Capitulo 10

Giré mi cabeza hacia atrás y al ver a Kilian me quedé de piedra.

—¿A-A caso eso es s-sangre?— Dije en un hilo de voz y aún en shock, como el puede tener sangre en su ropa y verse así de tranquilo?.

—¿Por qué carajos no hablan?, ¿a caso nunca han visto sangre?, hablen carajo!!— grito Kilian.

—Hermano es solo que está mujer —Me señaló— no debería de estar aquí, subió sin permiso cuando debería de estar en el sótano —Agregó el chico con molestia.

Kilian posó su vista en mí para luego recorrerme con la mirada de arriba abajo.

—Eso no es asunto de ustedes, lo que haga o no haga con ella no les debería de importar— Me señalo con rabia, a caso para todos en esta casa no valgo nada?.

Kilian llegó hasta mí, me tomó del brazo y me llevó hasta la habitación de él donde me soltó bruscamente.

—¿¿Porque diablos saliste de aquí??— Preguntó enojado.

—Y-Yo...— No pude articular ni una palabra más, no le puedo decir que Carmen me llevo a la cocina a desayunar, no quiero que ella se meta en problemas por mí culpa.

—¡¡Habla!!— Espeto enojado tomándome de nuevo por el brazo, pero esta vez con más fuerza.

—S-Solo bajé a comer algo— Dije con nervios.

—¿Y quién te dio ese permiso?— Dijo enojado apretando más su agarré, cosa que hizo que soltará un quejido.

—Suéltame por favor, me lastimas— Le dije mirándolo a los ojos y él con rabia me soltó.

—No permitiré que estés aquí comiendo de a gratis, desde hoy serás una sirvienta más de esta casa aunque con menos privilegios, luego Carmen te llevará a tu nuevo cuarto— Dijo fríamente.

Asentí con mi cabeza, es mejor así, buscaré la oportunidad para escaparme, no me quedaré aquí por mucho tiempo.

—Y que ni se te ocurra escapar, no sabes de lo que soy capaz Müller— Dijo mirándome a los ojos como si estuviera leyéndome la mente, cosa que hizo que sintiera un escalofrío por todo el cuerpo.

Volví a asentir y el se dio la vuelta para marcharse, pero antes de que lo hiciera lo tome por el brazo, y lo unico que provoqué con ese acto fue una mirada afilada por lo que rápido aparte mi mano de él.

—¿D-Donde está Scarlett??, quiero verla, ¿dónde la tienen??, ¿ella está bien??— Pregunté inquieta.

—Preguntas mucho y eso es algo que detesto —Dijo neutro, pero yo lo mire con súplica para que me diera alguna información— Confórmate con saber que ella sigue respirando —Agregó con frialdad para luego adentrarse en el baño.

Me senté en el mueble derrotada, ya quiero irme de aquí, no soporto a las personas de esta casa, con excepción de Carmen, ella ha sido la única que me ha tratado bien y no como una basura.

—¿Por qué diablos esto está en mi baño?— Preguntó un enojado Kilian sacándome de mis pensamientos.

Mire hacía él y note que tenía en la mano el cepillo de dientes más el cepillo con el que me peine.

—Y-Yo...— Mierda que le digo ahora?.

—¿A caso te bañaste en mi baño?, ¿no me acuerdo darte el permiso de hacerlo o si Tamara?— Dijo enojado.

Es la primera vez que escucho mi nombre salir de sus labios, y créanme que me causo bastante terror.

—E-Es que, y-yo...— No puedo decir nada más, lo miro a los ojos y es como si me quemarán por dentro, no entiendo desde cuándo le tengo tanto miedo, aunque no es para menos, es un maldito mafioso, mata personas, ¿que podría esperar yo?, ¿chocolates y rosas?, claro que no.

—¡¡¡Habla maldita sea!!! —Gritó enojado— ¡¡¿Quien carajos te compro esto?!! —Volvió a gritar y no pude evitar dar un salto del susto.

—M-Me lo regalo Carmen... L-La ropa que llevo puesta, el cepillo de dientes más el cepillo del pelo, pero ella no los compro, la ropa estaba aquí porque su sobrina lo había dejado y ella me los dio— Dije con nerviosismo.

Él se me quedó mirando con esos ojos color verde que destellaban puro fuego, hasta podría jurar que cuando se enoja sus ojos verdes se ponen más oscuros.

—No te permito pisar de nuevo mi baño, que eso te quede bien claro— Dijo serio dándose la vuelta para volver al baño.

Por fin pude respirar tranquila, ese hombre me pone los pelos de punta.

Me senté en el mueble y me quedé pensando en todo lo que me está sucediendo, nunca hubiera imaginado que mi vida tranquila de pronto se convertiría en un desastre por completo, nunca se paso por mi cabeza nada de esto, ya quiero que acabe, quiero hacer como si todo esto nunca hubiera pasado aunque eso me cueste la vida.

Luego de un rato Kilian salió del baño y sin ningún tipo de vergüenza se quitó la toalla que tenía envuelta en su cintura, rápidamente me voltee quedando de espaldas hacía él.

—¿Por qué te das la vuelta?, ¿a caso nunca habías visto a un hombre desnudo? —Preguntó con un semblante relajado— Oh cierto, se me olvidaba que fui tu primer hombre —Agregó con burla.

—¡¡¿Qué te hace pensar que yo no he visto a otro hombre desnudo?, que tu hayas sido el primero cosa que no fue porque quise, no quiere decir que nunca he visto a otro hombre desnudo!!—Grite totalmente irritada dándome la vuelta para estar frente a frente, si supiera cuanto lo detesto.

