El beso

Alexander

No sabía que Mateo traería a Juanita pero la verdad no me molesta en nada. Puede ser mi oportunidad de irla conociendo.

- Porque no has visitado Italia, si tienes plata para pagar una deuda tan grande porque no puedes aprovecharla en otras cosas. - Ella se sobresalta al escucharme tan cerca.

- Ese tema no es de su incumbencia señor Alexander, lo que haga o no con mi plata es asunto mío que le quede bien claro, y le recomiendo que no hable de ese tema en presencia de Mateo.

Después de lo que dijo ella me quedé callado, se ve que es una mujer de armas tomar, según Jeison ella es adoptada pero nadie sabe nada más de su pasado, solo lo que ocurrió a partir de sus 15 años.

¿Que tendrá que ocultar? ¿por qué es así?, parece tan tierna y amable cuando me presenté con ella en el restaurante, pero se transforma apenas sale de ese lugar se vuelve más fría es indescifrable tengo que encontrar la verdad de ella, cueste lo que me cueste.

Sin decir ni una palabra más llegamos a mi casa, no es pequeña me he dado el lujo de acomodarla a mi gusto es la primera ves que desde que la tengo que vienen visitas, no me gusta traer a nadie pero en cuanto vi a Juanita no quería dejarla sola con él no se porque lo hago, parezco un idiota cuidando algo que no es mío.

- Bienvenidos a mi casa. - Juanita se queda mirándola perpleja.

- Enserio está es tu casa. - Ahora me tutea. - Es así de grande porque tiene algún complejo que quiere fortalecer.

- Si Juanita es mi casa, y van a ser los primeros invitados, y no tengo ningún complejo soy todo un hombre puedes comprobarlo por ti misma. - se lo digo al oído y ella se estremece.

- Gracias Alex - Me dice Mateo - Por este honor, de todas maneras creo que ni la pasaremos en la casa hay muchas cosas que hacer y visitar cierto Juanita.

- Claro que sí Mateo y gracias por todo. - Ella abraza a Mateo maldita sea y a mí no me dice gracias ni nada, que mujer los lujos no la vuelve loca como a las demás mujeres.

- Seguimos, les mostraré sus habitaciones en el segundo piso te quedarás tu Mateo y en el tercero se quedará Juanita conmigo.

- Perdón pero si no hay más habitaciones prefiero irme al hotel. - Dice ella.

- No es lo que quise decir, en el tercer piso hay dos habitaciones la mía y la tuya te pondría en el segundo piso pero las habitaciones están en remodelación. - Aunque si me gustaría que pasarás la noche conmigo en mi cama y hacerte gritar mi nombre pero sé que no va a ocurrir algún día vas a caer, vas a estar tan endeudada que caerás ya verás.

Cada uno se instaló en sus habitaciones yo me fui a la mia y me duche, íbamos a cenar en la casa ya que el viaje había sido largo y estábamos cansados, mañana Mateo y Juanita iban a salir yo tenía asuntos pendientes con uno de mis proveedores. No soportaba la idea de que ellos pasarán tiempo juntos pero no podía hacer nada no podía descuidar mis negocios y menos por estar pendiente de una mujer.

Todos nos reunimos en el comedor, ella trae un vestido blanco ajustado, chaqueta negra y zapatos blancos, dios está mujer puede provocarle un ataque a corazón a cualquier hombre solo con vestirse. Nunca imaginé que debajo de su uniforme de chef se escondiera tal escultura.

- Sientensen - Les digo.

- Tiene una casa enorme, porque comprarla tan grande, a caso es por algún complejo. - Trato de controlarme por el comentario que acaba de hacer Juanita y dele con lo del complejo.

- No es por ningún complejo, me gustan mucho las casas grandes tengo que tener mucho espacio para mí solo y me pareció muy bonita.

- Es realmente hermosa. - Lo dice pero sin mirarme.

- También tiene piscina, sauna y jacuzzi por si quieres relajarte antes de irte a dormir.

- Es muy amable pero no traje un vestido de baño.

- Eso no es problema mi prima dejo algunos que puedes utilizar, el que más te guste. - Si no fuera porque Mateo está acá me me abalanzó y le quitó la ropa y la pongo encima de la mesa. - Mañana a qué hora salen.

- A eso de las 10 tengo muchas cosas programadas para ella y también vamos a ir al festival que hay de comida le he dicho a Juanita que se inscriba al concurso ella puede ganar.

- Mateo tiene razón Juanita deberías inscribirte tu comida es muy deliciosa.

- Gracias por los cumplidos pero acá hay chefs con mucha más experiencia, de talla mundial y con estrellas Michelin, una chef como yo no les llega ni a los talones.

- Pero eso no te quita que tu comida sea excelente y de unos sabores únicos. - Mateo se lo dice con una sonrisa que ella responde igual, algún día me gustaría que ella me viera de esa manera y me sonriera asi.

Seguimos hablando de sus planes estas dos semana acá el ya tiene todo planeado, me gustaría acompañarlos pero no será posible. Ellos se levantan y se van a sus habitaciones por mi parte me voy a mi despacho tengo cosas que adelantar.

Han pasado más de cuatro horas y ya son pasadas las 10 de la noche y oigo un ruido en la piscina, ¿quien en su sano juicio saldría a nadar? Salgo de mi despacho y me sorprende verla en un bikini bastante pequeño nadando, me quedo mirandola, ya ha dado cuatro vueltas me acerco sigilosamente.

Ella alza la cabeza y al verme se asusta un poco.

- Perdón señor Alexander, no pretendía despertarlo.

- No me ha despertado estaba trabajando - Mientras ella sale yo me quedo viéndola, pero para desgracia de ella la toalla está donde yo me encuentro.

- Buscabas algo - Cojo la toalla en mis manos.

- Si lo que tiene en las manos, me la presta por favor.

- Claro, ven por ella - Ella se acerca a paso seguro no demuestra miedo cuando iba a coger la toalla la retiro rápidamente y con mi otra mano la cojo por la cintura.

- Señorita Parker le han dicho que es muy hermosa, su cuerpo puede volver loco a cualquier persona. - Mis ojos comienzan a recorrerla, siento envidia por esas gotas de agua que caen por su cuerpo, desearía ser yo quien lo recorre.

- Si, muchas veces pero porque lo digan nunca caigo, es algo pasado de moda no cree usted.

- Nunca digas nunca - Me acerco a ella cerrando el espacio que había entre los dos. Me acerco a sus labios suelto la toalla y la agarro más fuerte, ella intenta soltarse pero no lo logra, no me responde inmediatamente al beso, pero momentos después lo hace sus manos van a mi cuello, yo sigo apretándola con fuerza es un beso necesitado, por parte de ambos nos separamos solo para respirar pero ella aprovecha y me empuja y sale corriendo hacia su habitación.

En cuanto a mi me echo a reir, la gatita tiene garras pero está cayendo a mis pies.

- Pronto estarás en mi cama, una vez lo consiga nunca podrás separarte de mi, siempre me necesitarás. Pequeña gatita.

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