*Narra Tamara*
Soñando
Estoy caminando sin rumbo por un bosque el cual parecía bastante inmenso, hasta que de repente escucho el crujir de una rama y miro hacia atrás, pero sorpresivamente no hay nadie, y justo cuando volví mi mirada hacia el frente a unos metros vi mi casa, rápidamente corrí hacia ella con la esperanza de que mis padres estuvieran allí y que por fin está pesadilla terminara, sin embargo, al estar dentro de la casa no había nadie.
—¡¡Mama, papá, dónde estan!!— Grité a todo pulmón mientras recorría cada lugar con desesperación, de repente escuché una voz atrás de mi que me hizo temblar de miedo y que para mí mala suerte la conocía perfectamente.
—Buscas a tus padres Tam— Dijo con un tono burlón.
Me di la vuelta y vi a Kilian parado en las escaleras y con ligeras manchas de sangre en su ropa.
—¡¡No me digas así, no tienes ese maldito derecho!!¡¡Ahora dime, dónde están mis padres?!!, ¡¡Que le hiciste maldito infeliz!!— Grité con rabia.
—¿Quieres saber lo que les hice?, bien, entonces acompañame— Respondió con una enorme sonrisa terrorífica.
Él empezó a caminar hacia arriba y yo por instinto lo seguí, cuando llegamos a la parte de arriba él se dirigió a mi cuarto y yo hice lo mismo, pero al entrar vi a mis padres en el piso ¡muertos!.
Empecé a llorar y cuando estaba por ir hacia ellos el maldito infeliz me tomo por el pelo y me tiró a la cama.
—¿Que tal si jugamos un rato?— Dijo con la misma sonrisa la cual parece no borrársele de la cara.
—¡¡Púdrete maldito infeliz!!, ¡¡déjame de una maldita vez en paz!! —Él se empezó a acercar a mí— No, no, no, alejate maldito hijo de puta, no dejaré que me vuelvas a tocar ni un pelo, alejate de mí!!!— Le grité mientras lágrimas escurrían de mis ojos sin poder detenerlas, pero él hizo caso omiso a eso y siguió avanzando hasta ponerse encima de mi.
Empecé a darle golpes con mi mano y a gritar hasta más no poder, pero no conseguía nada.
—Suéltame!!!, auxilio!, ayuda por favor!... — Grité.
Fin del sueño
Me levanté exaltada mientras tocaba mi pecho por lo acelerado que estaba, me di la vuelta, pero al momento de hacerlo solté un grito.
—¿Es que acaso me quieres matar?— Dije tocandome el pecho, sintiendo como mi corazón estaba súper acelerado.
—¿Estás bien?, no era mi intención asustarte niña— Dijo.
—No pasa nada...—Ahora que lo pienso nunca le he preguntado su nombre— Perdón, pero me podría decir cómo se llama señora? —Agregué.
—Oh cierto, que maleducada soy, mi nombre es Carmen niña— Dijo con una agradable sonrisa.
—Mucho gusto Carmen, soy...— estaba a punto de decirle mi nombre pero ella me interrumpió.
—Ya lo sé, te llamas Tamara— Dijo sonriendo.
—No me sorprende... — Le dije mientras miraba para otro lado, pero luego volví mi mirada a ella.
—S-Sí, pero vine para que vayas conmigo a desayunar abajo— Respondió con una mirada tierna, la cual hizo que aflojara un poco mi rostro... Creo que Carmen es agradable.
—¿Pero tengo permitido salir de aquí?— Le pregunté, ya que no quiero meterme en más problemas, ese hombre es capaz de cualquier cosa.
—No lo sé, el joven no me dijo nada sobre eso así que vamos— Dijo animada, sin embargo, yo no me moví de mi lugar.
—No, no quiero que me vuelva a encerrar en el sótano— Le dije un poco inquieta, ese infeliz sabe que hacer para tenerme entre sus manos y eso es algo que odio con toda mi alma.
