Capitulo 15

—Por el momento no, aún quiero ver sufrir a Vincent y que mejor que hacerlo atraves de ella, además aún no es el momento de ponerle fin a todo esto cuando recién está empezando, ¿no lo crees?— Me paré de la silla y me serví más licor.

—Tienes razón, pero ¿cuál será tu próximo movimiento en cuanto a él?— Dijo sirviéndose un trago de alcohol el también.

—Todo a su tiempo hermano, pero es antes de lo que te puedas imaginar— Le di una palmada en el hombro y me dirigí de nuevo a mi asiento.

—Bien!, pero ahora me iré, tengo mucho trabajo por hacer— Respondió caminando a la salida, pero antes de que se fuera lo detuve.

—¿Ayer le dieron la golpiza a Müller?— Pregunté.

—Claro, sabes que nunca fallan cuando se trata de una orden— Dijo con una media sonrisa haciendo que me sintiera contento.

—Bien— Dije sin ningún tipo de expresión en mi rostro y el terminó por irse.

Como me encantará verle la cara a la chiquilla al confirmale que su papito está en el hospital, eso le enseñará a controlar su boca.

Dejando eso a un lado, empecé a revisar y firmar los papeles que Amanda me había traído.

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****

  ♡Narra Tamara♡

Al abrir mis ojos noté que me encontraba en el cuarto que me habian asignado, lo último que recuerdo es que estábamos discutiendo en medio del bosque por lo que respectaba a mi padre, pero luego yo me desmayé y no supe más nada de mí.

Me intenté parar de la cama, sentía mi cuerpo pesado además de que me sentía como cansada; trate de pararme, pero pronto entro Carmen por la puerta impidiendo que lo hiciera.

—No te muevas mucho, estás muy débil, tenías un poco de fiebre por exponerte a la lluvia por mucho tiempo.— Dijo mientras me sostenía del brazo haciendo que me sentará en la cama de nuevo.

—¿Cuanto tiempo estuve dormida Carmen?— Pregunté un tanto curiosa.

—No mucho niña, al rededor de 4 horas— Dijo.

—Está bien, ¿me podrías ayudar a llegar a la cocina? Tengo cosas que hacer— Dije intentando nuevamente pararme, pero Carmen no me dejaba levantar.

—No es necesario que vayas, puedes quedarte aqui hasta la noche— Dijo.

—No, no quiero quedarme, no quiero que ese ser tan despreciable me diga algo —Dije mientras me paraba otra vez, pero esta vez sentí un leve mareo y Carmen me tuvo que agarrar— ¿Por qué me siento tan mal? —Le pregunté a Carmen y ella me miró

—Como ya te dije pasaste mucho tiempo en la lluvia y es por eso te dió un poco de fiebre, además agregándole a eso no has comido bien desde que llegaste a esta casa niña— Dijo con un semblante preocupado.

—Entiendo eso, pero si no fuera por él nada de esto estuviera pasándome. ¡Caray! Como odio todo esto joder— Dije con ganas de llorar, pero trate de contenerme y mire hacia otro lado.

—Ven aquí niña— Dijo Carmen y yo voltee mi mirada de nuevo hacía ella y la vi con los brazos extendidos, así que no dude en ir y abrazarla.

Lloré por un buen rato hasta que decidí apartarme delicadamente de ella mientras limpiaba mis lágrimas.

—Gracias Carmen— Puse una leve sonrisa, cosa que ella me devolvió.

—Luego te traigo la comida, el doctor dijo que tenías que comer bien— Dijo con una sonrisa.

¿Doctor?, ¿que doctor?, ¿a caso me reviso uno?.

—¿Qué doctor?— Pregunté incrédula.

—Vino el doctor de confianza del joven Kilian y te revisó, él fue el que me dijo que te habías desmayado porque te expusiste por mucho tiempo a la lluvia, pero que fuera de eso estabas bien, que solo necesitas comer bien y descansar un poco— Dijo con una sonrisa.

—Está bien Carmen— Le respondí sin ganas con una ligera sonrisa ladina.

Miré hacia otro lado y noté el vestido que me había dado Scarlett el día que nos secuestraron.

—Oye Carmen, tengo una duda, alguna vez has ido a la casa de Dante, el amigo de tu señor?— Pregunté con curiosidad.

Si ella ha ido significa que sabe dónde queda y si es así en algún momento le preguntaré la dirección.

—Sí, pero por qué preguntas niña?— Dijo enarcando una ceja.

—Por nada en especial, pero de nuevo gracias Carmen... Pero ya, ve tranquila, prometo que no te daré más dolores de cabeza... Bueno, lo intentaré— Le dije con una sonrisa y ella asintió y se fué.

Al Carmen irse me paré de la cama con un poco de dificultad, me quité la ropa y me dirigí al pequeño baño que había en este cuarto.

Entre e hice todas mis necesidades y luego salí del baño.

Cuando salí me puse otro vestido de sirvienta, pero uno que estaba limpio, ya luego me acosté en la cama otra vez.

