Don Alberto

Al día siguiente, me levante temprano, para arreglarme e ir al trabajo, hoy también sería el primer día de mi princesa en la sala cuna, eso me pone muy nerviosa, nunca nos separamos, pero será por su bien, desde hoy en adelante todo lo haré por ella, la luz de mi vida. 

Luego de ir a dejar a mi princesa, me fui directo al trabajo, allí me encontré con Pablo en el estacionamiento, él hablaba con un joven, me hizo una seña para que lo esperara y eso hice. 

Pablo: Buenos días señorita Paulina.  

Yo: Buenos días Don Pablo 

Pablo: ¿Muy nerviosa? Debe relajarse, yo estaré a su lado en su primer día, cualquier duda quiero que me la consulte, no quiero que cometa errores 

Yo: no se preocupe Don Pablo, la verdad son mucho de preguntar, y lo bueno es que me gusta aprender mucho 

Pablo: Me encantaría enseñarle todo lo que sé, - ¿Será idea mía o me está coqueteando?, mejor me concentro en el trabajo-. Solo espero que se sienta cómoda Señorita Paulina, y que esté mucho tiempo trabajando para nosotros. 

Yo: Es lo que más quiero Don Pablo, tengo una hija que depende de mí, y por ella es que necesito un trabajo estable. 

Pablo: Eso, será perfecto entonces, aunque disculpe la indiscreción, pero ¿y el padre de la beba? ¿Le ayuda? 

Yo: Mire Don Pablo, la verdad es que eso es un tema muy doloroso y personal, solo le diré que yo soy todo de mi hija. 

Pablo: Comprendo, disculpe si le incomodo de alguna forma mi pregunta. 

Entramos al restaurant y luego de explicarme lo que debía hacer, Don Pablo se retiró a su oficina.  

La mañana iba tranquila, cerca de medio día llegó el chico con el que Don Pablo platicaba en la mañana. 

Xx: Hola, Don Pablo se encuentra?  

Yo: hola buenas, sabe no lo he visto salir de la oficina, si me da su nombre puedo ir a ver si lo puede atender ya que hay poca gente y no demoro en ir. 

Xx: Claro, mi nombre es Alberto, y el tuyo? 

Yo: Bueno Don Alberto, mi nombre es Paulina y soy la nueva cajera del restaurante. 

Alberto: Un placer conocerla señorita Paulina. 

No sé qué tiene este hombre que me gusto, claro es más joven que yo, pero tiene algo aparte de ser atractivo es caballeroso.  

Fui rápido a la oficina de Don Pablo, y avisé que Don Alberto estaba esperándolo. Al parecer a Don Pablo no le gustó mucho que fuera a su oficina, ya que me miro con cara de pocos amigos cuando le dije de Don Alberto, solo se limitó a responder con un seco OK. 

Cuando volví a mi puesto, le dije a Don Alberto que estaba anunciado, y seguí en lo mío. Como Don Pablo no fue hacia la barra, Don Alberto fue a conversar conmigo mientras llegaba.  

Me pregunto muchas cosas, aparte de saber si estaba soltera, sentí que estuvo más cargoso con el tema, encontré que se tomó confianza muy rápido, y yo no quería ser mal educada. 

A los minutos apareció Don Pablo con cara de pocos amigos al ver la amena conversación que mantenía Don Alberto conmigo. Casi a empujones lo llevó a la oficina, y yo ni me preocupé, ya que no tenía intención de hacer lazos de amistad con ningún hombre. Al rato salió Don Alberto de la oficina, pasó a despedirse de mí, y a pedirme una cita, a lo que respondí que no. 

Alberto: Vamos hermosa, me encantaría que me acompañes a almorzar, luego de que salgas del trabajo, yo puedo esperarte, así no comería tan solo. 

Yo: Mire Don Alberto, no tengo intención alguna de ir a almorzar con usted, yo tengo mis prioridades y en ninguna está usted. 

Alberto: Hermosa Paulina, quieres que te confiese algo me gustaste a primera vista el día de ayer, cuando viniste a buscar trabajo, de verdad me gustaría entablar contigo una linda amistad, y quien quiera más adelante seamos algo más, solo no te cierres a la posibilidad. Yo soy persistente y te aseguro que insistiré hasta que aceptes. Y por favor deja de decirme Don Alberto, para ti soy solo Alberto, no soy tan viejo para el “Don”. 

Yo: Mire Do.. Alberto, yo tengo una hija y ella es la primera prioridad en mi vida, no me interesa hablar con nadie, ni mucho menos estar aceptando invitaciones a almorzar. Y le aviso altiro que a mis amigos los escojo yo, nadie me impone su amistad, y solo porque de verdad lo veo más joven que yo le quitaré el “DON” pero de igual manera lo trataré con el respeto que se merece. 

Alberto: hermosa, no te preocupes, yo paciencia tengo de sobra, y te aseguro que no tengo apuro en que me aceptes como uno amigo o quizá algo más, - Me guiño el ojo, él iba a seguir hablando cuando una voz nos sacó de nuestra conversación- 

Pablo: Bueno Alberto, no que estabas de afán de irte, dime que haces aun acá, más aún distrayendo a mis trabajadoras. 

Alberto: Si hermano, ya me iba solo pase a hacerle una invitación a la hermosa Paulina 

Pablo: Mira Alberto te recuerdo que no quieras que te estés metiendo con mi personal femenino 

Alberto: hermano, di lo que quieras, pero la señorita Paulina es la que toma la decisión. 

Yo sin saber dónde meterme seguía trabajando mientras esos dos bombones seguían discutiendo. Después de un rato, Alberto se marchó, no sin antes volver a despedirse de mí dejando un beso en mi mejilla, anunciando que pronto nos volveríamos a ver. 

Pablo: Señorita Paulina, por favor cuando termine su turno pase por mi  oficina necesito hablar con usted. 

Yo: claro Don Pablo, ningún problema, -y él se retiró- 

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***