Desafortunadamente, Me Enamoré De Mi Mejor Amigo.

Capítulo 8

Las horas pasan y todos disfrutan de la fiesta, bailan, cantan, comen, beben y conversan alegremente. Alrededor de las 23h, los recién casados se despiden de la familia y parten para su luna de miel, mientras que los demás se quedan disfrutando. Alrededor de la 1h, Mariana, que estaba sentada entre sus padres, recuesta la cabeza en el hombro de Otto.

Otto: ¿Cansada, hija?

Mari: Sí... ¿Puedes decirle al piloto que me voy a las 9h? Quiero descansar un poco.

Otto: Ya lo hice, hija.

Mari: ¡Gracias, papá!

Maria: Tus cosas ya están en la habitación, mi amor.

Mari: ¡Claro! Me voy, chicos.

Murilo: ¿Ya?

Mari: ¡Sí! Para los que se quedan, disfruten de la fiesta.

Mariana se despide de sus padres con un beso y del resto con un abrazo, pero a Murilo solo lo toma del hombro. Él la toma de la mano y la mira con tristeza.

Mari: Luego hablamos, Lilo.

Murilo: ¿Cuándo?

Mari: Cuando vuelva de Portugal.

Se miran sin decir nada, pero Mari rompe el contacto y se va. Al llegar a su habitación, Mariana se quita la ropa y va al baño a darse una ducha relajante.

Mari: Voy a intentar volver a ser tu amiga, Lilo. Pero no sé si podré. El amor que siento por ti crece cada día más.

Habla frente al espejo y suspira con la revelación. Después de asearse, va a su maleta y descubre que no tiene ropa para dormir, al fin y al cabo, no iba a quedarse.

Mari: ¡Mierda! ¿Y ahora qué...? ¡Papá!

Mensaje en línea...

Mari: Papá, ¿puedo coger una camiseta tuya? No tengo ropa para dormir 😅

Otto: Mi habitación está frente a la tuya, cógela de allí.

Mari: ¡Grazie, papà!

Mensaje fuera de línea...

Tira el teléfono en la cama y, solo con la toalla, va a la otra habitación, pero antes se asegura de que no haya nadie alrededor. Entra en la habitación de sus padres y busca la camiseta más grande de Otto, después de encontrarla, vuelve a su habitación ya vestida y se tira en la cama para relajarse. Al "día siguiente", Mariana se despierta con una notificación en el móvil, lo coge y da un salto de la cama al ver la hora.

Mari: ¿¡Las 16h!? ¡Dios mío!

Mira la notificación que había llegado y se da cuenta de que es un correo electrónico de la institución donde hacía el doctorado.

" Señorita Mariana Sanna, hemos recibido su solicitud para adelantar la presentación de su trabajo de doctorado en administración. En vista de ello, la Institución de Portugal en Administración le informa de que la presentación, que tendría lugar dentro de un mes, se ha adelantado a dentro de cinco días. Confirme si la fecha elegida le conviene. En caso contrario, lamento informarle de que la fecha volverá a ser la que habíamos fijado anteriormente. Desde ya, agradezco su comprensión y colaboración".

Lee un poco más de información del correo electrónico y luego confirma. Mariana había pensado en adelantar el trabajo, ya que lo había terminado hacía unas semanas y quería terminar pronto el doctorado para volver a casa. Aunque no quería volver, por motivos mayores, la añoranza que sentía de su familia era mayor, sin mencionar el sentimiento de soledad que la consumía en Portugal. Después de responder al correo electrónico, va al baño a asearse y ducharse, luego se pone ropa cómoda para viajar, arregla sus cosas y deja la maleta sobre la cama. Después de tenerlo todo organizado, sale de la habitación en busca de sus padres y de algo para comer, ya que su estómago ya le rugía. Tras unos minutos buscando a Otávio y a María, con un plato en la mano, los encuentra en la piscina.

Mari: ¡Eh!

Otto: La bella durmiente ha despertado jaja

Mari: ¿Por qué no me despertaron? A estas horas ya debería estar en Portugal.

