Capítulo 13

X

—Tengo que hacer algo para sacar a esos de este edificio. Son unos irrespetuosos, son tal para.

“Hola, muy buenas noches. Lamento molestarla, pero acabo de recibir un paquete y necesito su autorización para que suban a llevarlo. Ok, perfecto. En unos minutos tendrá el paquete en su puerta. Que pase buenas noches.”

—¿Quién será que me manda esto? Mis hijos se acordaron de mí.

[Toc, toc]

—Buenas noches.

X

—Se puede saber quién me manda esto. Yo no pedí nada.

—Lo siento, seño, no tengo esa información. Yo solo cumplo con entregar el paquete. Lo demás, usted sabrá. ¿Me puede firmar aquí?

X

—¿Qué seño ni nada? Señora, en mis tiempos, los jóvenes eran más educados. Pero, ¿qué son todos esos tatuajes? Eres un pecador marcando tu piel.

—¡Qué vieja tan anticuada, seño! ¿Y mi propina?

X

—Grosero. Los jóvenes en mis tiempos sabían respetar a sus mayores. Largo de aquí que no te voy a dar propina.

X

—Dios mío, pero estos jóvenes cada día están más insolentes. Reviso el paquete y no tiene código postal ni tarjeta. Dudo en abrirlo, pero la curiosidad me gana. Señor, pero ¿qué es esto? ¿Quién se atrevió a mandarme esto? Jamás en mi vida usaría esto. Y ¿qué es esto? Luego de un rato de ver todo, Dios mío, pero qué inmoral me mandó esto. Al menos tiene dulce un dulce, no se desperdicia. Me los comí casi todos. Luego de un rato, siento calor inmenso. Voy corriendo al baño, pero ni con agua se me quita. El calor aumenta cada vez en mi entrepierna. Mi mente se nubla y toco mi parte íntima. Una corriente eléctrica llega a mi sistema. En verdad, si necesito sexo. Ya son 15 años sin un hombre. No sé lo que hago. Voy a la caja y saco un vibrador. Es más grande que el que encontré. Dios mío, necesitaba esto.

Un mes después

Nicole

—Al parecer, sí le ha dado uso a su regalo, ya que no ha vuelto a molestar. Aunque era divertido discutir con ella, pero bueno, después de eso, Evans y yo hicimos un tratado de paz. No fue necesario aclararlo, ya que hemos dejado de chocar ni discutir. No voy a negar que me hace falta discutir con él y dejarlo hablando solo, pero bueno, ya tengo que dejar de pensar en él, ya que últimamente es lo único que hago. Pensar en ese come pimientos. Bueno, es fin de semana y hoy no trabajo. Qué mejor que salir de fiesta con las amigas. Cristhian nos invitó a su discoteca. ¿Pueden creer que para entrar a esa discoteca tienes que hacer una reserva una semana antes? Pero nosotras somos VIP. Cristhian nos dio unas pulseras. Iremos mis amigas, Esteven y unos amigos del hospital. Voy a hacer de cupido esta noche, ya que desde hace unos días siento unas miraditas entre Bella y Steven, que en este tiempo se ha convertido en un gran amigo. Es mi mejor amiga. Es una lástima que no pueda decir lo mismo de su hermano. Son tan iguales y tan distintos a la vez. Esteven me contó un poco del por qué él es así. No me quiso decir mucho, ya que era algo que solo su hermano podía contar y que él espera que vuelva a creer en el amor. Según ellos, tuvieron problemas por una mujer. Evans solo sabe una parte de la historia, ya que cuando se enteró, se negó a escucharlos. Después de eso, él se alejó de todos. Nunca quiso escuchar su parte de la historia. Él solo me contó lo que con su parte vaya chisme jamás me lo daré. Evans me odia y dudo mucho que me cuente su secreto. Pero bueno, basta de pensar en el amargado. A ponerme mamacita.

Esto usaremos

Yo

Bella

Carla

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