Capítulo 17. Franco se da cuenta de que su amor es imposible.

Nicolás, en realidad, no sabía a lo que se refería Franco, la emoción de ver nuevamente a su mamá después de muchos años, era lo que más le invadía, Franco llevó a Nicolás a la clínica en donde aún permanecía doña Alice, Diana, Don Yuré, Ismael y Marina.

Franco: buenas noches.

Todos buenas noches.

Don yuré: se puede saber quién es usted jovencito.

Franco: soy.

Marina: son mis hijos.

Doña Alice: ¡tus hijos!

Marina: si ese olor es inconfundible, mi niño ven a mis brazos mi niño.

Nicolás: mamá, mamita, Franco me contó todo, soy Nicolás, mamá.

Marina: si mi niño, perdóname por no haberlos buscado sin parar, mi corazón de madre me decía que ustedes estaban bien.

Nicolás: si mamá.

Franco: si mamá, gracias a Nicolás, quien siempre nos protegió.

Nicolás: no es cierto, mamá, no pude proteger a Nisa, lo siento, mamá.

Marina: no te preocupes mi niño, Dios la está protegiendo, sabes me lo dice mi corazón.

Mientras ellos conversaban, don Yuré miraba muy extrañado todo, él sabía que su cuñada marina tenía un hijo, pero ahora tiene dos hijos y una hija, mientras, Nicolás era abrazado y llenado de mimos, Franco retrocedió, pasó junto al cuarto de Ivana, cerró los puños, dejó caer algunas lágrimas y siguió su camino, fue directo a su casa, allí lo esperaban los chicos, quiénes se alegraron mucho de verlo, todos lo abrazaban.

Danilo: que pasa hermano, acaso no estás feliz de volver a casa.

Paola: ya lo sabe Ivana, esa niña venía todos los días para saber como estábamos y para ayudar.

Franco se sintió rendido, sentía que las fuerzas abandonaban su cuerpo, con tan solo un aliento, cayó sentado, todos se sorprendieron.

Josué: Franco, te sucede algo, no te ves nada bien.

Iván: quieres que llamemos a tu amor.

Franco: no, no.

Mateo: pasó algo entre tú y ella.

Franco: ella, lo nuestro no puede ser y nunca podrá ser.

Danilo: explícate, Franco, por lo menos una vez en la vida, dinos lo que sientes.

Franco: siento que estoy muriendo.

Erika: ¿estás enfermo?

Franco: no, siento que estoy muriendo por dentro, porque el amor que tengo por Ivana es imposible, ella es mi prima, es sobrina de mi mamá.

Mateo: tu mamá, acaso la encontraste.

Franco: si la encontré, es como siempre la soñaba, con esos preciosos ojos, también recordé mi niñez, soy hermano real de kerim.

Todos: ¡kerim!.

Franco: si, quien yo pensaba que nos hizo mucho daño, resulta que lo hizo para protegernos, es mi hermano, yo no puedo volver junto a mi madre ni a su familia, no soportaría verla y no poder amarla, solo la haría daño.

Erika: hermano, todo lo que te tocó vivir es muy doloroso, pero que piensas hacer.

Franco: por ahora alejarme de ella, trataré de no verla, y enfocarme en el grupo. Tenemos que seguir, descansaré un rato, quiero recuperar energía.

Erika: no deseas comer algo.

Franco: no pequeña, gracias solo quiero descansar.

Erika: bien.

Franco se fue a su cuarto y sus lágrimas cayeron sin control.

Franco: amor, amor mío, este anillo era para ti, pero ahora estamos prohibidos, no debemos amarnos, no de esta manera.

Franco lloro mucho, los chicos salieron a trabajar, Franco se quedó dormido de tanto llorar. Ismael esperaba que Diana fuese a su casa, para concretar su plan.

Diana: mamá, papá lleven a la tía y al primo a la casa, yo me quedaré hoy junto a mi hermana, nos vemos mañana.

Don Yuré: está bien hija, pero si hay algún cambio con tu hermana avísanos de inmediato.

Diana: si papá.

Don yuré: Ismael, tú te quedarás apoyando a tu esposa.

Ismael: si señor.

Los dos entraron en la habitación de Ivana, el celular de Diana, empezó a sonar.

Diana: Jesús.

Jesús: hola, espero que estén disfrutando, ya que apareció el muchacho.

Diana: no, Jesús, me encuentro en la clínica con mi hermana, tuvo un accidente.

Jesús: lo lamento, no quise importunar.

Diana: no se preocupe Jesús, yo mañana a primera hora le cancelo su trabajo, estoy muy agradecida.

Jesús: está bien, que se recupere su hermana.

Diana: gracias.

Ismael: puedo saber quién, es ese tal Jesús.

Diana: para que, son cosas mías, no veo porque tiene que importarte.

Ismael: de qué, trabajo hablan, que pago tienes que hacerle.

