Cap. 4: El ósculo de la verdad

Llegó el martes. Gina y Tanya como de costumbre ingresaron juntas al salón de clases. Diana, Yorkie y Blake se encontraban en sus asientos, a excepción de Camille que decidió no asistir ya que no se sentía muy bien.

En el transcurso de la mañana, las jóvenes continuaron con la cartelera que habían comenzado en casa de Camille, el sábado por la tarde; debido a que era un trabajo en equipo, decidieron juntar sus bancos y sentarse en círculo para trabajar cómodamente.

Impensadamente Blake había quedado sentada justo a la izquierda de Tanya al momento de unir sus mesas, ya que Gina había intercambiado lugares con ésta.

La forastera se acomodó acercándose aún más a la muchacha que se hallaba tiesa y sin mirarle a la cara; a tan corta distancia de ésta, Tanya podía sentir el refrescante aliento con aroma a menta que Blake emanaba producto de la goma que mascaba, el cual a su cuello y mejilla cosquilleaba, provocando que su piel se erizara; de pronto ésta gira su cabeza y le sonríe para aflojarla, haciendo que Tanya enrojeciera de lo avergonzada que se encontraba.

Ambas jóvenes no mediaron palabras sino hasta la clase de actividad física, donde en determinado momento, Blake se aleja de la ronda después de los estiramientos propios de la entrada en calor, para beber un poco de agua fresca, acercándose a Tanya que se encontraba sentada y apoyada sobre la pared del hall junto al dispenser, mientras tomaba apuntes de la clase como era de costumbre, dada su condición.

...

Blake: (Cruza miradas con Tanya) – Espero hoy también me retrates. – (Le sonríe antes de beber) – Mírame, incluso he recogido mi cabello para tal ocasión. – (Ríe discretamente y regresa a la ronda)

Tanya quedó tan sorprendida por lo que Blake había dicho que de los nervios comenzó a sonreír mientras mecía su cabeza hacia ambos lados, ya que no podía creer lo que de la muchacha había escuchado. Tanya quedó abstraída, mientras abrazaba sus rodillas.

Tanya: (Suspira) – Entonces... Ya lo sabes. Sighs. – (Murmurando para sí) – *Siempre supo que la estuve dibujando a escondidas. Era tan evidente. ¿Ahora qué pensará de mí? – (Preocupada) – Aunque, por otro lado... – *¿Fue impresión mía o Blake pareció haberme coqueteado? * – Nah, imposible... Tal vez simplemente me esté molestando. – (Sopla su flequillo hacia arriba para quitárselo de los ojos)

Al finalizar la clase del día, las jóvenes se dirigieron a la zona de las casillas en busca de sus pertenecías, previo a salir de la institución. Para sorpresa de Tanya, esta vez no se encontraba ni Gina, ni el resto de sus amigas esperándola en los casilleros, como habitualmente solían hacer, ya que Tanya siempre demoraba en guardar sus cosas.

Esto despertó su atención debido a que era inusual que se marcharan sin ella. Tampoco vio a Blake entre sus compañeras, por lo que se apresuró en dirigirse hacia su casillero y sacar sus pertenencias. Al cerrarlo, vio a Gina del otro lado de la puerta, saludándola desde el exterior. Tanya pudo visualizar a tal distancia que la joven le decía "hablaremos luego" mientras gesticulaba, y sin más preámbulos se marchó junto a las demás jóvenes que estaban aguardando en la acera.

Tanya había quedado pensativa y algo confundida, más se reía del comportamiento de su amiga sin comprender la situación, pero al voltear es sorprendida por Blake, que se encontraba allí de pie detrás de ella, ocasionándole un gran susto, como el de la última vez.

Tanya: (Sobresalto) – ¡Maldición! ¡Blake! – (Lleva su mano hasta su pecho) – ¡Deja de hacer eso! Vas a matarme de un ataque en cualquier momento. – (Suspira)

Blake sonrió disculpándose cortésmente con la joven.

Tanya: (Aún acalorada por el sobresalto) – ¿¡Y cómo es que te apareces así de la nada!? No te oí llegar. Eres tan silenciosa como un fantasma. –

Blake: – No creas que he olvidado lo de ayer. – (Sonríe)

Tanya: – No, ya lo sé. – (Suspira) – Debí de imaginar que algo tramarías. – (Ríe) – ¿Quieres que te los muestre en el parque? O... – *¡Qué nervios siento, qué vergüenza! ¡Agh! Tranquila Tanya, conserva la calma...* –

Blake negó con su cabeza a la vez que sonreía afablemente.

