CAPITULO 7

Al parecer su actuación mejoro, ya que años anteriores era diferente pues las emociones y pensamientos le habían parecido demaciado transparentes. Sin embargo ahora pareciera que era una mentirosa consumada, pareciera que la mitomania era parte ahora de su vida.

-- Por supuesto - cerró su mano al rededor de la mano de ella -. ¿ No piensas que de haber sabido que si mi esposa estaba viva, hubiera anunciado mi compromiso ?

Nicole, soltó por completo todo el aire que contenía en sus pulmones y miro a Dominic, quién se levantaba como una torre al lado de ella.

Sabía que el compromiso era una posibilidad y aún así la noticia le dejo una extraña sensación de vacío en su estómago.

Era absurdo sentir eso, él no era nada de ella y los amoríos que el tuviese no eran de su incumbencia. Más sin embargo lo sentía y él había dicho que era su esposa aunque sea de nombre.

Era ridícula esa idea, Los dos sabían que ella nunca había sido su esposa.

Nicole se estremeció a la mirar la sonrisa fingida que él le dirigía, era una sonrisa fría con destellos casi salvajes; eso hizo que deseara estar en otro lugar, menos ahí.

Lo miro a la cara y por un instante sintió mucho miedo.

Pero en seguida lo analizo lógicamente, quizá estaba furioso con ella, pero Dominic Lander era un hombre civilizado o al menos eso creía ella.

La manera en que él se había comportado antes en el pasado así lo demostraba.

Se preguntaba si sabría la fuerza con la que le tenía tomada la mano.

-- Me haces daño - dijo ella con voz baja sin quitar la mirada de sus ojos.

El solo parpadea y soltó su mano, en ese instante cayó el anillo sobre la mesa, ambos tenían marcada la figura en la palma, al retirarla se la froto para hacer desaparecer el dolor en sus dedos.

-- Lo siento - respondió sin la menor expresión.

Nicole intentaba procesar la información que el la había dado, pero su cabeza ya estaba dándole vueltas.

-- ¿ Vas a casarte ?

-- Tiene gracia ¿ verdad ? - pero su voz no había ningún rastro de sentido del humor -. Estoy en una situación de tener esposa y prometida.

Ella cerró los ojos para poder controlar un repentino mareo. ¿ De qué diablos estaba hablando ? No le encontraba sentido.

-- No... no sé que decir.

-- ¿ No ? Me sorprendes - su voz era provocadora -. Pensé que ya lo tenías todo planeado. ¿ Has decidido por fin cuántos dólares vas a pedir ? ¿ O prefieres euros ?

-- ¿ Euros ? No sé de qué estás hablando - movió la cabeza y la habitación comenzó a dar vueltas a su alrededor.

No comprendía que era lo que trataba de decirle, era claro que tenían un propósito, pareciera como si estuviera acusándola, ella se sentía confundida para poder analizarlo.

Debió de haber comido algo, dormír y tratar de descansar cuando llegó al aeropuerto, las horas de viaje fueron muchas ya que voló desde Sudamérica a Estados Unidos y de ahí a Grecia y ahora estaba haciendo efecto el cansancio.

En Atenas se fue en transporte público hasta Piraeus, dónde tomo el ferry hasta la isla del golfo de Saronic... fue un viaje que la dejo demaciado cansada.