capitulo 11

CAPITULO 11.

(Tyler)...

Luego del desagradable momento con Margareth, salgo a buscar a Liz, tomo el teléfono y coloco la dirección en el GPS de mi carro,

Al llegar estaciono el carro al costado de la acera y le envío un mensaje a Liz para que salga. Cinco minutos después, veo que camina acercándose al carro.

Observo con detalle la ropa que trae puesta, es horrenda, grande y pasada de moda. Su cabello está tomado a la rápida y trae unas gafas que cubren la mitad de su cara.

Cada prenda que trae puesta es unas tres tallas más grandes que su figura (Si es que la tiene). Pero me logro dar cuenta que su cuerpo es más pequeño de lo que párese.

_ Veo que te esforzaste en arreglarte _ le digo con sarcasmo.

_ Me tomó más de tres horas arreglarme _ me responde con tono de burla.

Me río para mis adentro, pensando que ni con un millón de horas podría arreglarse y verse bien, esta desaliñada y fea chica, que será mi novia ante toda la escuela.

A los pocos minutos llegamos a la fiesta, veo a mis amigos apreciando el nuevo carro de Bruno. Y me bajo solo del carro para saludarlos.

_ Hermosa máquina, felicidades _ le digo a Bruno, dando una palmada en su espalda.

_ Que lastima que no pueda decir lo mismo de la chica que traes en tu carro _ me responde viento que Liz aún está sentada dentro del carro.

Camino hacia la puerta, la abro y le pido a Liz, que baje para que conozca a mis amigos. Sus ojos me querían asesinar con la mirada que me da, pero obedece, saliendo del carro y tomada de mi mano.

_ Liz, ellos son mis amigos _ le digo para que salude a unos de mis cinco mejores amigos.

_ Chicos, les presento a mi novia Liz _ les digo a mis amigos, mientas cada uno de ellos se acerca para saludar.

Excepto Bruno, que se da la media vuelta y entra a la fiesta.

_ No te preocupes por ese bruto, nunca ha tenido buenos modales _ le dice Christopher a Liz al verla como observa a Bruno retirarse molesto.

_ No te preocupes _ responde Liz muy nerviosa.

La música suena más alto, y eso da paso a que debemos entrar. Cojo de la mano a Liz, dándole tirones para qué camine más rápido.

Apenas entramos, llueven los vasos con tragos. Liz no acepta y yo me tomo uno de un solo sorbo dejándome con más sed.

Veo como todos me miran y murmuran al detallar a Liz de pies a cabeza. Tomo otro trago y este no me dura ni un segundo cuando ya lo bebí todo.

Agarro, valentía, tengo que ser consecuente de mis actos... Abrazo a Liz y le planto el feroz beso en los labios.

Mi lengua busca la suya hasta que la encuentra, de primero no responde, pero luego de todos mis intentos, me responde con suaves movimientos que me erizan la piel cuando roza su lengua con la mía.

Sabe diferente a como pensé, su aliento huele muy bien, sus labios son gruesos, suaves y rosados. Qué parecen ser hasta pecaminosos cuando los mueve. Su aroma es dulce con un toque a .......

¿Qué me está pasando? Lo que debería ser un sacrificio, un martirio... Ahora lo disfruto y no quiero apartarme de su boca.

_¡Las habitaciones están arriba! _ me dice Max, sacándome de este trance.

Todos nos observan y me llevo a Liz a la cocina para servirle algo sin alcohol.

_ ¿Quieres una gaseosa? _ le pregunto, algo nervioso.

_ Bueno _ me mira con los pómulos sonrojados.

_ Hay mucha gente _ le digo sin saber qué decir, para matar el incómodo momento.

_ No se supone que en las fiestas hay gente _ me responde encogiendo sus hombros, dejándome como un idiota por lo que dije.

_ ¿Quiere bailar? _ le pregunto.

_ No... Ve tú, yo necesito ir al baño _ me dice saliendo sola de la cocina.

Me quedo un rato ahí, recordando ese beso, ese aroma y...

_ ¿Por qué tan solo? Ya te aburriste de tu nueva novia _ me dice Carmen.

_ Podríamos subir a una de las habitaciones para divertirnos un poco _ me dice mientras me da suaves caricias en la pretina de mi pantalón.

_ Iré por mi novia _ me alejo y salgo dejando atrás la posibilidad de haber tenido un buen polvo esta noche.

Subo las escaleras, camino al baño por el pasillo y me encuentro a Bruno, intimidando a Liz... Ella está contra la pared, mientras él, la acorrala con sus brazos para no poder escapar.

_ ¡Amigo! ¿Qué sucede? _ le grito para que suelte a Liz.

_ ¡Ya lo sabes!_ le dice Bruno a Liz, con una mirada intimidante.

_ Algo que necesite saber, yo _ les digo al ver sus caras.

_ Nada, amigo _ me da una palmada en el hombro.

_ Recuerda que es mi novia, y no me gustan los secretos _ le respondo a Bruno molesto.

_ Tranquilo... Solo estaba felicitando a tu novia _ se ríe.

_ Quiero ir a casa _ me dice Liz, con los ojos rojos.

_ Bueno _ le respondo, sacándola de inmediato de la fiesta para llevarla de regreso a su casa.

En el camino no cruzamos palabra, la veo pensativa y nerviosa. Hasta que llegamos a su casa, en donde veo salir un carro igual al de mi padre. ¡Es imposible! me digo, ¡Debe ser uno parecido! Me respondo.

_ Gracias por defenderme del bruto de tu amigo _ me dice Liz.

_ Eres mi novia y te dije que te protegería de él.

_ No te creí, cuando lo dijiste...Gracias nuevamente y buenas noches _ me dice bajando del carro.

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