Maria: Fui dos veces y tu padre una, y todas las veces solo te quejabas y te dabas la vuelta en la cama jaja

Mari: No me acuerdo jaja

Otto: ¿A qué hora quieres ir? Te dejamos en el aeropuerto y luego nos vamos a casa.

Mari: Ya estoy lista. Solo voy a comer aquí...

Otto: Entonces vamos a prepararnos para irnos.

Maria: ¿Tus cosas ya están listas?

Mari: Sí... Están todas encima de la cama.

Los tres conversan un rato más y luego la pareja se prepara para irse. Mientras tanto, Mariana se queda en una silla cerca de la piscina, mientras come, pero un hombre que nada hacia ella llama su atención, era el mismo del día anterior, solo que esta vez pudo verle la cara y tuvo la certeza de que era Murilo. Para su decepción o alegría.

Murilo: Mah, ¿qué haces aquí? Creí que te habías ido de madrugada.

Mari: Decidí descansar antes de irme. Mi plan era irme a las 9h, pero me quedé dormida y me acabo de despertar.

Murilo: ¿Todavía te vas hoy?

Mari: Dentro de poco... Solo estoy esperando a mis padres.

Marilo: Entiendo... Parecemos dos extraños.

Mariana suspira con tristeza, coincidiendo con él. Murilo quería hablar un poco más con ella, pero enseguida llegan sus padres para llamarla. Los tres se despiden del chico y se van.

Otto: ¿Maria Luiza tu final de vida para ustedes?

Maria: Otto, está de luna de miel...

Mari: ¿Te acuerdas de lo que pasa en la luna de miel? jaja

Otto: ¡Lo sé! Y no quiero saberlo. No quiero imaginar a mi pequeña haciendo ese tipo de cosas.

Mari: Ay, papá. Maria Luiza hace cosas con Frederico que ni te imaginas jaja

Otto: ¡Basta, Mariana! No quiero saberlo.

Mari: ¡Vale! jaja

Cambian de tema y van charlando de cosas triviales hasta llegar al aeropuerto. Otto y Maria se empeñan en dejar a su hija dentro del jet privado de la familia, allí se despiden y en pocos minutos, Mariana sobrevuela Italia. Después de unas horas, ya se encuentra en la casa que era de sus abuelos. Al anochecer, cuando ya estaba acostada jugueteando con su teléfono móvil, recibe una llamada de su hermana.

Videollamada en línea...

Mari: ¿Qué haces con el móvil, que no vas a disfrutar de esta luna de miel?

Luiza: La estoy disfrutando, pero me merezco un descanso, ¿sabes? jaja

Mari: Ya lo creo jaja... ¿Y Fred?

Luiza: Ha bajado a buscar algo para comer.

Mari: ¿Y cómo está siendo en Grecia?

Luiza: Divino, aunque todavía no hemos salido del hotel jaja. Solo puedo ver desde el balcón. Pero mañana mismo haré que Frederico me lleve por todos los rincones de este lugar.

Mari: Pobre jaja. Disfruta cada segundo, hermanita.

Luíza: Estoy disfrutando, por si lo dudas jaja

Mari: Lo entiendo. Y aprovecha y tráeme un sobrino jaja

Luíza: ¿Estás loca, Mariana? Todavía es muy pronto. Quiero disfrutar primero de mi marido. Tú deberías ser la que me diera un sobrino.

Mari: Todavía tengo miedo de quedarme embarazada en la adolescencia jaja

Luiza: Adolescente con 26 años, nunca lo había visto jaja

Mari: Pues ahora lo estás viendo jaja

Luiza: Mari, te he llamado porque me he acordado del chico del que me hablaste ayer. ¿Pudiste encontrarlo?

Mari: ¡Sí! Y para mi desgracia, el chico que vi en la piscina no es otro que Murilo Rossi, más conocido como tu cuñado y mi ex mejor amigo.

Luiza: ¿En serio? jaja

Mari: ¡Sí! Me sentí tan frustrada cuando me di cuenta de que era él.

Luiza: Mari, no sé ni qué decir jaja.