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-- Bueno señora yo...

-- Mamá, Matthew está muy ocupado y no puede...

-- Salomé, deja hablar al muchacho. Te quedas?-- preguntó Josefina mirando con una sonrisa de lado a Matthew.

-- Está Bien-- respondió Matthew.

-- Bien! pasen o se van a enfermar, hace mucho frío-- Los tres entraron a la casa-- iré a ver si ya está servida la cena-- sonrió y se retiró yendo a la cocina.

-- Porqué aceptaste cenar?-- le pegó Salomé un codazo a Matthew.

-- Ella me invitó.

-- No entiendes?! cuando ella sepa que eres el chico de la limpieza, de seguro me va a regañar, y más si se entera lo de nuestro noviazgo. Mejor vete rápidamente y yo le digo que te sentiste mal o algo así.

-- Tu ganas, mocosa, me iré-- volteó Matthew.

-- Chicos ya está la cena, pueden pasar al comedor-- Matthew volteó con una sonrisa y Salomé negó con la cabeza.

Los tres se dirigieron al comedor, y en silencio se sentaron a comer.

-- Mamá, dónde está mi padre?-- preguntó Salomé.

--El hizo un viaje de negocios, regresará en dos semanas.

-- Bien-- agachó Salomé la cabeza para seguir comiendo.

-- Porque tanto silencio, chicos?-- sonrió Josefina y ambos la miraron confundidos-- porque mejor no me hablan de...su relación.

-- Mamá...

-- No hay caso de que sigan ocultandolo. En el grupo de la institución todos están hablando de eso-- mostró una foto en la que Salomé y Matthew estaban tomados de la mano-- porque no consultaron nada conmigo?

-- Mamá, no sabía que te ibas a enterar por esos chismosos, pero sí, Matthew y yo somos novios, y si no te dijimos nada fue porque...porque estábamos tan felices que no nos acordamos de contarte. ¿Verdad Matthew?-- dió Salomé un pequeño pisotón a Matthew.

-- S-Si.

-- Que lindos, por mí no hay problema que sean novios, pero aun falta la aprobación de mi esposo.

-- Claro, yo se lo diré cuando el regrese del viaje-- sonrió Salomé.

-- Bien.

-- Algo más que quieras preguntarnos?-- alzó Salomé una ceja cuando su mamá los miró fijamente a los dos con una sonrisa.

-- Bueno, quisiera saber si, ustedes ya-- junto sus dos dedos índice.

-- No entiendo.

-- Me refiero si ustedes ya tuvieron sexo.

-- Mamá!-- se levantó Salomé con los ojos de par en par.

-- Qué? solo es una pregunta, además porque estás nerviosa? ya lo hicieron?

-- Mamá silencio.

-- Bien, bien, pero tenemos una conversación pendiente-- se levantó de la mesa Josefina-- Los dejo, Matthew, estás en tu casa-- les guiño el ojo y se encerró en su cuarto.

-- Que madre tienes-- rió Matthew negando con la cabeza-- Bueno, es hora de irme-- volteó y Salomé lo detuve.

-- Quédate, está lloviendo y te puedes enfermar-- sonrió Salomé.

-- No es conveniente que me quede, mejor yo me voy y...

-- Quédate, mi madre no dirá nada, y no creo que la tuya tampoco, vamos, parece que la lluvia durará un buena rato.

-- Dijiste que no querías que me quedara, porqué cambiaste de opinión?

-- Está lloviendo y no quiero que te enfermes-- sonrío.

-- Está bien, me quedo, pero primero llamaré a mi madre y le diré que no dormiré en casa.

-- Bien, hasta mientras mandaré a arreglar uno de los cuartos de huéspedes.

-- Bien-- asintió Matthew y Salomé se retiró.

Minutos después una de las sirvientas arregló uno de los cuartos de la mansión para Matthew. Cuando era la hora de dormir todos se retiraron a sus cuartos.

-- Pero que grande es este cuarto-- susurró Matthew cuando abrió la puerta de la habitación donde iba a pasar la noche-- es tres veces más grande que el mío-- sonrió y se tiró a la cama.

Mientras que Salomé...