Diana: ya basta, Ismael no estoy de ánimos para discutir contigo.

Ismael: sí, lo siento.

Ismael se preguntaba quién, era ese tal Jesús, qué negocios tenía Diana con ese hombre, una cosa si estaba claro él lo averiguará. Los días pasaban, Ismael desistió de hacer lo que había planeado, solo decidió esperar para saber quién era ese tal Jesús. Un día Marina le pide a Nicolás que le lleve a visitar a su sobrina a la clínica, fue cuando Nicolás, conoció a Ivana su prima, al verla se sorprendió.

Nicolás: 💭 ella, ella es la niña que mi hermano ama demasiado, es nuestra prima, ahora entiendo.

Ivana seguía sin responder, Franco regresó al trabajo, flaco y juan le recibieron con los brazos abiertos, flaco sabía que algo no estaba bien con Franco, pero decidió esperar, a que Franco se decidiera a decirle y si no lo hacía, respetaría su decisión. Al enterarse Daniel de lo sucedido con Ivana, todos los días iba a la clínica para saber la mejoría de Ivana, también fue a buscar a Franco, pero era muy difícil encontrarlo, solo Ivonne, le decía que Daniel, había ido a buscarlo, él le decía que no estaba para nadie después de una semana Ivana empezó a reaccionar, cuando recordó el porqué decidió quitarse la vida, se puso a llorar sin control, entonces entro Diana.

Diana: Ivana, qué sucede hermana, cálmate.

Ivana: nooo, no quiero vivir, porque no morí, no.

Diana: no digas eso, no seas egoísta.

Ivana: yo no soy egoísta, la vida es egoísta conmigo, por qué me hace amar a un amor prohibido.

Diana: piensa en nosotros, en como se sentirá mamá, papá, yo, piensa en mí , no puedes dejarme, no a mí.

Ivana: lo siento, hermana, yo, lo amo.

Diana: lo sé, te contaré lo que a nadie le he contado, pero escúchame.

Ivana: Diana.

Diana: yo a tu edad también me enamoré, como no te imaginas, Antonio fue y será el amor de mi vida, pero debo callarlo, no sé que es lo que hicieron con él, pero, desde la última vez que papá nos descubrió y le dijo a sus hombres que se lo lleven él desapareció de la faz de la tierra, por más que lo busqué, no lo encuentro te imaginas lo que es vivir así, pensar que papá tiene el poder de desaparecer al amor de tu vida.

Ivana: no, yo, no quiero que le pase nada a Franco.

Diana: es por ello que debes aprender a callar y vivir sin el amor, luego me casaron con Ismael, él es un buen hombre, nunca me forzó a nada, pero no lo amo, solo trato de seguir adelante porque tú y mamá, son mi motivo, mi fuerza a seguir, me prometí qué tu3 no pasarías por lo que yo pasé, pero nunca pensé que te enamorarías de nuestro primo.

Ivana: que hago entonces.

Marina y Nicolás fueron a visitar a Ivana.

Marina: estoy escuchando la voz de mi niña.

Diana: ¡tía!

Ivana al ver a Nicolás

Ivana: tú que haces aquí, Diana porque este tipo está junto a nuestra tía.

Nicolás estaba inmóvil, no sabía qué decir ni que hacer.

Diana: él es Nicolás, nuestro primo.

Ivana: ¡primo!

Diana: sí, él también es hijo de la tía Marina, es el hermano de…

Ivana: entonces si son hermanos de verdad.

Nicolás: si prima, mi nombre es Nicolás, pero si te molesta mi presencia puedo esperar afuera.

Diana: no es necesario primo, mi hermana está un poquito alterada pero ya se está mejorando, verdad, Ivana.

Ivana: si discúlpame.

Marina: si ustedes no se deben enojar, son primos, como si fueran hermanos.

Ivana no pudo más, dejó caer su cuerpo en la cama, sujetando su frente, Nicolás se dio cuenta de lo sucedido, sabía lo que pasaba, Marina acarició el cabello de Ivana.

Marina: mi niña, no te pongas triste, pronto estarás bien y nos iremos a casa, todo estará bien.

Ivana: si tía.

Marina: debes ser fuerte, si te caes te levantas, pero no permitas que nadie vea el dolor que sientes por la caída.

Diana: es cierto, Ivana nuestra tía tiene mucha razón, si amamos realmente tenemos que dejar ir.

Ivana: sí, sé que lograré, seré fuerte.

Marina: así se habla mi niña.

Diana: ahora nos vamos para que descanses.

Ivana: si gracias.

Luego de que salieran todos Ivana se quedó llorando, tocaron la puerta. Ivana no se imaginaba quién era, ella solo quería estar sola, pero dijo:

Ivana: adelante.

Daniel: hola, puedo pasar.

Ivana: sí, si Daniel pasa (casi al borde del llanto nuevamente).