La Boda del Rey Lobo I

En la boda, Jefferson trataba de controlar sus nervios hablando con los invitados, todo estaba perfecto, las sillas, las mesas, la decoración, la organización, los diferentes reinos lucían espléndidos, las sonrisas de los invitados era motivadora y los vampiros; bueno, ellos solo cumplieron con el protocolo de no usar negro.

La idea de Jefferson era sentar a cada rey y reina con sus pueblos en puntos especiales, más a su prometida no le agradaba de esa manera, así que colocó una mesa para los reyes de todos los reinos, así el pueblo de cada uno se sentará dónde quisiera y compartirían con los demás.

- (Antonio) Jefferson, me agrada la idea que tuviste de mezclarnos... Así es como se vé una verdadera alianza.

- Tú nunca me vas a llamar Rey, ¿cierto?

- Jajajaja... No me sale... Creo que a los únicos que he llamado así es a la reina Alba y los reyes trolls.

La cara de asombro de Jefferson descolocó a Antonio; por su parte sabía que los trolls eran un pueblo difícil, más él siempre dijo que solo había que conocerlos para saber por qué están tan aislados. Por eso no entendía el motivo de que el lobo lo viera como si se le hubiera salido una tuerca.

- ¿Por qué me miras así?

- ¿Conoces a los reyes trolls?

- Sí...

- Las estatuas vivientes...

- Sí... ¿Qué tiene?

- ¿Cómo estás, vivo?

- Jajajaja... Soy inmortal, por si se te olvidó, jajajaja ¿Qué ocurrencias?... (Voz fingida) "¿Cómo estás, vivo?"... Jajajaja... Y después preguntas por qué no te llamo Rey... Jajajaja...

Jefferson rodó los ojos y se dejó contagiar de la risa, también le causó gracia escuchar su pregunta de regreso, ni él sabía porque se preocupaba por cosas sin sentido. Alejandra los escuchaba desde una distancia mientras charlaba con Andrés de los nuevos acontecimientos en el Nuevo Reino.

- Te pido disculpas por no tener la misma visión que tú... Sabes que somos familia, nunca iba a permitir que los lastimaran.

- Ya ese estúpido no está con vida...

- Se lo busco solito, y me alegro que Francisco se esté haciendo cargo... Tiene un gran corazón y es un excelente soldado.

- Hablando de eso... Necesito hablar contigo y tu esposa.

- ¿Debo preocuparme por algo?

- No, por ahora no... Dile que hablaremos en la fiesta... No quiero que se distraigan en la ceremonia.

- Ok... Eso me tranquiliza mucho... Entonces vuelvo a mi puesto.

Se despidieron y ella se acercó sigilosamente a su esposo, éste seguía riéndose con Jefferson por tonterías, ella le abrazó el brazo y le habló a Jefferson.

- Creo que mi esposo es mejor padrino de bodas que el tuyo.

Ésto último lo dijo señalando al amigo del lobo que coqueteaba con una bruja y ésta ni se inmutaba.

- Sí, debería estar tranquilizarme y estoy totalmente ignorado por él, jajaja...

Entre chistes los nervios de Jefferson pasaron a segundo plano, los invitados se iban acomodando en sus lugares. Uno de los subordinados del Alpha le habló al oído desatando la ira en segundos.

- ¡Búscalo!... ¡Yá!

Alejandra soltó a su esposo sin alejarse, sabía que en cualquier momento debía hacer algo.

- ¿Algo grave?

- Sí, el anciano líder que hace la ceremonia no aparece desde anoche... Lo han buscado todo el día y a éstas horas no lo hemos encontrado.

- Llama a todos los reyes elegidos... Tengo una idea.

Antonio se negó a separarse de su esposa y fueron a una parte privada con todos los reyes, incluso Andrés y Sebastián.

- (Citrino) Pensé que solo eran los elegidos...

- (Alejandra) De igual manera no van a hacer nada.

Ese comentario incomodó a los tres auto invitados, quienes no disimularon su ira con sus gestos, haciendo que Alejandra se encogiera de hombros, demostrando que no le importan sus emociones en ese momento.

El plan de Alejandra era que cada uno creara un espía de seguridad con las marcas. Alba creó un remolino de viento y desapareció en sus manos volviendo sus ojos blancos, su cuerpo estaba ahí más sus ojos y oídos estaban en el remolino. Sebastián al ver eso se comenzó a burlar.

- Se supone que no nos necesitan, pero cuando todos dejen de ver y oír, nosotros estaremos aquí para protegerlos.

Citrino rodó los ojos y creó una libélula, Débora una flor exótica, Jefferson creó un reflejo de la luna. Alejandra esperó un poco, al ver que los otros Reyes no daban señales de nada creó 7 sombras, estás tenían diferentes formas: Humano, aguila, león, serpiente, tiburón, ballena y Alcón.

- Buscarán al más anciano de los Hombres Lobos, tiene un matrimonio que realizar, el Rey Jefferson lo necesita.

Las sombras no volvieron a la marca, sino que se despegaron de ella y desaparecieron a la vista del resto. Sebastián tenía la boca más abierta que los otros dos.

- (Alejandra) ¿Qué?

