Decisión

El emperador habló conmigo y me dijo:

-Esta en una gran oportunidad para que demuestres tus capacidades y les hagas ver a todos que seras una gran emperatriz.

-¿esta seguro su majestad?

-si, estoy completamente seguro.

-si usted me dice que es lo mejor, entonces eso haré.

-excelente, entonces recuerda que debes cuidarte y regresar sano y salvo, además deja en alto el nombre de tu futuro marido y de este imperio.

-si señor, dejare en alto el nombre de este imperio.

Luego de eso compartió la decisión con el general Sòng, el general estaba realmente feliz, le dio las gracias al emperador y luego le dijo:

-su majestad partiré al campamento en 3 días, entonces espero que su joven consejero esté listo para ir conmigo.

El emperador me miro y yo respondi:

-estaré preparado para partir junto con usted general Sóng.

-tranquilo que no eres el único niño en el campamento, allí también estará mi hijo, él es 3 años mayor que tú, pero es muy inteligente y hábil, espero le puedas enseñar algo a mi hijo.

-le enseñaré todo lo que sé, y espero también poder aprender de usted y de su hijo.

-estaremos muy felices de enseñarte todo lo que sabemos, ya habiendo dicho todo me retiro su majestad y joven consejero.

Su majestad respondió:

-gracias a usted general sòng, le encargaré la seguridad de este niño, recuerde que es alguien muy importante para este reino y para mí.

-le aseguro que el estar aseguro a mi lado, no permitiré que lo lastimen, durante el tiempo que esté en el campamento lo trataré como a un hijo.

-sus palabras me tranquilizan.

-gracias por confiar en mí su majestad

-ya puede retirarse.

-gracias.

En cuanto el general se retiro se dio por terminada la reunión y los demás ministros, entre esos mi "padre" se fueron de la sala y me quede totalmente solo con el emperador.

Él me dijo:

- vas a estar con el hijo del emperador así que espero te hagas amigo de él y no solo un amigo sino un aliado para que en el futuro ayude a tu esposo

- estoy absolutamente seguro de que podré hacerme amigo y el día donde el hijo del general

- excelente yo sé que tú me vas a ser muy orgulloso más que mi propio hijo.

- agradezco el halago que me acaba de otorgar su majestad.

- no es un simple halago es la verdad.

- de todas maneras lo agradezco, la acompañaré mañana pero el día siguiente a ese espero me deje estar en mis aposentos para organizar y elegir lo que debo llevar al campamento.

- si quieres te puedes tomar estos dos días y organizar todo lo que necesites.

- no es necesario su majestad solo necesito un día me aseguro que mañana a primera hora estaré aquí para aconsejarlo y ayudarlo en lo que usted necesite, deseo hacer mi trabajo lo mejor posible aunque sea por un día más.

- Bueno entonces mañana te esperaré para que me ayudes.

Después de terminar mi día de trabajo me fui a mis aposentos, luego limpié mi cuerpo me puse mi ropa de cama o para dormir, me acosté y cerré mis ojos y quedé profundamente dormido en cuestión de minutos al día siguiente con el cantar del gallo me desperté, me vestí y fui directamente al palacio, en cuanto llegue empece mi trabajo ayudando al emperador en todo lo que podía, al finalizar el día termine mi trabajo y estaba realmente agotado, así que en cuanto llegue a mis aposentos me cambie de ropa y me fui a dormir.

Al día siguiente me desperté un poco tarde, luego de asearme comencé a empacar lo que creí que podría usar en el campamento, lleve mi espada, mi arco, flechas, ropa poco ostentosa, que no fuera pesada ni muy colorida, no lleve ningún accesorio, lo que si lleve fueron 40 piezas de oro, las cuales había ahorrado y pensaba donarlas al campamento militar.

En cuanto termine di un último paseo por la residencia, pero por desgracia vi algo que no debía ver...

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