Capítulo 5

SEAN

Intento seguirla pero se me pierde de vista, no se que la paso. La busco por todas partes, hasta que la veo en un parque, sentada mirando hacia la nada...

– ¿Elizabeth? –*me siento junto a ella*

– Perdón –*me dice*– No quería hacer eso pero me fue inevitable

– ¿Por qué saliste corriendo así, Elizabeth?

*Me mira*– Nada, solo... nada, es un tema que no me gusta hablar

– Pero, Elizabeth... no es bueno que...

– Por favor, señor. No quiero hablar de eso, prefiero... ¿Podemos regresar a la empresa?

*La miro y luego asiento*– Claro, volvamos a trabajar entonces

SEAN

Regresamos a la empresa en silencio, Elizabeth está pálida sin lugar a duda y no está igual que siempre, mira por la ventana pérdida en sus pensamientos. Llegamos a la empresa y ella se dirige a su oficina inmediatamente

ELIZABETH

No quiero hablar de nada con nadie, le di las buenas tardes a mí jefe y regrese a mí oficina...

*Cierro la puerta y me siento en el suelo apoyada en la puerta*– Dios mio... –*las lágrimas corren por mí rostro*

SEAN

Quedó medio confundido con lo que pasó, ¿por qué salió corriendo? ¿Que le ha pasado para que hiciera eso?. En mí oficina no pienso en nada más que eso, miro por el ventanal de mí oficina...

*Tocan la puerta*– ¡Adelante!

– ¡Hola hermano! ¿Cómo estás? –*entra Connor*

*Me giro hacia el*– Hola, hermano. Siéntate, ¿que te trae por aquí?

– Además que empezaré a trabajar aquí la semana que viene, vine a ver a mí hermano mayor –*se sienta*

– Que bien, era hora de que tomarás las cosas en serio por una vez en la vida –*digo cruzándome de brazos*

– ¿Y...? –*dice mirándome*

– ¿Y que...? ¿Que quieres decir?

– ¿Donde está el sermón de dos horas? –*dice mirándome*– Siempre sueles tenerme aquí...

– Hoy no estoy de humor como para sermonearte, pero no quiero problemas aquí

*Suspira*– No los tendrás, te lo prometo, hermano. Ahora dime una cosa... ¿Que sabes de la señorita Keller?

– Nada que tenga que importarte, Connor. No te metas con nadie del trabajo

*Se apoya en el respaldo*– Mmhh... Me parece a mí o estás celoso, ¿te gusta?

– ¡BASTA YA!. No, no me gusta y no quiero volver a hablar del tema

– Entonces, ¿por qué no puedo relacionarme con ella?

– Por qué yo soy el jefe y digo que no. ¡No quiero que te relaciones con nadie de la empresa más que por trabajo!

– Está bien, está bien. No quiero enojarte

– Entonces no lo hagas, aléjate del personal –*me levanto*– ¿Quedó claro?

– Ya te dije que si...

ELIZABETH

Intento concentrarme en el trabajo en vano, nada puede regresarme al presente mí mente viaja al pasado. Tomo mí celular y miro la foto que tengo con mí padre de fondo de pantalla, y las lágrimas vuelven, y las manos me tiemblan...

*Seco mis lágrimas*– Vamos, Elizabeth... Por favor, cálmate. Respira –*suelto aire*

– Señorita Keller –*el señor Carter entra en la oficina*

– ¡Señor Carter! –*me levanto y acomodo mi falda*– ¿Necesita algo?

*Me mira*– ¿Se encuentra bien, señorita? ¿Estuviste llorando? –*dice cerrando la puerta*

– Si, me encuentro bien –*trago saliva*

*Se acerca más a mí*– Estás temblando, es obvio que no estás bien

– Es solo que entro una brisa de aire y me dio un escalofrío

– Señorita Keller ha estado muy rara desde que pasó lo que pasó en el restaurante. Si necesita hablar de algo... –*me dice*

– Señor Carter, es un asunto personal. Usted no es un amigo, es mí jefe, no es asunto que tenga que importarle

*Me mira seriamente*– No quiero que ese asunto altere su productividad en el trabajo

– Y no lo hará, señor Carter. No sé preocupe

– Mejor así... –*deja un archivo sobre la mesa*– Quiero esto mañana

– Así será, señor. Que tenga buen día

– Gracias –*se va*

SEAN

Me hizo sentir de alguna forma mal que me diga esas palabras. Creo que tiene razón, soy solamente su jefe y nada más, no tengo porque interesarme en su vida personal. El día pasa lento y ya estoy por salir, esperando el ascensor...

