Encajando piezas

Alejandra se debilitó en gran manera, tanto que volvió a desmayarse, al mismo tiempo que el cuerpo de Antonio dejo de brillar... Eidrian la tomó en brazos y la volvió a acostar, no se despegaría de su lado hasta que el Rey regresara... Por otro lado, Francisco comenzó el descenso con Antonio, de cuando en cuando lo miraba, no sabía cómo abordar el tema del porque su retorno al castillo. Antonio notó que el hombre lo miraba y mordía la comisura de mis labios con nerviosismo, por lo que optó por cortar con el incómodo silencio.

- Dime.

Francisco negó si dejar de mirar el frente.

- Dime qué te intriga.

- Sergio es un gran soldado, ¿Cómo se deshizo tan rápido?

- Duraste siglos al lado de mi esposa, y aún así no la conoces.

- Nunca tuvimos un enfrentamiento junto a ella, ni siquiera con nuestros enemigos...

- Ella trata de no tener enemigos... Quiere que nuestro pueblo viva en paz, en éste último año hemos hecho más de dos tratados de paz.

Antonio lo soltó a la ligera, pero eso no fue impedimento para que Francisco se detuviera en seco, la cara de asombro era un poema y Antonio no sabía que pasaba por su mente.

- ¿Qué te pasa?

- ¿Hizo alianza con más de dos reinos?... ¿Cómo lo hizo en tan poco tiempo?

- Jajajaja... Mi esposa es una gran líder... No te debería sorprender, si ella se encargó de sus entrenamientos.

Volvieron a avanzar, los pasos de Francisco se sentían pesados, no sabe lo que le repara al estar frente a ella y eso lo deja más que nervioso.

- Nuestros entrenamientos eran para una guerra con los vivos...

- Sigue siendo igual, salvo que ahora somos amigos de los poderosos inmortales jajajaja

Francisco sonrió al ver lo amistoso que es su Rey, es todo lo contrario a como conoce a la Reina. Más la pregunta aún quedaba en el aire.

- Sergio...

- Sergio es... Perdón, era un imbécil... Su abuso de autoridad y arrogancia lo llevó a su destino.

- Él me desterró porque no apoye su ideal de comando en vez de familia.

- Eso mismo nos disgusto a nosotros... Se atrevió a desafiar a mi esposa... ¿Qué crees que paso?

El simple hecho de imaginar a la reina devorando a alguien lo volvió a paralizar, aún no lo quería asumir por más que quisiera.

- De verdad, no sé que tanto piensas... Pero no voy a detenerme cada vez que tú quieras... Mi esposa me está esperando, cosa que es más importante que esperar que tus pies funcionen... Quieras o no, vamos.

Antonio lo tomó de la mano y se transformó nuevamente en un ser alado, Francisco por su parte seguía quieto. Antonio voló entre los árboles para no ser vistos por los vivos y así no dejar que el sol lastimara a Francisco, a pesar de no quemarse, el sol los irrita mucho; él más que nadie sabe que es eso.

Llegaron al punto donde Antonio se transformó la primera vez para seguir el camino desde tierra, Antonio de vez en cuando le decía anécdotas del Gran Reino, el motivo era alegrar un poco el viaje. Al llegar al gran roble Francisco lo detalló recordando que la última vez que lo vió era del mismo tamaño que el resto.

- ¿Dónde está la reina?

- Dentro.

Francisco miró a su rey como si fuera un comentario salido de un demente, hasta que lo tomó por el brazo e ingresó con él por la diminuta brecha del roble dejándolo más en shock. Detalló cada cm del interior, es exactamente una casa o mejor dicho: choza, todo es con madera, barro y hojas, lo único con tela es la cama y las sillas, el área está muy bien iluminada, limpia y ordenada.

- ¿Quién vive aquí?

- (Eidrian) ¡Yo!... Dígame qué necesita y con gusto le facilito la tarea

El chico sonreía mientras le estrechaba la mano.

- Me llamo Eidrian.

- Mi nombre es...

- Francisco, ya lo sé... Es el tercer, bueno ahora el segundo líder del reino.

- No entiendo, ¿Y Andrés?

- (Alejandra) Se casó con la reina de las brujas.

Francisco no la había visto e inmediatamente se inclinó ante su alteza dándole el debido respeto, él es uno de los que le deben la vida a Alejandra, ella lo convirtió en vampiro cuando lo vió agonizando en una de las batallas a los que regularmente van los militares.

- Mi reina.

- Francisco, te pido disculpas por los daños ocasionados a tu persona por parte del supervisor anterior.

- Usted no me tiene que pedir nada su alteza, Sergio...

Alejandra levantó la mano para que se callara, el simple nombre de ese ser, le repugna.

- No lo nombres, y si tengo el deber de disculparme, porque la persona que dejé a cargo no tenía la misma visión que yo con respecto al personal... Ahora ni siquiera puedo castigarlo por su incompetencia, ya que ahora es un rey.