- (Sebastián) No sé si es que no sabes usar tu espía de seguridad, pero me llama la atención que puedas hacer aparecer demonios sin invocación... La vez anterior no le puse mucho cuidado porque aparecieron con el aura de todo tu pueblo, más ahora... ¿Cómo me lo explicas ahora?

- No estás listo para esa conversación... Aunque puedo mostrarte mi espía de seguridad.

Sebastián se cruzó de brazos, indignado y de la marca de Alejandra salió una tarántula Goliat, ella se la pasó a su esposo y la espía desapareció en la mano de él.

- ¿Se te olvidó que vengo del Olimpo?

- Jajajaja... Del Olimpo, más no del Inframundo... Pregúntale a tu tío Hades... Capaz te dé una respuesta... Jajajaja...

Su sarcasmo hizo que Andrés y Antonio también se rieran del juego de la reina, ellos saben que cuando ella se pone en ese plan, es más fácil que trasladen un iceberg al caribe a qué ella responda eso.

- No estoy jugando reina Alejandra...

Sebastián hervía en ira.

- (Andrés) Olvídalo... No te va a responder por más que lo intentes... No tienes la capacidad física, mental, emocional, no mucho menos superior para obligarla a contestarte.

- Y no es mi tío, es mi hermano...

- (Antonio) ¿Sabes que los vivos creen que eres gay?

- No, en realidad la mayoría no me conoce... Creen que "cupido" es gay... Otros piensan que es un bebé con alas y con arco y flechas de corazones... Es una estupidez... El ángel cupido solo era mi criado, ahora ni él ni yo tenemos el trabajo que queremos.

Los hombres siguieron hablando tonterías sobre los humanos y los dioses del Olimpo mientras una de las sombras regresó dejándose notar solo por Alejandra, hasta que habló y los tres hombres voltearon al instante.

- (Sombra de hombre) El anciano no podrá llegar... Fué cazado como lobo, al morir se transformó en hombre y ahora el cazador está en la cárcel central por homicidio... También descubrí que una mujer vampiresa está oculta, se niega a ser lo que es y ha intentado suicidarse más de 5 veces... Eso decía el historial clínico.

- ¿Cómo así?... ¿En el historial dice que es vampiro?

- No, solo dice sobre los intentos de suicidio y tienen una orden en un psiquiátrico porque ella se cree vampiresa.

- Averiguaste si decía la verdad...

- En efectico... Y es una verdadera vampiresa... No sé cómo fué convertida más la fecha del primer intento de suicidio fue hace un mes.

- Gracias, pueden regresar a sus lugares.

La sombra comenzó a moverse como si estuviera temblando y las demás aparecieron, seguidamente desaparecieron en la sombra de Alejandra.

- (Andrés) ¿6 intentos de suicidio en un mes?... ¿Está loca o qué?... Apoyo a esa gente en querer llevarla al psiquiátrico.

- Estoy más preocupada en cómo decirle a Jefferson que el anciano fué cazado y asesinado.

Los cuatro quedaron un momento en silencio hasta que Alejandra tocó su marca para hablar con los reyes, los cuales a pesar de tener sus cuerpos ahí, no los podían escuchar, a medida que los fue llamando ellos fueron despertando uno por uno.

- Rey Jefferson... Necesito que te sientes un momento... Necesito decirte algo.

Jefferson la miró, detalló que ni ella ni el trío de supuestos protectores tenían expresión, entendiendo lo que le iban a decir y comenzó a llorar con desesperación era tanta la impotencia que tomó una de las sillas golpeando el suelo, una y otra vez hasta que se deshizo en sus manos. Los demás lo dejaron desahogarse clavando la mirada en el suelo, nadie se atrevió a mirarlo hasta que cayó de rodillas.

Débora le hizo señas a su esposo para que se colocara a su lado, Sebastián también se colocó al lado de Alba. Antonio por su parte no se movió, él creía que Alejandra no quería su presencia por el momento, hasta que ella le dió una mirada amenazante mientras apretaba su mano, Antonio no entendió hasta que la tarántula apareció en su muñeca y lo mordió antes de desaparecer. Disimuladamente, él se le acercó y se colocó a su lado, nadie notó que pasaba con ellos.

Alejandra entrelazó sus dedos con los de su esposo y se reunió con los reyes, debían buscar el segundo anciano para la ceremonia, una vez que hayan terminado la luna de miel, debían cobrar venganza.

- (Alba) Rey Jefferson... Sabemos que tu dolor es irreparable, más no puedes cancelar la ceremonia... Está luna es cada 10 años y lo sabes, por eso la escogiste... ¿Quién más puede realizarla?

- Nadie... No existen más ancianos en quién apoyarme... La única manera es hacerlo al estilo de otro reino... Debo vengar al anciano...

- (Citrino) Y te vamos a apoyar en todo... ¿Qué representa para ti ésta unión?... No como pareja, sino como Rey...

- Necesito la bendición del matrimonio para ser más grande y fuerte.

- (Débora) Excelente... A penas termines la luna de miel, vengaremos su muerte.

- ¿Lo juran?

- (Todos) Lo Juramos Rey.

- Gracias, muchas gracias...

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