De camino a mi nuevo lugar

un eunuco que me llevó hacia el lugar que de ahora en adelante sería mi hogar, el camino fue bastante largo y como ya era tarde en la noche no podía ver muy bien lo que había a mi alrededor puesto que las linternas no daban mucha luz y lo único que podían alumbrar era el camino frente a nosotros; sin embargo, en cuanto llegué a la que sería mi residencia me di cuenta de que era un lugar muy amplio y con muchos objetos valiosos, era algo demasiado extravagante para mi gusto, sin embargo, pues sabía que solo era un invitado más en ese lugar y aunque viviría por algunos meses o años allí no tenía el derecho para exigir nada, así que en cuanto el eunuco me dijo:

- joven Zhōng, de ahora en adelante este será su nuevo hogar recuerde que su majestad el príncipe heredero despierta muy temprano en la mañana y usted deberá estar disponible por lo menos una hora antes de que él se despierte.

- entiendo estaré despierto antes que su joven maestro.

- recuerde que cada vez que se vaya a dirigir al príncipe heredero deberá decirle su majestad.

- lo siento, de ahora en más siempre que me dirija a él le diré su majestad.

- mañana vendrán sus tres sirvientes asignados, ellos vendrán a la hora en que tendrá que despertarse traerán agua para que se hace antes de ir a ver a su majestad.

- entiendo gracias, que tenga un buen descanso eunuco Chén.

-ammm, gracias, que tenga una buena noche joven Zhōng.

El eunuco se que y me dejo en aquel lugar grande y solitario, me sentía como un pez dorado en el basto oocéano no quería estar en este lugar, pero sabía que era imposible par mi salir de aaquí y si lo lograba seguramente me buscarían hasta encontrarme y luego me matarían, así que lo único que podía hacer era quedarme aquí.

Me dirigí a la cama y luego de apagar la lámpara me dormí.

Al día siguiente muy temprano en la mañana tocaron la puerta, yo estaba con micho sueño por lo que después de que terminaban de tocar la puerta me volvía a dormir, hasta que llego un momento en el que empezaron a tocar la puerta sin parar una y otra vez, por lo que me vi obligado a ir y abrir la puerta, allí me encontré con 3 personas enojadas y muy apuradas, entraron a mi habitación y me arrastraron con ellos, me ayudaron a lavarme la cara y a vestirme en cuestión de minutos y luego me llevaron a empujones había otra residencia, en cuanto llegue allí, me di cuenta de que en la puerta estaban esperando al menos una docena de personas, todos parecían ansiosos.

Las personas que me llevaron a rastras a ese lugar me dijeron que debía esperar junto a los demás a que las puertas se abrieran y luego entraron junto a ellos y ayudar al joven maestro asearse a vestirse lo cual me parecía ridículo, ya que aunque fuéramos niños podíamos vestirnos solos, sin embargo, sabía que no podía decir nada, ya que eso sería ofensivo y seguramente me castigarían, así que decidí quedarme callado asentir como signo de que había entendido.