Pecados ajenos.

Y los Beaumont se congregaron en Atenas, los primeros en llegar fueron Dante con su padre, Christopher con su esposa .

 Ella llegó con su esposo Constantine, ellos dividian su tiempo entre Atenas y Londres.

Katherine llegó acompañada de Danielle y Eleonora.

— Debiste decirme lo que pasaba hubiera venido contigo exclamó Danielle.

— No quería preocuparte dijo Madeleyn abrazando a su hija.

Terminaban de almorzar, cuando Henry miro la mesa y comenzó a hablar.

— Lo que paso con Cesaré es un llamado de atención para todos, esto no puede volver a repetirse.— Henry miró a sus sobrinos Dante y Eleonora.— Qué sean hombres, no significa que no deban tener protección, contigo también estoy hablando Mackenzie.— El miró a su tío.—Sí piensan que lo de Cesaré solo lo perjudica a él, es que aun no han entendido quienes son. El secuestro de Césare vulnera a toda la familia, y aquí cuidamos unos de otros, estuve hablando con Sharif, y Alexos esta de acuerdo unificaremos los equipos de seguridad y todos responderán ante Kardal.

— Es una broma verdad, un cavernícola del desierto se ocupará de nuestra seguridad exclamó Eleonora.

— Silencio, Eleonora no es algo que se preste a discusión exclamó Alexos.

— Por mí esta bien le dire a Roberto que hable con él, pueden acusarme de muchas cosas, menos de vulnerar mi seguridad exclamó Dante.

— Pues últimamente no se te puede acusar de mucho has perdido el toque hermanito dijo Ella guiñando el ojo.

— Buenas noches a todos exclamó Rashad que había ingresado a la casa había decidido ir directamente a Grecia.

Kat se puso de pie y saludo a su hijo.– Llegas justo para el regaño dijo Eleonora.

— Lo dudo, suelo seguir las reglas comento Rashad.

—Estamos hablando de su seguridad no es un tema para bromear Eleonora comento su madre.

Rashad metió su mano en el bolsillo y puso sobre la mesa el pequeño dispositivo de seguridad.– Yo no bromeó con mi seguridad ni la de mi familia, esto está enlazado a mi equipo de custodios y el ejército de Burhan. Pero con las ovejas negras de la familia creo que lo mejor es usar el chip subcutáneo, Sharif lo usa con Isra y los niños. Si no me equivoco Olivia y sus hijos también, ya que los Hazbun lo utilizan hace años. En ambos casos es una cuestión de seguridad nacional comento Rashad.

— Bueno yo no soy ni princesa ni reina así que me niego rotundamente, prefiero a los gorilas.

— Tal vez, pero podrías ser tomada como rehén por un grupo terrorista para vulnerar a tu hermana que si es una reina. En este momento Cesaré podría estar siendo utilizado para llegar a Sharif o Helena. Henry asintió.

Dante miró a su primo, él se movía con seguridad, así que por ese lado no tenía problemas, pero tenía un punto por donde podían vulnerar su seguridad Allegra, y obviamente él no permitiría que dañaran a Allegra para llegar a él, buscaría un custodio, Allegra tenía un chófer, pero un custodio era lo mejor, estaba pensando en hablar con Roberto cuando, el ingreso.

— Señor Beaumont, si me permite unas palabras.

Para sorpresa de la familia Dante regreso a Londres esa misma noche...

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Cesaré miró a Selene se la veía agotada y estaban lejos.

— Porque no descansas yo seguiré remando después de todo la corriente nos ayuda.

— Está bien solo unos minutos dijo Selene.

— Descansa Selene después de todo tu nos liberaste. Me sorprende lo bien que peleas.

— Tú no lo haces mal, te di una buena paliza.

— Define buena paliza terminaste jadeando debajo de mí exclamó Cesare riéndose.

— ¿Quieres que te dé una buena paliza ahora?, pregunto ella.

— ¿Quieres nadar hasta la costa?, preguntó él. No me provoques Selene, porque no suelo comportarme como un caballero cuando me provocan exclamó él.

— Tal vez yo termine nadando hasta la costa, pero tú no saldrás mejor parado.

Cesare sonrió.— Volviendo al tema inicial ¿Dónde aprendiste a pelear así?, pregunto él.

— En los gimnasios de mi madre, exclamó ella.

— ¿Y por qué?, uno creería que una princesa como tú debería tener custodia.

— La tengo, mamá suele decir que nadie cuida mejor de uno, como uno mismo. Siempre veía a mamá entrenar en su gimnasio. — Selene guardo silencio recordando.–tendría unos siete años, cuando fuimos con mamá a buscar a Benjamín, ella conducía su propio auto él terminaba de subir al coche cuando un auto freno, mama trabo las puertas y nos gritó qué no abriéramos. Fue como si lo hubiera visto antes de que pasara, antes que los custodios reaccionaran. Pasaron veinte años y jamás lo olvidé.–Cesaré frunció el ceño, veinte años atrás habían intentado secuestrarlo.– Cuando mamá era más joven solía entrenar con ella, aunque creo que aún sería capaz de darme una buena paliza.

— Solía entrenar con papá cuando era más chico ahora lo hago con mis primos, la técnica de papa es bastante similar a la tuya.

