capítulo 18

Después de disfrutar de la obra de teatro, Ashley y Elena llegaron al “Le Jardin Royal”, un restaurante conocido por su elegancia y su atmósfera íntima. El interior estaba adornado con decoraciones sofisticadas, luces tenues y música suave de fondo que creaba un ambiente acogedor y lujoso.

Se acomodaron en una mesa apartada, rodeada de plantas verdes y con vistas a un jardín iluminado. La carta del restaurante ofrecía una variedad de platos exquisitos, y ambas decidieron pedir un risotto de trufas negras acompañado de una ensalada de rúcula y peras caramelizadas, un plato que prometía ser tanto refinado como delicioso.

Mientras esperaban su comida, Elena abordó el tema que estaba en la mente de ambas.

—Además de disfrutar de una velada encantadora, estamos aquí para hablar de la empresa, ¿no es así? —dijo Elena, su expresión seria pero abierta.

Ashley, tomando un sorbo de su vino, asintió.

—Claro —respondió Ashley, tomando otro trago de vino.

Después miro su copa y se dio cuenta de su creciente indulgencia con el vino. “Pero qué diablos, una noche más no hará daño” murmuró para sí misma antes de dar otro trago.

Luego, mirando directamente a Elena, hizo una pregunta más puntual.

—Sé que eres la asesora financiera en Kostas Holdings, pero, ¿qué haces exactamente? ¿Cuál es tu verdadera importancia para Andreas Kostas Papadopoulos?

Elena, tomando un sorbo de su propio vino, se preparó para explicar.

—Mi papel en Kostas Holdings es bastante integral —comenzó, su voz calmada pero confiada—. Como asesora financiera, no solo gestiono las finanzas de la empresa, sino que también estoy involucrada en la planificación estratégica y las decisiones de inversión. Andreas confía en mi perspectiva para guiar la dirección económica de la empresa, y mi análisis ayuda a determinar nuestras movidas en el mercado global.

Después dio otro trago a su copa. Mientras tanto Ashley la miraba con una sonrisa y se servía otra copa.

—Eso significa que estoy en el núcleo de las operaciones financieras, trabajando lado a lado con Andreas para asegurar que la empresa no solo se mantenga solvente sino que también se expanda y prospere en el panorama empresarial actual.

Ashley escuchaba atentamente, cada detalle proporcionado por Elena añadía profundidad a su comprensión de la estructura interna de Kostas Holdings y el papel crucial que Elena desempeñaba en ella. La conversación no solo estaba revelando la red de influencia y poder dentro de la empresa sino también proporcionando a Ashley los conocimientos que necesitaba para avanzar en su objetivo de desmantelar el control de Andreas.

Ashley tomó otro sorbo de vino y, con una mirada astuta, se inclinó hacia adelante.

—Entonces, ¿eres tú quien realmente conoce las finanzas de la empresa? —preguntó, guiñando un ojo a Elena, insinuando un conocimiento más profundo.

Elena sonrió, devolviendo la complicidad de la mirada de Ashley.

—No sé de qué hablas —respondió juguetonamente, manteniendo un aire de misterio.

Justo entonces, el camarero, Electro, llegó con sus platos: el aromático risotto de trufas negras y la ensalada de rúcula y peras caramelizadas. Después de servir la comida y asegurarse de que todo estuviera a su gusto, se retiró, dejándolas solas nuevamente.

Con la comida frente a ellas, Ashley se recostó en su silla, apoyando el mentón en sus manos entrelazadas y los codos en la mesa, mirando a Elena con una sonrisa coqueta y curiosa.

—Vamos, Elena, ¿acaso no conoces algunos de los trapos sucios de Andreas en los negocios? —indagó Ashley, su tono ligero pero claramente interesado en descubrir más.

Elena rió, una carcajada genuina y llena de complicidad.

—¡Vete, diablo! —exclamó, jugando con la conversación pero sin revelar nada todavía.

Ashley, sin desanimarse, insistió, su curiosidad claramente picada.

—Oh, vamos, no seas mala. Solo cuéntame un poco, prometo no decirle a nadie —dijo Ashley, manteniendo la atmósfera ligera pero persistente en su búsqueda de información.

Elena miró a Ashley, su risa suavizándose en una sonrisa cómplice.

—Está bien, pero esto queda entre nosotras —concedió finalmente, bajando la voz como si compartiera un secreto confidencial—. Tengo acceso a todas las finanzas y, por supuesto, a algunos detalles… interesantes de cómo se manejan las cosas en Kostas Holdings.

Elena, con una mirada que oscilaba entre la confidencia y la cautela, se inclinó hacia Ashley antes de hablar.

—En los documentos, todo parece correcto, pero hay ciertos aspectos que, si se examinan desde otra perspectiva, resultan bastante cuestionables —explicó, su voz bajando a un tono confidencial.

Ashley, con los ojos fijos en Elena, preguntó:

—¿Cómo qué?

Elena, terminando su copa de vino, la dejó a un lado. Ashley rápidamente le sirvió otra.

—Gracias —dijo Elena, aceptando la copa—. Por ejemplo, Kostas Holdings tiene una participación en una compañía que supuestamente se dedica a la extracción de gas natural, y créeme el dinero que reciben de esa participación es mucho, cientos de millones de dólares.

—¿Y qué tiene eso de extraño? —preguntó Ashley, inclinándose hacia adelante, intrigada.

—La compañía está registrada en Islandia —respondió Elena, levantando una ceja—. Un lugar que no es exactamente conocido por sus reservas de gas natural. Kostas Holdings posee un 30% de ella. El resto está dividido entre dos fondos de inversión de riesgo, uno en Alemania llamado ‘Berlin Kapital’ y otro en Roma, ‘Roma Investimenti’. Andreas y Kostas Holdings tienen participaciones en ambos fondos, pero el resto de los socios son de sociedades privadas, no públicas.

Ashley asimilaba la información, su mente trabajando febrilmente para conectar los puntos.

—Suena a una cadena de parásitos sobre parásitos —comentó, su tono mezclando desdén y admiración por la astucia del arreglo.

—Exactamente —confirmó Elena, con un asentimiento—. Es un entramado asquerosamente rico.

—¿Hay otras actividades… ilegales o al menos cuestionables? —preguntó Ashley, buscando profundizar en el tema.

Elena miró a su alrededor antes de inclinarse más cerca de Ashley.

—Nada explícitamente ilegal, o al menos, nada que no esté enterrado bajo montañas de papeles. Pero lo que puedo decirte es que Kostas se está uniendo a un fondo de inversión en Nueva York llamado ‘Manhattan Equity Partners’, propiedad de Ibrahim Alarcón, más conocido como ‘El Turco’.

La revelación añadió otra capa a la complejidad de las operaciones financieras de Kostas Holdings, y Ashley se dio cuenta de que estaba obteniendo una visión valiosa de los entresijos de la compañía y las conexiones de Andreas. Con cada sorbo de vino y cada confesión de Elena, se tejía una red más densa de intrigas y secretos, proporcionando a Ashley las herramientas que necesitaba para tejer su estrategia de venganza.

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Comments

Diana Blanco

Diana Blanco

dañaron a Ashley por cosas que no tiene nada que ver con ella solo fue por su hermana

2024-05-24

0

Maria Soto fierro Soto fierro

Maria Soto fierro Soto fierro

Mi pregunta... Porque el interés de dañar a ashley??

2024-04-30

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