CAPITULO 11

-- ¡ No ! - grito ella, respirando hondo tratando de hablar con calma -.

Nada me resulta cómico, muchos menos que me maltraten cómo lo has hecho tu y sin merecerlo.

-- ¿ Pretendes amenazarme ? ¿ Esto es un aviso de una posible demanda ?

La violencia del sonido de su voz hizo que su cuerpo se estremeciera, entonces se dió cuenta que él no dudaría en utilizar la fuerza para detenerla.

-- No me interesa demandarte, pero tampoco te da derecho a querer lastimarme o pisotearme - respiro profundo y continuo -. Te agradeceria mucho que me soltarás.

Durante bastante tiempo , la miro con una arrogancia como mira un príncipe a sus lacayos. En ese momento Nicole sintió como sus mejillas ardían.

Los labios de Dominic se checaron en una sonrisa apenas imperceptible que inmediatamente desapareció.

-- Pronto verás que es más fácil que las cosas se hagan como yo quiero.

Al de ir eso, la levantó en brazos llevándose la por un pasillo que conducía al exterior; a lo lejos se escuchaba música. Parecía una fiesta, por la intencidad de las voces, no era una pequeña reunión familiar. Tal vez eso explicaba por qué tenía tanta tensión en su rostro cuando llegó a hablar con ella.

Aun así eso no justificaba su comportamiento.

Nicole parpadeo para no ponerse a llorar al darse cuenta que él hombre que durante años tuvo en un pedestal, era uno de esos seres arrogantes y despiadados que ella tanto detestaba.

Ella se pregunto ¿ cómo había cometido semejante error ?

Pero ¿ que importaba ya ? Después de esta noche no volverá a verlo nunca más.

El jardín acabo en otro edificio y en otro pasillo, las habitaciones por las que pasaron nada tenían que ver con aquella en la que había estado anteriormente. Mubles lujosos y cómodos, obras de arte y en tanto dentro como afuera había flores. En definitiva este era el hogar de un hombre muy rico.

Entonces lo que había leído en aquella revista era verdad, Dominic Lander tenía más dinero de lo que ella jamás podría soñar. Eso quería decir que eran de mundos completamente distintos.

Siempre supo que era un hombre totalmente distinto nada parecido a los demás, el poder de decisión y la seguridad en si mismo que mostró en circunstancias muy difíciles... algo que agradeció mucho el día en que la salvó. Pero ahora comprendió que esas características son de aquellos hombres que están acostumbrados a mandar y a controlar todo a su alrededor. Un hombre de una posición que ella desconocía por completo, un hombre con el dinero suficiente para conseguir cualquier cosa que desee.

Ese descubrimiento destruyó por completo sus sueños, hasta la imagen romántica del hombre que la salvó de la muerte y la tortura.

Durante cuatro años, ella fantaseo con un hombre como él que la encontrara y la salvará, pero está vez no lo haría por obligación o necesidad; sino por deseo y amor por ella.