Alex

Cuando llegamos al lugar, me bajé como pude del caballo, y sentí un dolor enorme en mis partes íntimas, -creo que no fue buena idea, montar el día de hoy, me maldije mentalmente-, joder! Que dolía. Empecé a caminar con dificultad hacia donde estaban los animales, por un momento había olvidado que no estaba sola. Una voz me sacó del letardo en el que me encontraba, mirando a la nada y pensando en todo.

Trabajador: Señorita! ¿Se lastimó? Oiga tenemos que estar acá hasta medio día, y no veo que haya traído almuerzo

Yo: Primero que nada, mi nombre es Paulina, dime así. Segundo, dime tu nombre. Y tercero no pensé que estaríamos acá tanto rato por eso no traje nada creí que volveríamos altiro. -aun sin mirarlo-

Cuando me gire, a verlo ya que no me decía su nombre, quede sin palabras y me ruborice, era un hombre alto 1,85 por lo menos, piel trigueña, ojos oscuros, labios hermosos que invitaban a besarlos y una sonrisa que derretía el corazón de cualquiera, -que hombre más sexy!! Dios mío, ¿será de mentira?, yo y mis pensamientos-. Él se aclaró la garganta, llamando mi atención, seguro noto la cara de pendeja con la que lo miraba.

Trabajador: Bueno señorita Paulina mi nombre es Alex, un placer conocerla, - mientras caminaba hacia mi-

-Mierda! De cerca se veía aún más sexy-, malditos pensamientos que me tenían toda pendeja mirando al sexy Alex. Cuando llegó cerca de mí, yo sentía nervios en la guatita, como un montón de mariposas, -así se tenía que sentir enamorarse a primera vista? -, no puede articular palabra él se acercó y dejó un beso en mi mejilla, -dios mío, creo que moje mis pants, de la emoción-.

Algo en mi reacciono, y me aleje lo más pronto de él, no debía confiar de nuevo en los hombres, te tratan mal, y te traicionan. Ya no sería tan fácil volver a acercarme a otro hombre, eso pensaba yo.

Pasamos la mañana cuidando, los animales, eso me ayudaba a no pensar tanto, había un riachuelo cerca donde los animales se refrescaban y al otro lado un manzano, cargado de fruta. Como pude crucé el riachuelo en busca de alguna manzana, se veían deliciosas y yo moría de hambre.

No contaba con que estuviera tan alta la fruta, o yo era muy pequeña? Media 1,75 y no era suficiente para alcanzar eras exquisitas manzanas. De pronto unos fuertes brazos me tomaron por la cintura elevándome, haciendo que alcance mi tan deseada manzana, cuando caigo en cuenta de quién se trataba, -era él, Alex!! Caray qué hombre más sexy- rápidamente me aleje de él, aunque mi mente aun pensaba en el momento en el que me tomo por la cintura. El trato todo el tiempo de saber quién era yo, de dónde era, y qué hacía en la casa grande, yo no sabía qué responder.

Lo primero que se cruzó por mi mente y lo que hice, fue salir huyendo de ese lugar, -si díganme cobarde, pero no sabía cómo decir quién era, no quería que otro hombre se acercara- subí rápido en Malandrín y volví a casa. No sé ni cómo lo hice, pero no demoré nada en llegar.

Una vez en casa busqué a la Mamá de Él, quería ver a mi hija, y allí la encontré, jugando con mi hija y contándole historias de campo, era una hermosa imagen, -me hubiese encantado tener una abuela, que fuera como ella-.

Cuando notó que yo estaba en la puerta, me pregunto si volvi por comida, hay me senté en su cama y le conté lo que había pasado con Alex, solo que omití el decir cómo me había sentido yo al ver a ese guapo hombre tan cerca mío.