Capítulo 2 ¿Tiene que ser una broma?

Evans

—¿Qué se cree ella para dejarme con la palabra en la boca? Muy linda y todo, pero es una altanera. ¿Acaso no tiene idea de quién soy? Esa chiquilla… Solo espero que no sea ella la nueva doctora que mi padre contrató. De lo contrario, terminaré explotando.

Estaba entrando a la oficina de mi padre cuando veo que se encuentra mi hermano, y nada más y nada menos que la chiquilla maleducada. Solo espero que no sea ella la nueva doctora. Puedo notar el asombro al verme a mí y a mi hermano. ¿Es tonta o qué? ¿Nunca ha visto unos mellizos?

Les hablaré un poco de mí, solo les digo, no se enamoren. Sé que soy muy guapo, pero soy para todas las nenas. Mi nombre es Evans James, mido 1.96, piel blanca, ojos grises y pelo negro. Soy todo un papacito. Tengo 30 años, soy doctor especializado en el área de cardiología. Trabajo como cardiólogo en el hospital de mi familia. Mi padre, Eduardo James, es el director de este hospital, y mi hermano, Esteven, es el subdirector.

¿Dirán que estoy celoso porque mi hermano es el subdirector? La verdad, me da igual. Me gusta mi especialidad.

Ya les hablé un poco de mí. Más adelante sabrán más y se seguirán enamorando. Ahora tengo que averiguar quién es esta chiquilla y qué hace aquí.

Esteven

—Pasa, hermano. Ven, deja y te presento a la nueva pediatra. Papá la contrató hace unos días. Ella es la Doctora Nicole Sosa.

—Doctora, deja y le presento a mi hermano, Evans James, doctor en cardiología. Disculpe, no me dio tiempo de presentarme por la interrupción. Yo soy el Doctor Esteven James, subdirector. Un gusto tenerla en nuestro equipo.

Ahora acompáñeme, por favor, tengo que darle el recorrido por el hospital y presentarle al resto del personal.

Sin decir más, se fueron y me dejaron aquí en la oficina. Así que la chiquilla se llama Nicole Sosa. No es fea, pero demasiado altanera. Ni siquiera dijo que me conocía. Ella se lo pierde.

Podría ofrecerme a darle el recorrido, pero preferí dejárselo a mi hermano. De todos modos, es parte de su trabajo.

Ya me habían asignado mi consultorio. Me encontraba dándole un poco de mi estilo. Todos en este hospital son muy simpáticos y amables, a excepción del arrogante de la mañana, que ahora sé que se llama, ¿cómo era? Ah, sí, Evans.

Si no fuera por el parecido que tienen los hermanos James, hubiera pensado que Evans fue adoptado, porque es todo lo contrario a su hermano Esteven, que es muy amable y simpático. Al parecer, toda su familia es igual de encantadora, según lo que me han dicho algunos médicos y enfermeras.

Al parecer, el único que desayuna pimientos es él.

Ya había terminado mis consultas, ya era hora de irme a mi casa. Al menos este día no terminó tan mal.

Al estar saliendo de mi consultorio, choco con el Doctor amargado —digo, Evans—. Esto no puede ser real. Hablé demasiado rápido. ¿Cómo es posible que tenga que chocar con él otra vez? Definitivamente, este no es mi día.

Sin decir más, salí lo más rápido que pude. Él estaba diciendo algo; no logré escuchar bien. Lo dejé con la palabra en la boca.

No quiero terminar mi día discutiendo con ese amargado.

Evans

—¡Diablos! Esa chiquilla tiene que chocar conmigo siempre. Estaba saliendo de mi consultorio cuando ella chocó conmigo. Ni siquiera fue capaz de mirar atrás. Le estaba diciendo que se fijara por dónde iba, pero me dejó hablando solo.

¡Qué insoportable es! No entiendo por qué dicen que es tan linda y simpática. Están locos. Claro que no lo es.

