- Ya había llegado al hospital. Les indiqué a mis amigas dónde estaba mi consultorio y fui corriendo a la sala de partos. Me informan que el bebé viene con dos vueltas en el cuello, esto se llama cordón nucal. Proceden a preparar todo para hacerle una cesárea de emergencia. Las cosas se complicaron un poco y necesitamos a un cardiólogo, necesitamos a Evans.
Evans:
- Después de salir del departamento de Candy, por más que traté, no dejé de pensar en la irritante. Recibo una llamada y voy corriendo al hospital. Me dirijo al quirófano, me dan el informe, y procedo a vestirme con lo necesario antes de entrar. Me topo con la sorpresa de verla aquí, pero esto no es momento. La examino y proceden a preparar todo. Ya le colocaron la anestesia, tengo que estar presente ya que la paciente padece de arritmias, que son irregularidades en el ritmo cardiaco, o bien, un latido muy lento o muy rápido, y son una de las enfermedades cardiovasculares más frecuentes. Tengo que estar presente por cualquier complicación. La cesárea ha transcurrido sin ninguna complicación, ya el bebé nació, por lo que tengo entendido tiene el cordón enredado.
- Gracias a Dios todo salió bien tanto para la madre como este pequeño hermoso. Procedo a mostrárselo a la madre para que lo cargue. Después de unos minutos, me retiro con el bebé para tomar sus medidas, peso y ponerle la vitamina K, la cual se le coloca dos décimas. Luego de ponerle la inyección, me aseguro de que ya haya hecho meconio, es decir, popo. Terminé de hacer el informe médico, era lo que faltaba para terminarlo, ya que si no hacía popo sería algo complicado, pero este es un hermoso niño sano. Me dispuse a ponerle el pañal cuando un chorro de pipí va a mi cara. No puedo evitar reírme, pero amo mi trabajo. Después de vestir al bebé, lo llevo a la habitación donde está su madre.
X:
- Gracias, doctora.
- No tienes que agradecer, es mi trabajo y amo lo que hago. Aquí tienes a este hermoso pequeño. ¿Y cómo le vas a llamar?
X:
- Nicolás, doctora. No sé si es mucho atrevimiento, pero me gustaría que usted fuera la pediatra de mi bebé.
- Será un gusto ser su pediatra. Tome, este es mi número, llámeme si necesita algo, y será un placer poder atender a este hermoso bebé. Bueno, los dejo para que descanse.
Evans:
- Disculpa si interrumpo. Solo vengo a felicitarte, eres muy fuerte, y a conocer a este hermoso bebé.
X:
- Gracias, doctor, por todo. Y mire, le presento al hermoso Nicolás. Doctor, me gustaría que usted fuera mi cardiólogo.
- Por mí será un placer ser tu cardiólogo. Y qué hermoso es este niño. Bueno, los dejo con permiso.
X:
- Espere, doctora. Disculpe mi atrevimiento, pero ¿qué le pasó? ¿Por qué tiene la parte de arriba mojada?
- Descuida, y bueno, digamos que el baby Nicolás hizo su primera travesura con el pañal. Un consejo, cuando lo vayas a cambiar, ten un escudo.
X:
- Lo tendré en cuenta, pero sin duda son ustedes los mejores doctores. Una pregunta, ya sé que dirán que soy muy metiche, pero ¿ustedes son pareja?
- No somos pareja.
X:
- Es una lástima porque hacen una bonita pareja.
- Luego de salir de la habitación, voy directo a la cafetería. Mierda, se me había olvidado que mis amigas están en mi consultorio. Pago mi café y voy a mi consultorio y, como lo supuse, están dormidas. Antes de despertarlas, les tomaré una foto. Se ven muy graciosas.
Bella:
- Oye, ¿por qué nos despiertas así?
- Les recuerdo que están en mi consultorio y cualquiera puede entrar y verlas.
Carla:
- Sí, como sea, ¿cómo te fue y qué te pasó que estás mojada?
- Bueno, me fue bien y esto, bueno, fue el pequeño Nicolás, el bebé que tenía el cordón enredado.
Bella:
- Sin duda, yo no sirvo para ser doctora. Con solo ver sangre me desmayo y me muero si veo una cirugía.
Carla:
- Opino lo mismo. ¿Tienes algo que hacer?
- No, solo tengo que ir a revisar al bebé. Ya tengo el informe listo, solo voy, lo veo y luego entrego el informe, ya que la pediatra que le toca turno lo recoja cuando llegue.
Esteven:
- Nicole, qué bueno verte. Pensé que no venías hoy.
- Pensaba lo mismo, pero surgió algo y ya sabes cómo es nuestra vida.
- Tienes razón. ¿Y qué planes tienes para esta noche? ¿Qué dices si vamos a cenar?
- Será para la próxima. Estoy cansada y además, mis amigas vinieron hoy y quiero estar con ellas.
- Qué bien. Espero tener el gusto de conocerlas.
- Claro, vamos a mi consultorio. Ellas están allí. Chicas, él es Esteven, el subdirector, o sea, mi jefe y amigo, y ellas son Carla y Bella.
- Un gusto conocerlas.
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