Capitulo 19

...*Una semana después*...

♡Narra Tamara♡

Ya ha pasado toda una semana y sigo sin ver señales de que algún día voy a irme de este lugar. No he vuelto a hablar con Kilian desde la última vez que me llevo al sótano hace ya una semana de eso, desde ese entonces solo lo veo en la cena, pero últimamente he notado algo extraño en él, desde hace como dos días lleva echándome una que otra mirada en la cena, pero no una mirada buena, sino todo lo contrario, es una mirada que me hiela hasta la piel, es como si me dijera “pronto me voy a deshacer de ti” y eso es algo que me pone los pelos de punta.

En estos momentos me encuentro limpiando una de las habitaciones de arriba, nunca antes lo hubiera hecho, pero hoy me tocó aquí.

Al terminar de limpiar la recámara salgo de ahí y cuando voy por el pasillo me quedó mirando una de las puertas que tiene por color el negro y es bastante inusual porque las demás son color café. Sin darme cuenta ya estoy parada justo en frente de la puerta negra y con una de mis manos encima de la perilla color dorado.

—No Tamara, la regla más importante que te dijo Carmen es no entrar por nada del mundo a esta puerta— Me digo a mi misma, pero es que es inevitable no querer entrar.

Miro hacia todos lados para ver si viene alguien, y por supuesto no vi a nadie porque ahora que me acuerdo todos a excepción de Kilian se fueron al aeropuerto a buscar a no se quién.

Al no ver a nadie empiezo a girar la manilla con mucho cuidado y para obras del destino la puerta no tenía seguro por lo que empezó a abrirse, volví a mirar a los lados y sin más entre al cuarto.

Una vez adentro rápidamente encendí las luces porque todo estaba muy oscuro y al hacerlo me sorprendí de lo que veía.

Hay muchas pinturas de dos personas, parecen ser una pareja, aunque no solo eso, también hay joyas y muchas cosas más, pero lo que más llamo mi atención fue ver una foto en grande la cual es bastante particular y hermosa, en ella aparecen las mismas dos personas, pero hay algo especial, en ella se puede notar a simple vista el amor que se tienen, es simple y sencillamente maravilloso... A veces pienso y en verdad quisiera tener algo así, un amor que sobre pase barreras, pero en esta realidad no hay nada igual.



Estaba tan concentrada en la gran foto que no me di cuenta que alguien había entrado en la habitación hasta que sentí como me susurraron en el oído, lo que hizo que me pusiera muy nerviosa.

—¿Te gusta lo que ves metiche?— Preguntó la persona con un tono de voz tan brava que me hizo erizar la piel.

Con mucho miedo empecé a voltearme y cuando lo hice pude ver la furia que desprendía de Kilian.

—L-Lo siento mucho, no era mi intención, de verdad lo siento— Empecé a ponerle aún más nerviosa, verlo así sin hacer nada me da más miedo.

—Está muy linda la foto, ¿cierto?— Dijo ignorando lo que le acabe de decir hace un rato y caminando hacia donde estaban las pinturas mientras las empezaba a tocar, realmente por un momento pensé que tenía sentimientos.

—S-Si— Dije con un poco de miedo en mi voz, que él esté tan calmado me causa terror.

—Son mis padres —se dió la vuelta y me miró— eran muy felices, además se amaban mucho —No dijo más y se acercó a mi— Pero un día todo eso cambió, ellos murieron a causa de alguien, quien tiene por nombre Vincent Müller, quien los mandó a matar, más bien a todos, solo que por suerte nosotros logramos escapar de las garras de esos hombres —Dijo con enojo mientras me agarraba por el brazo bruscamente.

—Q-Quiero hablar con mi padre— Dije asustada, no le voy a creer toda esa sarta de mentiras.

—Claro que lo harás, justo ahora— Me agarró más fuerte del brazo y empezó a arrastrarme hasta su habitación.

Al llegar me soltó bruscamente, haciendo que cayera en la cama, por suerte fue ahí y no en el suelo. Sin apartar su vista de mi, él sacó su móvil de su bolsillo y empezó a llamar a alguien.

Luego de un rato escuchamos una voz a través del celular y de inmediato pude reconocer que era la voz de mi padre, sentí como mi mundo se iluminaba, así que rápidamente fui a dónde estaba Kilian, pero él me aparto.

—Solo hazle la maldita pregunta y que no se te ocurra decir una estupidez porque lo mando a matar, ¿me oíste?— Dijo furioso y yo me limité a asentir.

Él me paso el teléfono y yo con desesperación lo tomé en mis manos mientras sentía como mis ojos empezaban a aguarse.

—¡¡Papá!!, ¡¡papá me oyes!!, ¡¡papá!!!— Grité con desesperación esperando que me conteste.

—¡¡Tamara!!, ¡¡¿Tamara eres tu hija?!!— Podía notar la desesperación de mi padre en su voz, estoy segura que la están pasando mal y eso hace que mi corazón se estruja.

