MALDITO INSOLENTE

Mía: ~ Una pista, es lo único que necesito, tengo que averiguar en que o quien utilizó el veneno la concubina.

Alguien abre la puerta del despacho.

Mía: No tengo hambre, Yara.

Azafrán: ¿ Entonces que haré con este pastel del imperio Zafiro ?

La chica alejo los papeles de su rostro, una gran sonrisa se formó en sus labios y corrió hasta el hombre para abrazarlo.

Mia: ¡ Tío ! Me alegra tanto verte.

Azafrán: También te he extrañado, has crecido bastante desde la última vez que te vi.

Mia: Si, bastante ~ Tres años desde que discutiste con papá y dejaste de ser un noble del imperio ~ - Se aparta un poco - Pero te ves de maravilla, esa barba te queda bien.

Azafrán: Es lo mismo que me dice Teo.

Mia: Oh, quiero saludarlo.

Azafrán: Esta dándose una ducha, pero pronto lo veras. - Su cara se pone sería - Ahora necesitamos hablar de lo que me escribiste.

Mia: Si, tienes razón. Toma asiento. Le pediré a alguien que traiga té.

Azafrán: Ya lo hice, mientras, podemos comer estos postres de Zafiro.

Mia: Por supuesto, son deliciosos. - Come uno - Tio, papá quiere que me casé con un conde, me ha dicho que le dará mi título al hijo de una concubina. Me ha dicho... Que no podré por ser mujer.

Azafrán: Ahora si lo voy a golpear, ese imbécil, como se atreve - Dice enojado.

Mia: Pero no es algo que me preocupe demasiado, inicie una competencia por el título de heredera; He hablado con las personas y la corte imperial, los imperialistas, los aristócratas y el pueblo me apoyan.

Azafrán: Wow, es sorprendente, hasta siento lástima por ese chico.

Una sirvienta trae el té y les sirve.

Mia: Es por eso que esto me enoja, ¿ por qué lo hace mi padre ? ¿ En verdad no creé en mi por ser mujer ?

Azafrán: No lo creo, él sabe perfectamente de lo que una mujer es capaz, por eso te llamas así... Pero ha estado actuando muy raro.

Mia: Si, espera ¿ que tiene que ver mi nombre ? - Pregunta extrañada.

Azafrán: ¿ Conoces la historia del imperio ? - Ella asiente - Pues en honor a la mujer que líbero al imperio, tu padre te puso un nombre similar, aunque la emperatriz no estaba muy contenta.

Mia: ¿ Por qué ?

Azafrán: Cuando tu papá vuelva a pensar correctamente, te responderá esa pregunta.

Yara: Lamento mi interrupción, pero tiene una audiencia con el templo, princesa.

Mia: Es cierto, tío, ¿ me acompañas ?

Azafrán: Claro.

Mia: Necesito ir por los resultados de unas cosas que mande a investigar, e intentar convencerlos de ser mis aliados.

Azafrán: Entonces, no los hagamos esperar.

Mia: Uy, pero y el tío Teo.

Azafrán: Vamos primero por él.

Riendo fueron a donde Teo, luego de saludarlo se dirigieron al templo; Tristemente, el templo se negó a apoyar a Mia, pues el gran sacerdote era familiar de Florián, por lo que el templo era aliado del príncipe.

Mia: Era de esperarse. - Suspira frustrada.

Teo: No te preocupes, se van a arrepentir cuando ganes.

Guardia: ¡ Princesa ! ¡ El emperador ha fallecido !

Mia: ¡¿ QUÉ ?! ¡¡ NO !!

Mia corrió lo más rápido que pudo hacia la habitación de su padre, quien estaba acostado en su cama, pálido, frío y completamente inmovil.

Lágrimas brotaban de los ojos de Mia, tal vez en estos últimos años no había sido el mejor de los padres, incluso fue injusto al querer que Mia se casará y que Florián se convirtiera en príncipe heredero. Pero eso no quita todos los años en donde hizo a su hija la más feliz del mundo, todas las risas y momentos agradables que compartieron, todos los caprichos que le cumplió, pues era bien sabido que Mia era su hija favorita.

Mia: Papá, por favor, no me dejes, deja de bromear, por favor - Suplica - Tú no, no tú también.

Azafrán entró a la habitación, se sentía triste, su hermano muerto y su sobrina destrozada.

Florián: No lo puedo creer, padre, ¿ por qué te has ido ? - Parecía afligido.

Mia: ¡¡ NO TE ACERQUES !!

Florián: Hermana, él también era mi padre.

Mia: ¡¡ GUARDIAS !! ¡¡ SAQUENLO !!

Florián: Guardias, tienen prohibido tocarme, el último deseo de mi padre es que yo herede el trono, por lo tanto ahora soy el emperador.

Mia: ¿ Acaso quieres que te corte el cuello ? - Su voz es desgarradora.

Florián: Guardias, la princesa se encuentra mal, llevensela.

Los pobres guardias estaban confundidos, no sabían a quien obedecer, así que no se atrevían siquiera a moverse.

Florián: Y hermana, eso fue una amenaza para el emperador, así que ten cuidado con tus palabras.

Mia: Nunca me vuelvas a llamar así, eres un simple bastardo.

El chico levanto su mano, pero alguien la sostuvo fuerte, lastimandolo.

Azafrán: No se te ocurra.

Florián: Señor, usted podría provocar una guerra entre imperios, debido a que usted no es un noble de aquí.

Azafrán: Maldito, insolente.

Azafrán agarró el cuello de la camisa del chico, levantándolo del suelo, pero en eso, los guardias del templo lo detuvieron.

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