Capitulo 16

Las horas pasaron rápidas, acabé con mis tareas y ya deben de ser como las 6 casi las 7 de la noche, no lo sé, es difícil saberlo sin un teléfono.

Deje todo lo que usé para limpiar en el área de lavado y luego me dirigí a la cocina donde estaban los 5, Carmen, Nico, Bartolo, Elisa y Mariana, sin embargo, Bartolo estaba cortando los ingredientes para la cena y Carmen lo estaba ayudando mientras que las demás estaban en la mesa usando sus teléfonos.

Por razones que desconozco Elisa y Mariana pusieron una cara de asco cuando me vieron, pero eso a mí me valió y solo me senté al lado de Nico.

—Que bueno que ya terminaste, ¿estuvo cansado cierto?, pero no te preocupes, con el tiempo tu cuerpo se acostumbra— Dijo Nico dándome ánimos y yo le di una sonrisa como respuesta.

Me puse un poco inquieta porque no se cómo llamar a Carmen y convencerla de que me diga la dirección de dónde vive el infeliz de Dante, aunque he pensado en otra alternative, supongo que si Carmen a ido a su casa puede que Nico también.

Me paré del asiento y me le acerqué a Nico un poco al oído.

—Oye Nico, perdón que te moleste ahora, pero me urge hablar contigo, ¿puedes ahora?— Le susurré, espero que me diga que sí.

—Claro— Dijo para luego levantarse y acompañarme al cuarto en el que me quedo.

—Oye Nico, tengo una pregunta, de casualidad sabes dónde vive Dante, el amigo de tu jefe?— Pregunté un poco nerviosa por su respuesta.

—Claro, en algún momento he ido a su casa, pero por qué preguntas?— Dijo enarcando una ceja y mirandome con los ojos entrecerrados mientras que yo solo estoy en blanco, no se que mentira inventarle.

—E-Es solo que... Bueno... Solo me dió curiosidad— Dije encogiéndome de hombros como si no me importara cuando en realidad sí.

—A caso te gusta el amigo del jefe?, no lo puedo creer —Dijo emocionada, pero luego puso una cara chueca— Pero no te lo recomiendo, él nunca habla con el personal, si lo hace es para dar una orden, cosa que tambien es raro —Agregó poniendo cara triste.

¿Gustarme Dante?, ese otro infeliz, jamás, nunca pondría mis ojos en ninguno de ellos, son unos malnacidos infelices, pero me tocará mentirle si quiero lograr esto.

—Sí, es eso y pues me dió curiosidad, ¿me podrías decir por lo menos?, se que no tendré oportunidad, pero quisiera saber de todos modos— Dije poniendo cara triste para que me crea.

—De acuerdo, pero lo único que te puedo decir es que no vive lejos de aquí, vive como a una hora de aquí— Dijo encogiendose de hombros.

—Pero cuando vas desde aquí hasta allá, como sabes a qué lugar tienes que ir?, es decir, te puedes perder en cualquier casa de las que ahí en ese lugar o no?— Pregunté curiosa, pero a la vez con calma para no sonar desesperada.

—Pues porque aparte de que puedes llegar directamente, es decir, desde aquí te puedes ir por la calle recta, no tendrás que doblar ni nada, además es la única casa que ahí en esa zona— Dijo mientras hacía gestos con sus manos.

—Entiendo, muchísimas gracias Nico— Le contesté con una sonrisa y luego nos dirigimos de nuevo al comedor dónde nos sentamos con las demás.

Nico empezó a usar su celular y estaba con una sonrisa angelical en su rostro, en serio me siento realmente mal por hacerle esto a ellas, por usarlas de esa forma cuando yo no soy así, no me criaron de esa manera, pero espero que me entiendan a mi, no puedo estar en esta casa donde no me quieren, solo quiero volver a mi vida de antes, donde era feliz con mis padres y mi prima, dónde iba a la universidad y me la pasaba bien, ¿será que soy tan mala solo por querer volver a mi vida de antes?.

—Oye Tamara, ¿estás bien?, ¿por qué lloras?— Dijo Nico con un rostro de preocupación.