Ya cansado, me dirijo al estacionamiento. Ya era tarde. Pensé que no quedaba nadie, cuando un carro casi me atropella. Si no echo hacia atrás, otra fuera la historia.

Esto tiene que ser una broma de mal gusto. ¿Es en todos los lados que me tengo que chocar con esta chiquilla?

Nicole

—Esto tiene que ser una broma. En todos lados tengo que chocarme contigo.

Evans

—¿Tú estás enojada? ¡Enojado debería estar yo! Casi me echas el carro encima, chiquilla tonta. Fíjate por dónde vas, has chocado desde que entraste hasta que te vas.

Nicole

—Tengo nombre. No me digas chiquilla. Por si no lo recuerdas, mi nombre es Nicole Sosa, Doctora Hielo, y claro que estoy enojada. Su sola presencia me enoja.

El que se debe fijar por dónde camina es otro, porque le recuerdo que el que se metió cuando estaba dando reversa fue usted, y no me venga a reclamar nada.

Que usted sea tan arrogante que no sea capaz de mirar a los lados no es mi problema.

Solo le pido una cosa: deje de chocar conmigo.

Sin más que decir, me fui, dejándolo con la palabra en la boca.

¿Qué se cree? Solo llevo unas horas conociéndolo y no lo soporto.

Su sola presencia me asfixia. Ya dejaré de pensar en Don Hielo. No voy a permitir que su amargura arruine mi primer día de trabajo, que, a pesar de todo, me fue bastante bien.

Evans

—¿Qué se cree esta chiquilla? ¿Que soy yo el que debe fijarse? ¿Y cómo se atreve a dejarme siempre con la palabra en la boca?

Solo espero dejar de toparme con ella.

Ya ha pasado un mes desde que estoy en el hospital. En lo personal, me ha ido súper bien.

Claro que existen sus excepciones. No todo es miel sobre hojuelas, y con eso me refiero a que, como si fuera mala suerte, siempre tengo que chocar con el amargado ese. Y lo peor de todo es que nuestros consultorios están uno al lado del otro.

Nuestros encuentros son cada vez peores. La otra vez chocamos nuevamente en el pasillo, y yo llevaba un café en la mano… bueno, cayó encima de él. Ya se podrán imaginar la cara que puso.

La vena de su frente, en cualquier momento, iba a estallar.

Estoy empezando a creer que, en verdad, desayuna pimientos con limón, porque cada día viene más amargado. Y no soy la única que lo dice.

La mayoría de mis amigos del hospital lo creemos. Ya descartamos la teoría de que es adoptado, por el increíble parecido entre él, su hermano y su padre, Eduardo.

Lo único que los diferencia es la amargura de Don Hielo.

Su padre y hermanos son personas muy lindas, educadas y, sobre todo, simpáticas. Con ellos me llevo súper bien. Mientras que con Evans… ni siquiera podemos dirigirnos la palabra.

O terminamos discutiendo o lo dejo hablando solo.

Hoy es fin de semana, lo que implica que no trabajo.

Y estoy emocionada, ya que hoy terminan con la remodelación de mi apartamento y ya me puedo mudar por fin.

Había encontrado un apartamento en Manhattan súper cómodo, la verdad, pero necesitaba algunas remodelaciones. No eran tan necesarias, pero quería pasar tiempo con mi familia.

Y ellos conmigo… qué mejor excusa.

Pero ya está bueno. Hace un mes que volví y necesito mi espacio.

Mi familia me estaba ayudando con la mudanza.

La verdad, no tenía muchas cosas. Tuve que comprarlas. Consejo: nunca metan a sus madres en las compras, porque te hacen comprar cosas que nunca vas a usar.

Mi mamá me compró utensilios que, sinceramente, dudo utilizar. Yo viviré del calentado y la comida de la calle. La cocina y yo no somos compatibles.

Ya estábamos terminando de meter todo cuando… alguien toca la puerta.

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Comments

Elsy Aguero

Elsy Aguero

ya me estoy divirtiendo con esta novela vamos a ver como se desarrolla

2024-04-05

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