*Entra antes que se cierren las puertas*– Señor... –*dice Elizabeth*

– Señorita Keller –*digo mirando hacia delante*

– Aamm... señor, quería disculparme por haberle dicho lo que le dije –*suspira*

– No tienes que disculparte por nada, tienes razón soy tu jefe pero no quiero que tu actitud dañe tu trabajo

*Baja la mirada*– Claro que no, señor... –*se quita las gafas y las limpia*

– Si tienes ojos grandes... –*digo susurrando mientras la miro*

– ¡Oh!. Si, tengo ojos bastante grandes, parezco un sopa de verdad

– Mmmhh... –*saco mí teléfono*

ELIZABETH

Noto que el señor Carter está sin lugar a duda molesto conmigo, por lo que le dije. ¡De suerte no me despidió!. Ojalá que esto pase mañana. Regreso a casa, mí madre salió y mi hermana está en el sofa comiendo papas fritas...

*Me siento junto a ella*– ¿No me vas a convidar?

– Claro... –*me extiende el paquete*– El señor Carter está interesado en ti

– ¿Que? No entiendo, Helena

– Que le gustas, se nota. ¿Por qué vendría por ti sino?. Además vi como te miro

*Me río*– Estás mal de la cabeza, Helena. ¿Cómo una chica como yo podría gustarle a un hombre como él?

– ¿Y como es él? –*se cruza de brazos*

*Como una papa*– Bueno, tu sabes, un hombre tan...

– ¿Tan...? –*pregunta curiosa*

– Tan perfecto. ¿No lo ves en los periódicos? ¿en las revistas saliendo con súper modelos? –*suspiro*– Él es de esas mujeres

*Me da un golpe*– ¡Ey!. Mírame, Lizy. ¿No te miras en el espejo?. Eres preciosa, y ese hombre cree eso, tienes un muy buen cuerpo, solo no lo crees porque no lo luces

– ¿Quieres que cambie mí estilo por él? –*le digo*

– No, quiero que lo hagas por ti, y nos ocuparemos de eso mañana bien temprano

*Le sonrío*– de acuerdo, ... –*la abrazo*–Gracias

ELIZABETH

Antes de irme a dormir me pongo a trabajar en el archivo que el señor Carter me dio para mañana. Termino bastante rápido por lo que me ducho y me voy a dormir. A la mañana siguiente (05:30am), Helena me despierta y empieza a arreglarme. Me da una camiseta marrón con transparencia y una falta negra algo corta para mí gusto, el cinturón blanco hace que mi cintura sea diminuta...

– ¿Esto es muy necesario? –*digo mirandome en el espejo*

– ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso las mujeres que van allá no están bien arregladas?

*Suspiro*– Es que todos me van a mirar y quizás a juzgar...

– Espera un momento... ¿No te arreglas por miedo a lo que dirán? ¡Lo único que tiene que importarte es TU maldita opinión! ¡Lo que digan los demás que te resbale! ¿Okey?

*Levanto las manos*– está bien, tranquila no me importarán más los demás

– Eso mismo quería oír... ¡Mírate en el espejo ahora! –*dice alegre*– Estás preciosa

*Me giro y me veo en el espejo*

– ¡Wow... Jamás me había visto así, Helena! –*digo sonriendo*

– ¡Estás Hermosísima, Lizy!

– Gracias, hermana. Por todo –*suena mí teléfono*– ¡Ya tengo que irme o llegaré tarde! –*tomo el archivo*– Hasta más tarde –*le doy un beso en la mejilla*

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