-- No puede ser, Matthew está en mi propia casa-- sonrió Salomé sentándose al borde de su cama-- estoy tan feliz, por fin la suerte está de mi lado, podré enamorar a Matthew al tenerlo a mi lado-- cerró sus ojos y tocó sus labios mientras se acostaba-- sus labios son tan suaves-- recordó cuando Matthew la besó. Bajo sus dedos y tocó sus pechos mientras se mordía el labio-- porqué me caliento solo con recordar un simple beso?-- deslizó su mano hasta su vientre-- no, no-- quitó su mano y se sentó en su cama-- esto está mal. Matthew es poquita cosa para mí, el trabaja en mi casa como un limpiador de baños, y yo soy Salomé Robinson, una chica millonaria. Pero...quiero a Matthew para mí. Tengo que enamorarlo y después botarlo como una basura-- se levantó y sonrió-- eso es-- se miró al espejo-- tengo que aprovechar esta oportunidad. Tengo que ir al cuarto donde está-- se miró su ropa-- pero con esta ropa no puedo ir-- sonrió picaramente.

Matthew:

Estaba muy cansado, había sido un día muy pesado para mí. No tenía ropa para cambiarme, así que me quedé solo en ropa interior-- espero y nadie entre, no quiero que me sorprendan en ropa interior-- me acosté en la suave cama después de apagar la luz.

Hasta que pasaron los minutos, cuando por fin iba a conciliar el sueño, escucho que la puerta de la habitación se abre emitiendo un ruido de película de terror. Con los ojos entre cerrados me intento sentar en la cama, pero un beso me frena y me deja sorprendida.

-- Salomé?-- me levanto de la cama y empujo a Salomé la cuál me había besado. La miró de arriba abajo y niego con la cabeza al verla en ropa interior-- pero que haces así? con ropa interior?

-- Te gusta?-- dió media vuelta y se acercó a mí agarrandome del cuello y pegando su cuerpo a mí-- me puse así para ti-- sonrió y me besó, no sabía que hacer, Salomé estaba mal de la cabeza.

-- Que te pasa?-- me alejé de ella-- estás loca? recién nos hablamos desde la mañana y tú me besas de la nada y te vistes así?-- me volteé-- tapate Salomé.

-- Porqué?-- me jaló del brazo-- tienes miedo de que nos encuentren en esta situación? no tienes de qué preocuparte, todos están dormidos. Porque mejor no te relajas, y disfrutas-- se sacó su brasier, dejando a la vista sus grandes pechos blancos.

Tragué saliva y abrí los ojos de par en par.

-- Me gustas, Matthew-- me besó Salomé, y en un abrir y cerrar de ojos me di cuenta de que estábamos en la cama y de que Salomé estaba encima de mí-- Tocame-- agarró mi mano y la acercó a uno de sus senos-- te gusta?

-- Salomé...esto está mal...-- mis palabras lo negaban, pero mi erección decía todo lo contrario-- (Si quiere jugar, lo haremos)-- me subí encima de ella y comencé a devorar su boca-- toqué su entre pierna y subí mi mano hasta su vientre. Se sentía tan bien. Estábamos haciendo lo incorrecto, recién nos habíamos conocido, además mi madre me enseñó que debo de tener relaciones con una mujer después del casamiento, pero ya qué, si empezamos, debemos terminarlo, no es momento de arrepentirse. Toqué sus senos, los cuales ya estaban duros por la excitación.

-- Matthew-- comenzó Salomé a gemir mordiéndose el labio me miró fijamente.

Me alejé de ella y abrí los ojos de par en par.

--(¡Pero que estoy haciendo!)

-- Que pasa Matthew? te arrepentiste?-- sonrió de lado y pasó su lengua por sus labios.

-- Estás mal.

-- Estás? Estamos. Tu también lo estabas disfrutando.

-- Pero ya me arrepentí, será mejor que me valla de aquí-- agarré mi camiseta.

-- No, no te vallas-- se lanzó sobre mí y me besó, pero la empujé-- mi cabeza!-- se quejó al pegarse en el borde de la cama.

-- Estás bien?-- me acerqué a ella. Y una leve sonrisa apareció en su rostro y jalandome de la camiseta volvió a besarme.

-- Vamos, quédate un momento más-- caímos en la cama y de nuevo quedé encima de ella, pero esta vez, mi rostro quedó enfrente de sus senos.

-- Matthew, puedo pasar?-- al otro lado de la puerta se escuchó la voz de la madre de Salomé. La miré fijamente y ambos abrimos los ojos de par en par.

-- Mi mamá!-- susurró Salomé.

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