GANAR - GANAR

Concubina: E-emperador - Se tira al piso llorando - la princesa me ha ofendido cruelmente.

Rean: Pa- padre, no es así, mi hermana mayor no ha hecho tal cosa.

Emperador: ¿ Mia, que haces aquí ? Sabes que no está permitido.

Mia: Padre, yo...

Rean: Ella vino a protegerme, la segunda concubina me estaba golpeando - Lo interrumpe la tipa.

Concubina: ¡ No es verdad, majestad !

Rean: ¡ Si lo es ! ¡ Y es porque ella envenenó a Delis !

Concubina: ¡ Mentiroso ! ¡ Emperador, no le crea !

Emperador: Silencio, Florencia - Mira al niño - ¿ Tienes pruebas de ello ?

Rean: S-si, en su habitación tiene aún el frasco, lo sé porque se lo ha informado a una sirvienta mientras yo pasaba por allí.

Emperador: Guardias, revisen la habitación de la segunda concubina, cualquier frasco sospechoso me lo entregan.

Concubina: M-majestad, ¡ Está equivocado ! , ¡¡ TIENE QUE CREERME !! - Se desespera.

Mía: ~ Lo sabía, ella tuvo la culpa ~ - Le sonrie al pequeño que esta a su lado.

Guardia: Majestad, encontramos esto - Le entrega una caja llena de frascos diminutos, algunos vacíos y otros con algún tipo de líquido.

Concubina: ¡ Eso no es mio ! ¡¡ ME QUIEREN INCRIMINAR !!

Emperador: Encierren a la segunda concubina en el calabozo, después de la investigación se dictará su sentencia.

Mientras se arrastraban a la concubina, ella gritaba como loca.

Emperador: Príncipe, ¿ podrías reconocer a la sirvienta que mencionaste ?

Rean: No, tenía puesta una capucha, pe-pero, escuche que se llama Sune.

El emperador asiente y se aleja, dando la orden de buscar a aquella persona con ese nombre, mientras Mia se fue a su palacio con Rean.

Mia: Bien hecho, eres asombroso.

Rean: Gracias, no tuve miedo. - Dice orgulloso con una sonrisa.

Mia: Crei escuchar que si lo tenias.

Rean: Bu-bueno, tuve un poquito de miedo, pero fui fuerte.

Mia: Así es.

Rean: ¿ Por qué esa señora intento asesinar a Delis ?

Mia: Porque es mala persona, pero no te preocupes, tendrá su merecido y Delis estará bien.

Rean: Si yo no la hubiera espiado ¿ no pagaría por el daño que hizo ?

Mia: Exacto, que bueno que me obedeciste. ~ Que bueno que en la noche le pedí a Rean que espiara a la concubina ~

Rean: Y siempre lo haré.

Mía: Rean, era para tu cumpleaños, pero - Se acerca a su armario y saca una espada, la empuñadura era negra con azul - Te la regalo, en dos días empiezas a practicar con la espada, obviamente primero entrenaras con una espada de madera, pero cuando estés listo, quiero que uses esta.

El niño quedo maravillado, abrazo fuerte a la chica y le agradeció. Luego fueron a comer galletas y cuando terminaron se despidieron, pues ella tenía que salir.

Yara: Princesa, hemos llegado.

Ambas bajan del carruaje y entran a la mansión de los marqueses Dean, pues había sido invitada a una fiesta de té.

Rossi: Alteza, gracias por asistir.

Mia: No podría rechazar tu invitación, marquesa Dean - Le entrega el regalo que trajo.

Rossi: Toma asiento.

La chica obedeció y las damas presentes la saludaron.

Bles: Princesa, ¿ como ha estado ? No puedo creer lo que me han dicho.

Mia: Condesa Bles, lastimosamente, es cierto, quieren quitarme mi título - Dice triste.

Ren: Que nefasto, pero no se preocupe princesa, tiene nuestro apoyo.

Selin: La conocemos desde pequeña, sabemos lo mucho que se ha esforzado desde que falleció la anterior emperatriz.

Rossi: Tenga por seguro que usted será la próxima emperatriz.

Mia: Muchas gracias, sus palabras me tranquilizan, prometo recompensar su lealtad cuando se estabilice mi título.

Las damas sonrieron ante lo dicho, ellas saben que es muy probable que Mia le gane al otro príncipe, a pesar de que si le tienen gran cariño y estimaban a su madre, a todos les gusta saber que ganaran algo por su ayuda, es un ganar-ganar. Y eso Mia lo sabe.

Al rato, la princesa se retiró de allí y regresó a su palacio. Al llegar fue directo a su habitación en donde se puso una bata ligera y se tiró a su cama.

Mila: ~ Estoy segura que ustedes no permitirían que esto pasará ~ - Algunas lágrimas salieron de sus ojos.

* Toc, Toc, Toc *

Rean: Hermana mayor, ¿ puedo pasar ? - Su voz se escuchaba rara.

Mia: Claro - Rápidamente se seco los ojos.

El niño corrió hacia ella y se refugió en sus brazos, estaba temblando.

Mia: Rean, ¿ que sucede ?

Tomó el rostro del pelinegro y vio su ojo izquierdo morado, seco sus lágrimas y lo abrazo.

Rean: No fue mi madre, esta vez.

Mia: ¿ Entonces quien fue ?

Rean: Fue William, me culpó por el castigo de su madre.

Mia: ~ El hijo menor de la concubina, era de esperarse, desgraciado ~

Rean: Pero yo también lo golpee.

Mia: Muy bien, nunca dudes en defenderte.

Rean: Seré fuerte para protegerte, lo prometo.

Mia: Buen niño.

Ambos se quedaron dormidos en cuestión de minutos.

A los dos días, dictaron la sentencia de la segunda concubina, sería castigada a muerte por atentar contra una princesa. Eso afecto el poco apoyo que estaba obteniendo Florián, pues llegaron a dudar sobre si él sabia o no, de lo que había hecho su madre.

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