Gran Amigo

Me tomó entre sus brazos para ayudarme a parar, y con cuidado apoyo a mi hija contra su pecho, me miraba preocupado, creo que no entendía qué había pasado.

Alex: Pau vamos a mi casa, yo te llevaré junto a esta pequeña y cuidaré de ustedes

-Hay que lindo el- yo solo asentí con la cabeza, con cuidado, nos llevó hasta su auto, - en qué momento llegó, no lo note-. Ya de camino a la casa, me dijo que llamaría un doctor para que nos revise a las dos, y que podría quedarme ahí el tiempo que necesite, él vivía solo. Yo solo escuchaba, no decía nada, me dolía todo, -otra vez-. Pero estaba Alex, no sé quizá su manera de defenderme me hizo confiar un poco más en él, aunque no del todo.

Alex: Pau, ya no falta tanto para estar en mi casa, solo una pregunta quiero hacer, -yo asentí- Esa beba de quién es?

Yo me quede callada, unos minutos, tenía miedo, que si le decía que era mía me tratara mal como ÉL, algo dentro de mí no sabía si tenía que volver a confiar en los hombres, pero si no lo hacía quizá me deje votada a la mitad de la nada.

Yo: Alex, ella es Antonia, MI HIJA. Y no te voy a contar más, por ahora.

El solo respiro ondo, y siguió manejando, unos minutos más tarde llegamos a una casita, se veía hermosa por fuera, era humilde pero muy bien cuidada.

Alex: Bienvenida a tu hogar, temporal, -Y me guiñó el ojo-, espero que te sientas cómoda aquí, te aseguro que le hace falta un poco del toque femenino, pero no está tan mal.

Me cargó entre sus brazos al interior de la casita, y por dentro era absolutamente adorable, si se notaba que necesitaba una manito femenina, pero, así como estaba se veía bien. Tenía dos habitaciones que estaban una al lado de la otra y un pequeño baño, una salita y un living y comedor pequeño juntos, para vivir solo no necesitaba más.

Alex: esta es mi habitación y la del lado será la tuya y de la beba, si necesitas algo me hablas, mientras yo llamaré al doctor.

Yo solo lo miraba, no decía nada, estaba embobada de mirando ese monumento de hombre que me había sacado de ese lugar, -será el mi media naranja acaso? - salí de mis pensamientos románticos con Alex, para revisar a mi beba, estaba bien a simple vista, yo recibí los golpes, gracias a dios a ella no le paso nada. La acomode en la camita y cambie su ropita, bien limpiecita, le di pecho ya era hora de que tomara su leche para descansar, pero mis pezones dolían horrible, yo igual aguante mientras mi beba se alimentaba, no me di cuenta que Alex estaba en la puerta mirándome alimentar a mi hija, él estaba embobado mirando, no perdía detalle del momento, - yo carraspee, para que supiera que lo había visto, y el automáticamente llevó sus manos a cubrir su prominente erección, aunque fue tarde ya la había visto- solo gire los ojos y cubrí a mi princesa que ya se había quedado dormida, la acomode a mi lado dejándola tapadita, volví a mirar a Alex, que aún estaba en la puerta.

Alex: Ya viene el doctor en camino, llega en media hora, quieres comer algo? ¿Tomar un té? O un vaso de leche caliente? -No entendí por qué se ponía nervioso y su voz apenas salía, sus mejillas estaban rosadas-

Yo: tranquilo Alex, estoy bien, no necesito nada. Muchas gracias por lo que has hecho por nosotras, pero apenas mejore un poco nos iremos de aquí, no quiero ser una molestia para ti ni traerte problemas. Eres un gran AMIGO.