—El joven Kilian no es tan malo como crees...— Dijo tratando de excusarlo, pero no la deje terminar.
—Que él no es que??, me estás jodiendo??, a caso sabes todo lo que me ha hecho??? —Le pregunte enojada— Claro que no lo sabes, por eso es mejor que no opines y perdón, pero es la verdad —Agregué enojada.
—L-Lo siento, esa no era mi intención— Dijo cabizbaja, cosa que me hizo pensar en como le hable y se que estuvo mal, me deje cegar por el enojo hacia él.
—Lo siento Carmen, no era tampoco mi intención hablarte de esa manera, se que tienes buenas intenciones, perdón— Dije mirándola.
—Está bien niña, ahora iré a traerte cosas para que te asees y luego bajes a desayunar antes que se despierten los demás, así no tendrás problemas, de acuerdo?— Dijo con una sonrisa tierna y no me quedo de otra que aceptar.
—Está bien, pero me podrías decir que hora es Carmen?— Le pregunté con cautela.
—Claro, son las 7:30— Dijo con una pequeña sonrisa y yo asentí en forma de agradecimiento.
Rápidamente Carmen se fue, pero no pasaron ni diez minutos cuando ella entró de nuevo por esa puerta, trayendo consigo un cepillo de dientes, un cepillo para el pelo y ropa ligera.
—Muchas gracias Carmen, solo espero no meterte en problemas— Dije un poco afligida.
—No te preocupes por eso, ahora ve que yo te espero aquí— Hizo un ademán con la mano y entre al baño.
Una vez adentro ví un espejo y por instinto me acerque a el, pero al momento de verme no pude evitar soltar un pequeño grito que solo logré escuchar yo, parezco una momia.
Agarré el cepillo y empecé a desenredarme el pelo como pude, hasta que al final lo desenrede todo, pero en el proceso me arranque unos cuantos cabellos.
Entre a la regadera e hice mis necesidades, luego me puse la ropa que Carmen me trajo que es como de hacer ejercicio y lo bueno es que le queda justamente bien a mi cuerpo.
Salí del baño y Carmen estaba sentada en el mueble.
—¿Y?, ¿como me veo?— Le pregunté con una sonrisa ladina, olvidando por un segundo dónde me encontraba y en qué situación.
—Te queda perfecto— Dijo con una sonrisa.
—Gracias... Por cierto Carmen, de dónde sacaste está ropa, y como sabías que me iba a quedar?— Pregunté un poco curiosa.
—No sabía que te iba a quedar —Sonrío— Tengo una nieta y ella un día se vino a quedar por unos cuantos días cuando el joven Kilian estaba de viaje, y pues a ella le encanta hacer ejercicio, pero cuando se fue se le olvidaron algunas cosas —Agregó.
—Entiendo — Dije.
—Bien, ahora bajemos que ya está empezando a hacerse tarde y no quiero que tengas problemas— Dijo un tanto nerviosa y yo asentí.
Bajamos tratando de hacer el menor ruido posible para que no nos descubrieran y de paso le di una mirada a la enorme sala, la verdad esta casa es bastante linda.
Llegamos a la cocina y Carmen me pasó un plato que contenía dos omelette más un vaso de jugo.
—El infe... Lo siento, el señor ese mando a qué me dieras esto?— Pregunté mirándola, se me hace raro esto, hay algo que no me cuadra.
—La verdad no, pero por eso tienes que comer rápido y volver arriba, no quiero que te castiguen, además no puedes comer solo sandwiches, tu cuerpo necesita más que eso— Dijo con una mirada tan compasiva que solo asentí y me apresure a comer, aun no comprendo como ella puede ser tan buena conmigo si no me conoce.
Mientras comía, Carmen empezó a hacerme algunas anécdotas de su sobrina, y vaya que era tremenda... Sin embargo, eso me hizo acordarme de Scarlett y no pude contener mis lágrimas al pensar en ella.