¿De que habla Nico?, me topé las mejillas y efectivamente habían lágrimas en ellas, estaba tan concentrada en mis pensamientos que no noté que estaba llorando caramba.

—No me pasa nada, no te preocupes Nico— Le dije con una pequeña sonrisa y ella asintio algo dudosa.

Luego de un rato Bartolo terminó de hacer la comida por lo que Elisa y yo llevamos los platos y los pusimos en orden, todos estaban allí hablando de cosas triviales, para mí suerte nadie me puso mucha atención, aunque claro, la malcriada llamada Lua no podía evitar mirarme con cierto asco, pero fue bueno de cierta forma porque ella solo me miró así más no me dijo nada malo y eso es bueno, aunque sea solo por una noche es un alivio.

Terminamos de servir la cena y como hicimos ayer nos quedamos paradas como dos estatuas hasta que la malcriada habló, no sé por qué pero ella es la única que me hace sacar de quicio.

—Oye tú —Me señalo con desden— Tráeme más jugo que el que tenía ya se me acabó —Agregó con cierta altanería y no tuve de otra que ir a la cocina por más jugo.

—Aqui tiene s-señorita— Dije entre dientes, aún se me hace super difícil tener que decirle señorita cuando no se lo merece, ni ella ni los demás.

—Puedes volver a tu sitio— Dijo con una pequeña sonrisa, no se porque pero sentí que eso lo dijo con otras intenciones.

Después de eso no volvió a decirme nada más y todo transcurrió tranquilo para mí buena suerte. Ya cuando se fueron Elisa y yo recogimos los platos y los llevamos a la cocina donde Mariana los empezó a lavar.

Luego de dejar los platos en el lavadero rápidamente tomé a Nico por la mano y la lleve hasta la salida de la cocina.

—¿Me podrías prestar el teléfono ahora Nico?— Le pregunté mientras miraba para todos lados para asegurarme de que no estuviera Kilian ni nadie de su familia cerca, porque si me cachan no quiero ni imaginar lo que me podrían hacer.

—Claro, ¿pero que tienes?, ¿por qué estás tan nerviosa Tamara?— Preguntó tomando de los hombros haciendo que dejara de ver para los lados y que me enfocara solo en ella.

—¿N-Nerviosa?, no estoy nerviosa, es solo que soy precavida, ya sabes porque no nos pueden cachar los señores porque nos regañan, ¿no lo crees?— Dije tratando de convencerla y tal parece que funcionó.

—Mmm creo que tienes razón —Dijo con una sonrisa para luego sacar su celular de atrás de su bolsillo— Toma, puedes usarlo todo el tiempo que quieras, pero cuando acabes me lo llevas a mi cuarto que es el que está al lado del tuyo —Dijo con una sonrisa para luego darme una palmadita e irse.

Al ella irse solté un leve suspiro y luego mire de nuevo frenéticamente para todos lados para ver si alguien venía. Al no ver venir a nadie procedí a desbloquear el teléfono y entrar a la app para llamar a mi padre.

Empecé a marcar el número de mi padre con velocidad, pero cuando me faltaban dos números me paralice, no me acuerdo cuales eran los dos números restantes, carajo.

—Relájate Tamara, de seguro estás nerviosa y por eso no sabes cuáles son los números que faltan... Sí, debe de ser eso, tranquila— Susurré para mí y luego di un pequeño suspiro para tratar de calmarme.

Estuve por un rato pensando hasta que por fin pude acordarme de lo dos últimos dígitos, así que los marqué con rapidez, al hacerlo me puse el teléfono en el oído y luego de un rato empezó a sonar.

—Por favor contesta, te lo suplico, ya no quiero estar aquí papá— Dije nerviosa mientras me daba la vuelta, pero al hacerlo quedé totalmente paralizada, sentí como mi alma salía de mi cuerpo.

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Comments

Luz Daira Rodrigez

Luz Daira Rodrigez

la piyaron y lo peor es que metió a la compañera emproblema

2024-04-13

0

silvia

silvia

Te cacharon 😱😲😯😮😳

2024-02-27

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