hablaremos del universo. En el Universo hay galaxias, estrellas, planetas y muchas cosas más...

-- Haber, haber-- lo interrumpi-- te vas a poner como el maestro de ciencias-- sonreí de lado-- suficiente tengo con escuchar a ese viejo estúpido.

-- Has escuchado hablar de la Vía Láctea?

-- Vía qué? se trata algo de leche, de yogurt?

-- No-- rió-- Vía láctea es una galaxia. Al parecer tengo que explicarte muchas cosas-- alcé los hombros y miré mi cabello.

Horas después, Matthew pasaba hablándome de cosas que habían en el Universo. La verdad todo era diferente, las palabras y explicaciones que salían de la boca de Matthew se hacían interesantes, pero cuando el maestro lo explica es una tortura.

-- Mmm, ya entiendo, la verdad no sabía nada de eso. No puedo creer que las estrellas tengan nombres-- susurre-- magnífico el que le puso los nombres-- sonreí-- siempre he soñado con ver las estrellas, en un lugar muy abierto, hermoso. Bueno, que sigue?

-- Bien, primero tenemos que leer-- sacó el libro de ciencias de su maleta-- El universo▪︎▪︎▪︎

Pasaron horas, las clases de ciencias que nunca había prestado atención me estaban gustando. A parte de hacer un simple trabajo de ciencias, Matthew también me estaba enseñando muchas cosas.

De ciencias nos saltamos a cosas que han pasado en el colegio. No paraba de contarle a Matthew las travesuras que le hacía a mis profesores. Y el también me contaba las cosas que hacía de niño.

-- Recuerdo que un día con Tamara, le pegamos un chicle en el cabello a la maestra de lengua, la pobre tuvo que cortarse el cabello, pero nunca se enteró que fuimos nosotras-- reí recordando los viejos momentos escolares. Miré mi reloj y ya eran las doce de la noche-- la hora a pasado volando, y no hemos hecho nada.

-- Claro que si. Te enseñé cosas que no sabías y eso es un paso importante. Ya que sabes algunas cosas, mañana podemos comenzar a hacer el cartel, que dices?

-- Perfecto-- sonreí.

-- Bueno, es hora de irme-- agarró su maleta.

-- Quédate, ya es tarde, puedo mandar a preparar una habitación para ti-- hablé.

-- No te preocupes, regresaré a casa, mi madre me ha de estar esperando.

-- Entiendo. Te acompaño-- bajamos las escaleras y abrí la puerta grande-- entonces quedamos en que mañana comenzamos. Después de clases-- sonreí.

-- Bien, buenas noches.

Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla.

-- Buenas noches-- sonreí y cerré la puerta de mi casa.

-- Lo vi todo-- salté de un susto al escuchar la voz de mi madre.

-- Mamá! me asustaste-- sonreí-- que haces? me estás espiando?

-- No, como haría eso, solo estaba pasando por aquí, veo que te llevas muy bien con Matthew. Pensé que seguías con esa locura de enamorarlo...

-- Eso ya no haré mamá. Sabes? pensándolo bien, Matthew no me cae tan mal-- sonreí y subí corriendo a mi cuarto.

Pasaron los días, Matthew y yo pudimos hacer el cartel, e hicimos la exposición. Nuestra tarea fué la mejor.

-- Sacamos buenas notas. No pude hacerlo sin tu ayuda, gracias-- hablé en la hora de salida cuando Matthew estaba a mi lado.

-- Nada de eso, tu también pusiste de tu parte. Pero sabes que me sorprende?-- lo miré confundida-- que ya no te portes salvajemente conmigo, me tratas bien y te ríes de mis chistes. Que le ha pasado señorita Robinson?

-- Simplemente no me gusta pelear con nadie. Además después de todo no eres tan idiota y estúpido-- sonreí.

-- Entonces quiere decir que volvemos a ser amigos?

Puse mi cara pensativa y dejé un beso en la mejilla de Matthew.

-- Eso lo tengo que tomar como un sí?-- preguntó Matthew.

-- No sé, dímelo tú-- sonreí-- bueno, me tengo que ir, adiós.

-- Te llevo a tu casa-- lo miré fijamente y sonreí-- prometo no manejar a toda velocidad.

-- Entonces acepto-- me subí a la moto.

Al llegar a mi casa me bajé de la moto.

-- Gracias por traerme-- hablé apenas me bajé de la moto.

-- Cuando quieras-- sonrió.

-- Buenas noches-- volteé.

-- Salomé-- volteé y Matthew se me acercó, para dejar un cálido y suave beso en mis labios. Por Dios, todo parece un sueño, un cuento de hadas-- buenas noches-- se alejó de mí. No sabía cómo reaccionar, solo sabía que el chico que me gustaba me había besado.

Sonreí y me quedé como tonta. Volteé y corrí hacia mi casa. Al entrar a la mansión subí directamente a mi cuarto, sin si quiera saludar a mi madre.

-- No lo puedo creer-- susurre y toqué mis labios-- me besó-- volví a susurrar y miré por mi ventana. Sonreí al verlo a él viendo directamente a mi ventana-- Matthew me besó.

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