Alejandra se levantó de la silla que estaba en uno de los rincones y le dió la mano, con la otra entrelazó sus dedos con los de su esposo, al hacer ésto se le formó una pequeña estrella en la cara interna de la muñeca de Francisco.

- Eres el encargado del Nuevo Reino, no quiero errores, no quiero quejas... Quiero la gente como estaba cuando me fuí, espero contar contigo.

- Por supuesto mi reina, no tendrá problema conmigo.

- (Antonio) Ahora, ya que estamos aquí, necesito que te comuniques con los reyes trolls.

- (Alejandra) ¿Motivo?

- Les dije que estábamos en deuda con ellos, por ende somos casi aliados.

- (Eidrian) Las alianzas de los trolls es diferente a la que conocen, ellos constantemente viven sobreviviendo, la única manera de convertirse en sus amigos es...

- (Francisco) Salvándoles la vida.

- Exacto... Por eso te convertiste en su mejor guerrero, le salvaste la vida a la hija de los reyes.

- ¿La hija?

Francisco nunca escucho sobre ningún hijo o hija de los reyes trolls, por eso comenzó a recordar la primera vez que cruzó la línea de territorio. Ese día un grupo de vivos estaban perforando para una gran construcción, dónde uno de las señales de perforación era en el abdomen de una chica piedra... Después de tanto insistir con los obreros logró que cambiaran el lugar.

- Oh, si... La chica, ¿cómo se llama?...

- ¿Iris?

La pregunta se le escapó de sus labios casi en susurro, quería que dijera que no para no sentir el peso de que una princesa le deba la vida.

- ¡Si! Ella... Es la hija de los reyes... ¿No te dijo?

Francisco negó eso es algo que le va a costar asimilar durante mucho tiempo.

- (Antonio) Por eso ellos esperan que tú los salves del dragón.

La sonrisa permanente de Eidrian llegó a su final, apareciendo una cara de pánico.

- El... El... ¿Dragón?

- Sí... También lo ví en la visión... Más espero que nuestros hijos nazcan primero.

- ¿Sus hijos?... ¿Qué hijos?

Antonio comenzó a narrar cada detalle de la visión que vió en la cascada y en el lago, Eidrian no sonreía y Alejandra se preocupo por eso... Ella sabe que él desde bebé escucha al roble, éste le ha enseñado cada cosa que debe comer y como mantenerse para cuidar el bosque, se ve como un chico de entre 15 y 17 años, aunque en realidad tenga más de 200.

- Con todo respeto su alteza, pero está equivocado... Sus hijos no son los que están dentro del vientre... Son los reinos... El Gran Reino y el Nuevo Reino... El dragón que se aproxima es una gran batalla con seres poderosos... Y usted liderará a sus reinos a una masacre, conseguirá la victoria, bajo el peso de la sangre de sus subordinados.

Los tres vampiros trataban de asimilar lo que escuchaban, era la primera vez que no sabían cómo proceder, ni por dónde vendría la guerra. Alejandra solo tenía claro una cosa; debía preparar a su gente.

Un par de días después regresaron Alejandra, Antonio y sus escoltas para asistir a la boda del Rey Jefferson. El decorado era sencillo, al estilo campestre con detalles en plata y blanco. Los reyes invitados debían ir en color crema, a los Vampiros no les agradó mucho la idea, más igualmente accedieron.

Antonio llevaba puesto un traje de tres piezas de color champagne y vinotinto, sus zapatos color terracota le hacían una perfecta combinación.

Alejandra, ella no se la lleva muy bien con los colores pasteles así que optó por un color diferente al negro, pero con la misma intensidad.

- ¡Wow!... Nena ese cambio radical te luce...

Alejandra rodó los ojos, ese tipo de comentarios la desestabilizan y a ella no le gusta perder la compostura.

Antonio no sé iba a quedar de brazos cruzados viendo cómo su esposa amada lo ignoraba. La abrazo de espaldas besando su cuello, ella detuvo el paso mirando alrededor para cerciorarse que nadie los estuviera viendo, volteó rápidamente y le dió un beso a su esposo. Lo que empezó con un beso suave, se fué tornando cada vez más apasionado hasta que un carraspeo los detuvo.

- (Félix) Perdón por interrumpir, más ustedes me insistieron en que no querían llegar tarde... Y Pues... Llevamos 20 minutos esperándolos.

Alejandra por pena y risa escondió su rostro en el cuello de Antonio y éste la atrajo más hacia él.

- (Antonio) En un momento bajamos... Esperen en el auto.

- Sí, Sr.

Luego que Félix se fuera Alejandra soltó a reír sin parar, Antonio la siguió por un momento y luego dejo de hacerlo. Él sabía que estaban mejorando en su relación, más no sé había percatado en que su relación estaba más que sólida, y trabajaría en qué fuera indestructible. Sin pensarlo la volvió a besar, ésta vez más suave para después irse a la boda.

Más populares

Comments

Ido Rojas

Ido Rojas

van bien 👍

2024-04-18

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play