CAPITULO 15

-- Come - insistió él al tiempo que se dirigía a la puerta -. Tengo cosas que hacer, pero creo que sabrás ponerte cómoda en mi ausencia - dijo sarcásticamente -. Que no se te pase por la cabeza salir de esta habitación, habrá un guardia en la puerta.

El tono de sus palabras era tan firme que Nicole sintió escalofrío, estaba tan furioso que seguramente buscaría tener un motivo para no seguir controlandose.

Ni siquiera volteo a mirarla antes de salir, la puerta se cerró tras el y Nicole se volvió a derrumbar sobre el sofá.

¿Dónde pensaba ir ? ¿ Acaso pensaba que iba a pasearse por toda la casa ? Lo único que quería era recuperar su mochila, pasaporte, dinero y marcharse, pero sabía que no serviría de nada pues tenía que encontrar la manera de anular su matrimonio.

Nicole miro por la ventana que daba al jardín y más allá, miro el mar obscuro y el cielo despejado completamente de nubes. Resultaba irónico que todo estuviese totalmente en calma cuando en realidad ella sentía los nervios a flor de piel por el recuerdo del enfrentamiento con Dominic en la noche anterior.

¿ Que derecho tenía aquel hombre de tratarla así, como si ella tuviera la culpa de todo ? ¿ Como si ella hubiese planeado ponerlo en aquel aprieto, cuando lo único que había pretendido fue hacer lo que debía hacer ?

Cerró los ojos con fuerza, furiosa consigo misma por su propia inseguridad, por ese maldito impulso de cambiar su billete a Sidney y viajar a Grecia. Como si al gran Dominic Lander le interesará su gratitud después de tanto tiempo.

Respiro profundo, no podía creer que otra vez estuviera al borde del llanto. La noche anterior fue la primera vez que estuvo a punto de llorar, las lágrimas habían amenazado con desbordarse de sus ojos igual que la hacían ahora, después de todo lo que pasó, era ilógico que no se sintiera tan débil.

Todo le parecía absurdo, apartir del momento en el que había creído ver una señal del destino, cuando abrió la revista en la sala de espera del aeropuerto y se encontró con el rostro del hombre que no había podido olvidar durante cuatro largos años. Ese hombre que despertó sus sueños y esperanzas en medio del sufrimiento, la pobreza y desesperanza, ese hombre que no la había dejado caer en la terrible tentación de rendirse y dejar de luchar.

Ella no era una muchachita ingenua eso claramente lo sabía, ya que en esa terrible situación en la que se encontró, vivió situaciones horribles, que nadie es su sano juicio quisiera pasar como ella; cualquiera habría pensado que después de años de privaciones y apuros, habría acabado por darse cuenta de que no servía de nada soñar; sin embargo, había sido incapaz de controlar las fantasías que provocaba su recuerdo, aquellas imágenes habían sido su único consuelo, la imagen de un hombre de brazos fuertes que ácudia en su ayuda... sueños que despertaron en ella un ardor que la había calentado hasta en las noches más frías por la calidez que seguía sintiendo al sentir su abrazo al rededor de ella.