ME SOBREESTIMA

Mía se quedó observando hasta que los caballos junto con sus jinetes desaparecieron de su campo de visión, ella subió a un caballo y se dirigió al templo.

Cuando llegó allí, empezó a rezar, eso es lo que siempre hace cuando hay alguna guerra, rezar por las personas en el campo de batalla, desde pequeña le inculcaron que eso debía hacer una dama, mientras los hombres combaten.

De pronto se sintió mareada, pero lo atribuyó a que no había comido bien.

Asher: ¿ Que hace aquí ? - Dijo serio.

Mía: Bu-buen día, yo estoy rezando, es lo que debo hacer por mi nación. - Sonríe triste.

Asher: * Esta mal *

Mía: ¿ Disculpe ?

Asher: Por favor, retirese, usted no debe estar aquí.

Mía: ¿ He hecho algo que le ha molestado ? Si es así... - Es interrumpida.

Asher: Debe irse, de inmediato... - Abrió la boca pero casi de golpe la cerro.

Mía: Perdón por importunar, con permiso.

La chica volvió al palacio, primero fue al establo a devolver el caballo, mientras se sentía avergonzada por como la expulsaron del templo.

Mía: Supongo que no les gusta que los extranjeros vayan a su templo, quizá piensen que tenemos costumbres extrañas.

Tiago: Claro que no, es usted bienvenida a nuestro templo.

La pelinegra salto del susto, no había notado la presencia del chico.

Mía: Príncipe, me asustó.

Tiago: ¿ Así de poco atractivo me encuentra ? - Finge dolor.

Mía: No es así.

Tiago: Es broma, pero ¿ por qué piensas eso de nuestro templo ?

Mía: No quise ofender, discúlpeme, es solo qué de allí me expulsaron.

Tiago: Eso no es posible, quizá fue una broma de mal gusto o un nuevo sacerdote ¿ recuerda el aspecto de quien fue ?

Mía: ¿ No se puede ? Entonces... Siendo honesta, no creo que deba decirlo.

Tiago: No se preocupe, puede confiar en mí

yo le creeré.

Mía: Le agradezco, pero es mejor así.

Tiago: Entiendo... ¿ Sabe usted usar una espada ?

Mía: ¿ Perdone ?

Tiago: Ah, yo, lo siento, no la quise ofender - Menea sus manos en el aire - Es que me gustaría tener un combate con usted, y no sé si en el imperio de Plata es permitido, no quise sonar machista. - Explica.

Mía: Oh, comprendo, usted piensa que soy débil. - Bromea.

Tiago: No, no, no es así, yo... - La risa de la chica no lo deja continuar.

Mía: Solo bromeó, honestamente no soy muy buena con la espada, pero me gustaría ver que tan verte es usted.

Tiago: Claro, sigame.

Los dos se dirigieron al campo de entrenamiento, ninguno tuvo necesidad de cambiarse, pues ambos ya estaban vestidos acorde a la ocasión.

Tiago: No seré brusco.

Mía: Gracias. - Sonríe.

El príncipe también muestra una sonrisa, su oponente es bonita.

El chico ataca primero, haciendo que ella retroceda, él lanza un ataque, pero Mía lo esquiva, poco a poco, el ritmo de la batalla acelera, los movimientos de las espadas son ágiles, Tiago retrocede un poco, aun así la chica es un poco torpe y al final es vencida.

Mía: Que buen entrenamiento, uff, hace rato no entrenaba.

Tiago: Me ha mentido, dijo que no era buena.

Mía: Y no lo soy, usted me ha ganado.

Tiago: Pero tuve que esforzarme, no le falta mucho para ganarme.

Mía: Me halaga, pero es solo un pasatiempo, tengo otras obligaciones que cumplir, la espada es para los guerreros.

Tiago: ... Si así lo desea.

Mía: * ¿ Deseo ?*... Jaja, que divertido es usted,

El príncipe no entendió, pues sus palabras fueron sinceras, no " divertidas "

Tiago: ¿ Maneja otro tipo de armas ?

Mía: Mmm, sé usar muy bien el arco.

Tiago: Ja, si casi me gana sin ser buena con la espada, no me imagino como será con el arco.

Mía: Creo que me sobreestima.

Tiago: Y yo creo que usted se subestima.

Mía: Es la primera vez que me dicen eso.

Lin: Que bueno que los encontré, ¿ han visto a Rean ? Quiero jugar con él.

Mía: Probablemente este dormido, iré a despertarlo, con permiso.

La chica se dirige a la habitación del niño, pero allí no está, así que va a su habitación, pero tampoco está allí.

Mía: ¿ Estará explorando por ahí ? Tomaré un baño y lo continuo buscando, no debe estar lejos.

Cuando se arregló, bajo a la cocina, pensó que podría tener hambre el pequeño.

Cocinera: No, alteza, él no ha venido.

Mía: Si lo ven, por favor, les pido informarle que lo busco.

Cocinera: Si, alteza. ¿ Usted gusta desayunar ?

Mía: Ya lo hice... Aunque unas galletas no me vendrían mal. - Sonríe.

Comiendo galletas, Mía continuó su búsqueda, honestamente, empezaba a desesperarse, pues su hermano no aparecía. La chica volvió a su habitación, pensando que podría estar escondiéndose allí, pero lo que encontró casi la vuelve loca, no podía creer eso.

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Hola.

Soy la autora, espero que les esté gustando.

¿ Qué creen que paso ? ¿ Por qué reaccionó así el Santo ?

Bendiciones 🙏💕

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