Capítulo 18 Miami

Evans — Tengo curiosidad: ¿qué fue lo que la hizo cambiar tan rápido de opinión? ¿Qué pasó en República Dominicana? Estoy segura de que, si no fuera por ese chantaje, no iría. Siento como si fuera la peste. Hace todo lo posible para no estar cerca de mí. En parte la entiendo, pero eso no significa que una parte de mí no se sienta mal. Ya vamos rumbo a Miami. Usaremos el avión privado de nuestra familia.

Nicole — Mis amigas no irán al cielo por ser capaces de eso para que vaya con ellas a Miami, pero prefiero que dijo eso y no lo que le conté. Me muero de vergüenza al mirar a Evans. Sé que lo que pasó entre nosotros fue por mucho acuerdo, pero tengo mucha vergüenza. Mis amigos los odio me hicieron ir en la camioneta con Evans. Prefería ir de mal tercio en una de las camionetas y no estar aquí. Ninguno de los dos dice nada, haciendo que la tensión aumente. Al fin llegamos al aeropuerto. Nos iremos en el avión privado de los mellizos. Ya todos estamos en el avión. Mis amigas están con sus respectivas parejas, y yo estoy sola en un asiento. Bueno, no me iba a sentar junto a Evans, y agradezco que él también prefiera su espacio.

Cristhian — Entiendo que no se soporten, pero este viaje puede servir para que limen las perezas y se hagan amigos. Total, ya son compañeros en el hospital y viven en el mismo piso.

Carla — Cristhian tiene razón. No entiendo el motivo de su odio estúpido. Sé que pueden llevarse muy bien, y quién quita llegar a hacer algo más que amigos.

Steven — Quién quita y puedas ser mi cuñada.

Bella — Mejor cállense y déjenlos tranquilos. Porque si la mirada matara, ya estaríamos muertos. Mejor durmamos un poco en lo que aterriza el avión.

Nicole — No dije nada, al igual que Evans. Solo nos miramos por unos segundos y luego miramos a nuestros amigos. Por primera vez, estoy de acuerdo con Bella. Si la mirada matara, ya estarían muertos. Cómo se les ocurre decir eso. Están locos. Jamás el señor hielo y yo llegaríamos a hacer algo.

Evans — Estoy cada vez más seguro de que a Cristhian lo dejaron caer de pequeño. Cómo se le ocurre decir tantas estupideces. Él y Carla son tal para cual. No piensan antes de hablar. Y mi hermano no se queda atrás. Ya por fin hemos llegado, y me toca despertar a todos. Ya que fui el único que no pudo dormir, la irritante se apoderó de mis pensamientos, cosa que odio. Me quito el cinturón, dispuesto a despertar a todos. Pero me sorprendí al ver a la irritante ya despierta.

Nicole — No pude dormir. Evans se apoderó de mis pensamientos. Ya por fin había aterrizado el avión. Al parecer, no fui la única que no pudo dormir. El come pimientos también está despierto.

Evans — ¿Me ayudas a despertarlos?

Nicole — Claro. Ya nos encontrábamos en la casa de la playa. Es muy bonita, la verdad. Muero ya por irme a la playa. Aunque al principio no quise venir, la verdad voy a aprovechar y la voy a disfrutar, sin importar que Don Hielo esté aquí.

Cristhian — Bueno, la casa tiene 4 habitaciones. La primera es la mía. Carla, si quieres, puedes dormir conmigo. La segunda es la de Steven, y la tercera es la de Nicole. La cuarta es la de Evans. Una cosa de las habitaciones es que…

Steven — Bella, ¿quieres dormir conmigo?

Nicole — Me vas a dejar sola por irte con él. La traición.

Bella — No seas dramática. Claro que no te dejaré sola.

Steven — Pero me dejas solo a mí.

Cristhian — Ustedes ya dejen su drama y mejor subamos y desempaquen. La playa nos espera.

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