Mire a mi alrededor y solté un pequeño suspiro, estoy sola y eso por un lado me alegra, pero por el otro no porque no sé que hacer en este pequeño cuarto estando yo sola, ni siquiera tengo mi celular para distraerme porque el día en el que él me raptó se quedó tirado por algún lado de la casa me imagino...

¡Claro! Eso es lo que necesito, solo necesito un teléfono para hablarle a mis padres y decirles donde estoy, pero ¿dónde consigo uno?, se que Carmen me aprecia, pero sin duda ella jamás me daría un móvil, nunca traicionaría a su “Señor”, ¿pero entonces quien me podría prestar un teléfono?.

—¡Tamara!— Di un salto al escuchar a alguien hablándome y noté que era Nico.

—Caramba Nico, casi me matas— Dije tocándome el corazón y estaba muy acelerado por el susto.

—Si toqué, pero como nadie respondió me tomé el atrevimiento de entrar y te vi, pero pues tú no me respondías porque estabas muy ida del mundo— Dijo con gracia.

—Sí, lo sé, y lamento mucho eso, pero es que cuando estoy pensado me concentro tanto que me pierdo del mundo— Le respondí, sin duda perderme en mis pensamientos no es para nada bueno.

—No pasa nada, pero ¿en qué tanto pensabas?— Preguntó con curiosidad.

¡Bingo!, Nico es la persona indicada para que me preste un celular... No quisiera involucrar a Nico, pero es que de verdad necesito irme de aquí, ya no quiero estar en esta maldita prisión.

—Es que estaba pensando en mis padres, no he hablado con ellos desde que llegué, me imagino que no lo sabías, pero soy de un estado diferente y perdí mi teléfono, ¿me podrías prestar el tuyo para marcarles y decirles que estoy bien?— Pregunté juntando mis manos de manera suplicante, estoy casi segura que Nico es una de las pocas personas en esta mansión que no sabe quien soy yo en realidad, incluso pocas eran las veces que asistía a algún evento con mis padres por lo que lo hace aún más imposible.

—Mmm déjame pensarlo —Dijo haciendo un gesto como si en realidad estuviera pensando— Jaja claro que sí, por supuesto, pero no será hasta la noche porque tengo prohibido usar el teléfono en el día —Dijo soltando un suspiro.

—¿¿Hasta en tus horas libres no puedes usar tu teléfono??— Pregunté sin entender el por qué, aunque bueno, esta es una casa de mafiosos... Hablando de eso, me preguntó si ella sabe que son mafiosos.

—No, solo en las noches, y es porque yo lo decidí así porque me distraigo rápido— Dijo con gracia mientras pasaba una de sus manos por su cabello.

—Entiendo, oye Nico, sabes que el dueño de esta casa es un mafioso, ¿verdad?— Pregunté con cautela esperando su respuesta.

—Claro cariño, todos aquí saben eso, desde un inicio nos hacen firmar un contrato de confidencialidad, ¿qué tú no lo hiciste?— Preguntó enarcando una ceja.

¡Carajo!

—S-Sí, por supuesto que sí, pero solo quería confirmarlo —Respondí con una sonrisa para tratar de disimular mi mentira— Por cierto, ¿estás en tu hora descanso, cierto? —Pregunté para cambiar de tema.

—Sí, terminé mis tareas rápido— Dijo con una sonrisa.

Nico y yo nos la pasamos hablando por mucho tiempo y ahora nos dirigimos a la cocina a comer, la verdad ya me siento mucho mejor, además estoy emocionada al saber que si todo sale bien está noche con el celular pronto estaré en mi casa de nuevo, junto a Scarlett porque encontraré la manera para saber la dirección de donde está antes de que llegue la noche.

Nico y yo entramos a la cocina y vimos a Carmen y a Bartolo.

—Estaba por llevarte la comida, por qué te levantaste niña?— Preguntó en forma de regaño.

—Lo siento, pero es que ya me siento mejor, además no quiero que estés yendo de allá para acá, eso no es justo— Dije sentándome en el comedor y Nico hizo lo mismo.

—Está bien— Bufó.

Los cuatro nos sentamos en la mesa y empezamos a comer, si estuviera en otra situación las cosas serían muy distintas, estás personas me agradan, pero no puedo evitar pensar en mi familia, en Scarlett, en mis amigos de la universidad, en todo esto que es algo a lo que nunca me podré acostumbrar, además de que ese maldito intenta matar a mi padre y no se cuando me pueda matar a mí.

Terminé de comer y cabe resaltar que la comida estuvo deliciosa, desde que llegué a este lugar no había probado comida de verdad, solo eran Sandwiches y los ricos omelette que me daba Carmen a escondidas.

Después de comer nos quedamos un rato en la mesa a conversar, pero ya luego cada quien volvió a sus deberes e igual yo, porque le pregunté a Carmen que tarea me tocaba hoy y ella me puso a limpiar todas las persianas y regar el jardín y pues luego será la hora de descanso y ahí aprovecharé para llamar a mis padres, espero que todo salga bien.

Fui a hacer mis deberes como me lo dijo Carmen, primero hice lo más fácil que fue regar el jardín, pero estando ahí pude ver qué habían guardias por doquier, espero que eso no sea un obstáculo para poder irme de este lugar.

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