— Así que te ha dado varias buenas palizas dijo Selene riéndose.

— Ya supéralo. Míranos aquí juntitos conversando como buenos amigos, cuando nuestros padres no se toleran exclamó Cesare.

— Los hombres de negocios tienen mal genio, quizás se deba a su rivalidad de negocios exclamó Selene.

— No lo creo, tu padre se lleva bien con mi tío Alexos y ellos compiten.

— Ambos son griegos es diferente.

Un ruido alarmó a Cesare era un helicóptero y a lo lejos provenientes de la costa se veía unas lanchas que se acercaba hacia ellos. Cesare miró a Selene con una mezcla de alivio y preocupación.

—Parece que hemos sido localizados —dijo Cesare, mirando hacia el helicóptero y las lanchas.

Selene se levantó y miró hacia el horizonte.

—No sabemos quiénes son —dijo Selene. —Podrían ser nuestros secuestradores.

Cesare asintió.—Tenemos que estar preparados para cualquier cosa —dijo Cesare, mirando alrededor del bote en busca de cualquier objeto que pudieran utilizar para defenderse.

Selene asintió y se sentó junto a Cesare, su mirada fija en el helicóptero y el barco que se acercaban.

—¿Qué crees que pasará? —preguntó Selene, su voz baja y tensa.

Cesare se encogió de hombros.—No lo sé —dijo Cesare. —Pero estamos juntos y eso es lo que importa.

Selene sonrió débilmente y se tomó la mano de Cesare, sus miradas estaban fijas en el horizonte...

Cesare sonrio y se puso de pie .— Somos la guardia costera, permanezcan quietos exclamó el oficial por el altavoz. El helicóptero de la guardia costera sobrevolando lentamente sobre el agua, mientras que los botes de la policía se acercaban a Cesare y Selene. Ellos se miraron aliviados, sabiendo que habían sido rescatados.

—¡Gracias a Dios! —exclamó Selene, sonriendo.

Cesare asintió, sonriendo también.

—Sí, parece que hemos tenido suerte —dijo Cesare.

Los policías en los botes se acercaron y ellos estaban sonriendo. Pero su alivio se convirtió en confusión y miedo cuando los policías les gritaron que se tiraran al piso boca abajo.

—¡Tiren las manos detrás de la espalda y no se muevan! —gritó uno de los policías, apuntándolos con su pistola.

Cesare y Selene se miraron, incrédulos. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué la policía los trataba como delincuentes?.

—¿Qué pasa? —preguntó Cesare, intentando mantener la calma. —Somos las víctimas. Nos secuestraron.

Pero los policías no parecieron escuchar. Les gritaron de nuevo que se tiraran al piso y que no se movieran. Cesare y Selene se vieron obligados a obedecer, tirándose al piso boca abajo con las manos detrás de la espalda.

—¿Qué está pasando? —preguntó Selene, su voz temblando de miedo. —¿Por qué nos tratan así?

Cesare sacudió la cabeza.—No lo sé —dijo. —Pero creo que algo no está bien.

Mientras yacían en el piso, Cesare y Selene se dieron cuenta de que algo estaba muy mal. Los policías lanzaron una cuerda para amar el bote. Cesare y Selene se miraban a los ojos, mientras los oficiales les apuntaban con armas y un oficial subia a bordo para esposarlos.

Una vez que los esposaron, Cesare y Selene se miraron, confundidos y asustados. ¿Por qué la policía los estaba tratando como delincuentes?

Los policías los levantaron del piso y los llevaron a una de las lanchas de la policía. Cesare y Selene se resistieron, pero los policías los empujaron y los obligaron a subir a la lancha.

Una vez a bordo, uno de los policías se acercó a ellos y les ordenó que se quedarán quietos.

De repente, el policía que los había esposado se acercó a ellos y le arrojo una barreta al policía que seguía a borde de su barcaza, este se agachó y forzó el piso. CesareCesaréene se miraron, sorprendidos. ¿Qué estaba pasando?

El policía reveló un compartimiento secreto debajo del piso. Cesare y Selene se miraron confundidos.

Cesare y Selene se miraron, horrorizados, al ver los paquetes de drogas en el compartimiento secreto. No podían creer lo que estaban viendo.

—¿Qué... qué es esto? —tartamudeó Cesare.

El oficial se rió, una sonrisa cruel en su rostro.

—Ustedes dos están arrestados por tráfico de drogas —dijo, su voz firme y autoritaria.

Selene se acercó, estaba enrojecida por la ira.

—¡Eso es mentira! —gritó. —¡No sabemos nada sobre eso!

Cesare también comenzó a gritar.

—Sí, esto es un error —dijo. —No tenemos nada que ver con el tráfico de drogas.

El oficial se encogió de hombros.

—No importa lo que digan —dijo. —La evidencia está aquí. Ustedes dos están bajo arresto. El oficial encontró un bolso con ropa y unos pasaportes. — Están bajo arresto Vitto Saracino, Isadora Asher exclamó el oficial dijo el oficial mostrando los pasaportes con las fotografías de ellos.

Cesare y Selene se miraron, desesperados. ¿Cómo iban a salir de esta situación? ¿Quién estaba detrás de esto?.

— Mi nombre es Selene Kyriakos fuimos secuestrados, eso no es nuestro. Los oficiales se reían...

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