—¡¡Si!!, ¡¡soy yo papá!!, ¡¡soy tu Tami!!— Las lágrimas empezaron a caer como cascadas de mis ojos, es inevitable no llorar.

—¡¿Hija dónde están?!, ¡dime quienes las tienen! —En ese momento mire a Kilian quien negó con la cabeza— ¡¡dime algo mi niña!!.

—Papá, no tengo mucho tiempo, necesito que me respondas algo... A-Antes eras un mafioso?— Pregunté con miedo a su respuesta, ojalá me diga que no, que Kilian vea que mi padre no es una persona frívola ni asesina como él.

—Y-Yo...— Se quedó cayado y eso puso mis miedos a flote.

—Papá es urgente, por favor respóndeme— Dije llorando a mares, todo esto es como una jodida pesadilla.

—Fue... Fue hace muchísimo tiempo mi Tami, pero te juro que deje ese mundo para darte una vida normal hija, pero eso que viene al caso, eso no importa ahora Tamara, importan ustedes, me tienes que decir dónde están para poder sacarlas de ahí, por favor hija— Dijo desesperado.

Él... Él era un mafioso?

—¿T-Tu eras un mafioso?, ¿mataste personas inocentes papá?— Le pregunté con la esperanza de que me dijera que no, que todo esto es un mal chiste.

—¡Eso no tiene nada que ver ahora de por Dios Tamara, si quieres cuando estés con nosotros te cuento todo, pero dime dónde carajos estás para ir por ustedes!!— Grito.

Kilian vino hasta mi y me tomó del brazo para luego susurrarme al oído.

—Quiero que le preguntes por Kiril Harrison— Me susurró al oído.

—Pa-Papá, quien es Kiril Harrison?— Pregunté nerviosa y por un momento el no me contestó.

—Él... Él fue una persona que me traicionó cuando yo aún estaba en esos negocios...— Fue lo único que dijo, pero con eso basto para que me diera cuenta de que en verdad mi propio padre si mando a matar a los padres de Kilian.

—Tú... Tú lo mataste a él y a su familia?— Pregunté mientras las lágrimas nomás no paraban de salir de mis ojos como chorros de agua.

—Es verdad que lo mandé a matar, pero él no tenía familia Tamara, me dijeron que él no tenía familia que solo era él y... No puede ser cierto, si tenía familia...—Dijo sorprendido.

No pude con la sorpresa al saber que todo era cierto y terminé desplomándome al piso de la impresión, mi padre si mato a los de Kilian.

Estaba tan perdida que no oí que al otro lado de la línea mi padre me estaba hablando, sin embargo, cuando vine a despertar de mi trance no pude hablar más porque Kilian me arrebató el teléfono de las manos y colgó.

Lo miré a la cara y noté que tenía una sonrisa bastante maliciosa en su rostro, en estos momentos me siento como una estúpida, mi corazón duele mucho, no puedo creer que mi padre haya matado personas, seres humanos joder.

—Ya deja de llorar, eso no cambiará nada— Contestó enojado.

Volví a mirarlo y no pude evitar llorar más de lo que lo hago ahora, todo esto me destruye... Siento que mi respiración falla y al mismo tiempo mi mundo empieza a ponerse negro...

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  ♥︎Narra Kilian♥︎

Veo a la chiquilla desplomarse en mis propias narices y fue inevitable para mí no poner una sonrisa triunfante.

—Te dije que ibas a sufrir— Susurré para mí y luego la tomé en mis brazos.

Salí del cuarto con ella en brazos para llevarla al cuarto dónde se está quedando por el momento, pero al bajar por las amplias escaleras mis ojos se encontraron con los de mis hermanos, quienes tenían una cara de disgusto al verme con ella en brazos.

—Kilian, que gusto volver a verte— Veo a Maya acercarse a mi rápidamente y no pude evitar fruncir el ceño, vi la intención de ella, la cual era abrazarme y por primera vez agradezco que la chiquilla esté interponiéndose entre nosotros porque después las ganas de estrangularla serán muy evidentes.

—Hola— Contesté friamente, ¿como se atreve a llamarme por mi nombre?, su osadía a avanzando con los años.

—Bien, pero quién es ella?— Señalo a la chiquilla mientras puso una cara desagradable que rápidamente escondió y paso a una de sonrisa fingida, hipócrita.

—No es de tu incumbencia, ahora con tu permiso— Le crucé por el lado y me fui directo al cuarto de la chiquilla, ignorando por completo las caras de enfado de mis hermanos.

Al llegar la dejé en el pequeño colchón y estaba por irme cuando sentí como me tomó del brazo impidiendo que me fuera.

—¡No te vayas por favor!— Las lágrimas de nuevo empezaron a empapar su rostro y yo por instinto me acerqué a ella, me senté a su lado y con mi dedo aparté sus lágrimas.

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