Tanya miró hacia ambos lados y dio cuenta de que ambas se encontraban a solas en el corredor.

Tanya: – ¿Sabes por qué se fueron tan a prisa nuestras amigas? – *¿Por qué solo estamos tu y yo en la institución? Qué extraño...* –

Blake: – Les he dicho que ambas nos quedaríamos hasta las 18hs probando nuestra presentación digital del trabajo en equipo, en el proyector de la Sala 5. – (Sonríe)

Tanya: – Qué tú, ¿qué? – (Abriendo bien grande sus deslumbrantes ojos verdes) – ¿De verdad les has dicho eso? – (Ríe)

Blake: – Da. Pero es lo que haremos realmente, así que andando... Es mi deber como encargada del audiovisual. – (Sonríe)

Ambas jóvenes se dirigieron en silencio hasta la Sala 5 (sala de proyección), usualmente utilizada para reuniones, conferencias y presentaciones.

Blake: – Zdorovo (Estupendo)... Probaré la presentación y modificaré lo que se vea mal, mientras tú sacas tus dibujos y me los muestras. ¿Sdelannyy? (¿Hecho?) – (Acomodando su ordenador sobre la mesa de la sala, mientras dirige su vista hacia la muchacha) – ¿Hecho? –

Tanya: (Suspira) – Muy bien. Hecho. – (Toma asiento mientras coloca su bolsa en una de las sillas que había en la sala)

Blake encendió su ordenador, posteriormente introdujo su USB en él. Poco a poco fue abriendo los programas para comenzar a editar. Tenía que corroborar el sonido y el proyector, por lo que mientras acomodaba los cableados para conectarlos al dispositivo y a los equipos de la sala, en simultáneo, Tanya sacaba del interior de su bolsa una gran libreta con todas sus ilustraciones realizadas para mostrarle a la forastera, colocándola sobre la tabla.

Blake: (Sonríe) – Sighs... Estás muy tensa. – (Con su vista puesta en su ordenador) – Relájate, ¿quieres? –

Tanya: (Mirando atentamente a Blake sin emitir palabras) –... – (Suspira) – *Como si eso fuera tan sencillo si estoy a solas contigo... * – (Avergonzada)

...

Blake: (Voltea para verla) – ¿Por qué estás tan nerviosa? Dime... – (Concentrada editando el texto y algunas imágenes) – Desde aquí puedo oír los latidos de tu corazón. ¡Prosto rasslab'sya! (Relájate) – (Sonríe)

Tanya: (Coloca las manos sobre su libreta) – Erm... Antes de mostrártelos, quisiera saber... Ahem... – (Hace una breve pausa y acomoda su voz) – ¿Cómo supiste que he estado dibujándote en clases? Quiero decir, ¿en qué momento me has visto hacerlo? Además... "¿Espero hoy también me retrates?" Sighs, ¿qué fue eso? Explícate. –

Blake: (Sonríe) – ¡Caíste! Tú lo has dicho... – (Risilla) – Me has estado dibujando en clases. – (Dirige su vista hacia Tanya mirándola con picardía)

Tanya: (Avergonzada) – Pero, ¿¡qué mierda!? – (Sonrojada) – ¡No es justo! ¡Me has estado incitando para que lo dijera! – *Y terminé confesándolo sin darme cuenta. * – (Oculta su rostro tras su libreta)

Blake continuaba con la vista puesta en su ordenador, concentrada en la edición del texto de la presentación, modificando algún que otro detalle minucioso.

Tanya: (Suspira) – Bueno, está bien... Lo confieso, pero en serio, cómo es que... ¿Cómo lo supiste? – (Se cruza de brazos esperando una explicación) – *Esto es verdaderamente incómodo. * –

Blake se detuvo, e inclinando su cabeza lentamente en dirección hacia ella la miró con determinación.

Blake: (Suspira) – Tanya... Sin rodeos, ¿vale? – (Hace una prolongada pausa) – ¿Tanto te gusto? – (Retoma la vista al ordenador, mientras sonríe por debajo)

Tanya la miró enmudeciendo instantáneamente. No podía mentir, ¿era muy evidente? Ante aquella pregunta dejó escapar una nerviosa risilla que le salió por accidente.

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