—No soy estúpido Tamara— Dijo con enojo.

—No sabes cuánto te odio Kilian Mansfeld... Odio que hayas sido el primero, odio estar aquí, odio haberte conocido, te odio a ti— Espete con puro odio sin apartar mi mirada de él.

Él se acercó hasta estar a tan solo milímetros de mí.

—¡Eso! ¡Vamos! Ódiame, porque el sentimiento es más que mutuo Müller— Dijo mirándome a los ojos con cierto destello de odio.

Nos quedamos mirando por unos minutos hasta que al final yo aparte mi mirada de él y me di la vuelta, por el enojo ya se me estaba olvidando que él no traía nada puesto.

—Hoy comienzas con la limpieza Müller, y espero no obtener quedas de ti porque ya sabes lo que haré— Dijo neutro dirigiéndose a su gran armario de ropa.

No sé a qué se quiso referir cuando me dijo que yo se lo que el me hará, la verdad me ha hecho tantas cosas en estos pocos días que no se a que se refiere exactamente.

—¿Qué es lo que me harás si no hago las cosas como a ti te gustan Mansfeld?— Detesto el hecho de tener que recibir órdenes como si fuese un perro.

—Pues fácil, te encierro durante una semana en ese maldito sótano a oscuras, tú decides Müller— Dijo sin siquiera mirarme.

Solo pude soltar un fuerte suspiro ante lo dicho por él, ¿en serio está será mi vida de ahora en adelante?.

Él terminó de cambiarse y cuando estaba a punto de salir se paró en la puerta y se dió la vuelta.

—Una cosa más, de ahora en adelante no tienes permitido entrar a esta habitación al menos que no la vayas a limpiar, cosa que dudo, y por cierto —Se acercó más a mí hasta estar cerca de mi oído— Voy a disfrutar verte sufrir en esta casa —Agregó para luego marcharse.

Cuando él se fue me deje caer en la cama y me pase las manos por el pelo totalmente frustrada.

—¿Estás bien niña?— Di un pequeño salto del susto por la repentina voz que acabo de escuchar, a veces pienso que Carmen me quiere matar de un susto.

—Sí, estoy bien Carmen, gracias por preguntar... Por cierto, tu señor dijo que me tenías un cuarto y que además hoy comenzaré a trabajar como sirvienta— Dije sin ánimos.

—Sí, así que vamos para que te muestre donde vas a dormir de ahora en adelante y para que sepas que harás en esta casa niña— Dijo con un gesto amable y yo solo pude asentir.

Me paré de la cama y seguí a Carmen a la planta de abajo, para mí buena suerte no me tope con ninguno de los hermanos de Kilian, pero ahora que lo pienso, siempre supe de él famoso Kilian Mansfeld por las noticias y demás medios de comunicación, pero jamás escuché por ningún lado que él tenía hermanos, eso es algo sumamente raro.

Llegamos a un pequeño pasillo donde podía notar que habían puertas unas frente a la otra.

—¿Qué hay en esas puertas Carmen?— Pregunté curiosa.

—Esta es el área de las sirvientas, aquí dormimos todas y por lo tanto tu también niña —Dijo para luego abrir una puerta la cual quedaba al final del pasillo—Este será tu cuarto —Agregó mientras nos adentrábamos al pequeño cuarto.

Es bastante pequeño, solo hay un colchón además de un pequeño armario que es para la ropa supongo, pero yo ni ropa tengo, dudo que ponga algo ahí, también ahí un pequeño baño y eso es todo, no hay nada más.

—De seguro no estás acostumbrada a dormir en espacios tan pequeños, cierto?— Dijo mirándome.

La verdad Carmen tenía razón, no estoy acostumbrada a dormir en espacios tan pequeños, toda mi vida he dormido en una habitación que duplica por mucho este cuarto, pero no me quejo, nunca he sido del tipo de chica la cual es vanidosa, me conformo con esto, algo es algo, malo es no tener ni en que dormir.

—No te preocupes por eso Carmen, con ésto estoy bien —La mire y le regale una pequeña sonrisa— ¿Y bien? ¿Qué haré en esta casa? —Agregué.

—Ayudarás a Elisa a poner la mesa y servir la comida, además de que tendrás que quitar el polvo de unas que otras cosas de la casa niña, pero no te preocupes, las tareas varían cada x tiempo— Dijo.

—¿Poner la mesa y servir la comida? —Pregunté y Carmen solo asintió— ¿No podrías asignarme otra cosa Carmen?, no quiero verle las caras a esas personas, por favor —Supliqué para que me cambiara de tarea, de verdad no me gusta la idea de verle las caras a esa gente, ellos fueron los que me trajeron aquí, además de que odian a mi familia.

—Lo siento niña, es lo único que pude asignarte— Dijo afligida.

—Está bien Carmen— Respondí resignada soltando un fuerte suspiro.

—Bien, entonces bajemos a la cocina para que te familiarices con todo y que conozcas a las chicas— Dijo y yo solo asentí.

Bajamos a la cocina y al llegar ahí habían tres chicas reunidas y con uniformes de sirvienta.

—Chicas está es Tamara y a partir de hoy trabajará con nosotras, así que trátenla bien— Dijo Carmen con una sonrisa y solo una de ellas sonrió igual, las otras dos pusieron una cara de molestia, aunque no le tome mucha importancia a eso.

Más populares

Comments

silvia

silvia

Hasta las gatas son creidas 🤨

2024-02-27

2

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play