—¿Qué tienes?, ¿por qué lloras niña?— Preguntó tomando mis manos y las puso entre las de ella.
—Es que tengo una prima, es como mi hermana y yo no se dónde está, cuando me secuestraron y me trajeron aquí a ella le hicieron lo mismo y no se dónde está... Solo espero que esté bien y que no le hayan hecho nada malo— Lloré más fuerte y Carmen me abrazó tratando de consolarme.
Estando un poco más calmada me separé de Carmen, pero no sin antes darle las gracias, luego seguí comiendo mi desayuno y ella se puso a lavar los platos.
—Voy a encontraré Scarlett y estaremos las dos juntas de vuelta en casa— Susurré para mi misma.
—¿Que dijiste niña?— Me preguntó Carmen dejando lo que estaba haciendo y dándose la vuelta para mirarme.
—No, nada— Me apresuré a decir para que no dijera algo más sobre eso y así fue, ella siguió en lo suyo.
Cuando terminé de comerme los omelette me paré y ayude a Carmen a lavar los platos, luego sigilosamente llegamos a la planta de arriba, pero cuando estábamos caminando hacia el cuarto, el cual queda al final del pasillo, salió una chica de una de las habitaciones.
—¡¡¿Tú, que haces aquí arriba estúpida?, quien te dio el derecho, además quién te saco del maldito sótano?!!— Gritó tan fuerte que estoy segura de que la escucharon en la mansión completa.
Para completar luego salieron dos personas más, una chica que al parecer es la gemela de la bullosa y un chico... Claro, ahora que me acuerdo ellos fueron los del otro día y el chico fue el que me agarró del pelo y me abofeteo.
—Que pasa aquí Lua— Le dijo el chico a la muchacha ruidosa.
—No ves, está maldita que está aquí es la causante de esto— Dijo histérica señalandome.
El chico poso su mirada en mí y puso una cara de asco, no entiendo por qué todos me detestan.
—¿Por qué estás aquí arriba?, a caso no estabas en el sótano?— Preguntó con cierto enojo en su rostro.
—Yo le pregunté lo mismo hermano— Dijo con una media sonrisa.
—Ya entiendo, así que son hermanos eh?, vaya que se nota que lo son— Dije sin poder controlar mi bocota y con cierta burla en mi tono de voz.
—Tú...—Dijo la loca esa llamada Lua para después sin que yo me lo esperara venir hacia mí y tomarme del pelo— Tu lugar es en el sótano, de dónde nunca debiste haber salido —Agregó enojada haciendo más presión en su agarre, pero ni crea que me quedaré así.
Como pude la tomé por el pelo y la jale con tanta fuerza que hice que ella me soltará, y cuando lo hizo yo también la solté, pero seguido le proporcione dos bofetadas de lado y lado.
Su hermano, el cual se había quedado atónito viendo cómo la abofeteaba, luego se apresuró a agarrar a su loca hermana.
—¡¡¡Suéltame Thiago, le daré una paliza a esta para que no se le ocurra volver a tocarme!!!— Dijo furiosa intentando escapar de los brazos de su hermano, pero no consiguió nada.
—¿A si?, pues ven y veremos de a cuánto nos toca— Le dije enojada, pero el chico que se ahora que se llama Thiago la soltó y camino hacia mí y me agarró por el brazo fuertemente, pero cuando él estaba por decir algo escuchamos una voz ronca proveniente de atrás.
—¿Que mierda está pasando aquí?— Dijo enojado.
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Updated 69 Episodes
Comments
Cinzia Cantú
Por favor que no la vuelva a encerrar en el sótano
2025-03-31
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Eleana Melendez
la salvó la. campana
2025-03-24
0
Vanessa Moreno
jajajaja jajajaja a controlar a todos 😅
2024-09-29
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