ENCERRADA

Agua helada cae sobre mi cuerpo.

- AYYYY!!!!.- el grito desgarra mi garganta, intento moverme y tengo las muñecas y tobillos encadenados, abro los ojos y veo al hermano de John frente de mí, ahora que recuerdo, yo estaba hablando con él y todo se volvió oscuro, ¿por qué me hicieron esto?, John me trajo aquí, ¿está era su intención?, unas lágrimas se me escapan.

- Vaya! Bella Durmiente despertó!.- acerca una silla se sienta y enciende un cigarrillo, fuma largando el humo a mi rostro, me quedo en silencio mirando el suelo.

- Yo pregunto tú respondes.- se recuesta en la silla.

- Qué?.- mi voz sale confundida.

- Todavía no pregunte nada.- ríe mirando hacia el techo.

- ¿Dónde está John?.- ahora que veo no está aquí.

- No, no, yo pregunto tú respondes.- se mete las manos en los bolsillos y extra un par de guantes negros de cuero, me quedo sin aire.

- ¿De dónde conoces a John?.- se pone los guantes ajustando dedo por dedo.

- Es el primo de Jack lo conocí en la casa de él.- frunzo mis hombros, ¿en serio tengo pinta de mala?.

- ¿Dónde está Jack?.- se levanta de la silla y yo me pego más a la pared.

- No sé, estábamos en un Club, yo me fui y John vino detrás de mí.- se acerca con una mesita y mi cuerpo empieza a temblar, ¿me quiere torturar?.

- ¿Por qué mato a mi Tío?.- revisa algo y no me mira, esta de costado.

- No sé.- sonó tan despacio que no sé si se escucho.

- ¿No eres su prometida?.- extrae un ¿torno? plateado parece instrumento de un dentista.

- No!.- mi cabeza gira con violencia.

- ¿No?.- se queda quieto mirándome fijamente.

- Ya le dije, yo soy Scort y él era mi cliente.- se acerca y yo intento quitarme unas cadenas, la desesperación te hace hacer cosas donde al otro le causa gracia.

- ¿Scort?, si yo la contrato ¿usted pasaría a ser mi prostituta?.- se sienta y me mira, creo que ni pestañea.

- Sí!, en realidad ya no me dedico más.- se levanta y se arrodilla a la altura de mis pies.

- ¿No lo está haciendo?, que casualidad, la quiero contratar y ya no lo ejerce.- me clava ese torno en la pierna.

- AYYYY!!! POR FAVORRR!!!.- un grito ahogado me sale y lloro con fuerza, lo retira y me mira.

- ¿Te mando él?.- me frota la pierna con el instrumento de tortura.

- Qué?.- estoy mareada, lloro y mis labios se hinchan, intento tapar la herida y él me toma las piernas.

- ¿La mando Jack a que diga lo que estamos haciendo?.- se levanta y busca otra cosa en la mesa.

- Yo me fui del Club, ni sabía la existencia de nadie.- se acerca con una navaja en color marrón.

- Se lo juro!, yo volvía a la mansión a buscar mis cosas y viajar.- se vuelve a sentar frente a mis pies y yo doblo las piernas, la sangre está por todos lados, me siento débil.

- ¿Por qué se iba?.- intenta tomar mis manos y las alejo.

- Porque me enamoré, y esta prohibido mezclarse con el cliente, no soportaba ver a Jack con su esclava, juguete o lo que sea que sus malditas reglas les obliga.- me mira y se queda petrificado, yo protejo mi cuerpo.

- Sí yo la tengo aquí, ¿usted cree que Jack vendría a buscarla?.- se guarda la navaja en el bolsillo.

- No! Ya de seguro sabe que volví a huir.- mis fuerzas se aflojan y la herida sigue sangrando.

- ¿volvió?.- junta los dedos y me mira.

- Ya me escape una vez, y volví porque le creí, pero se que no es así! Es la mafia, no existe el amor.- mis ojos se cierran y todo se vuelve negro...

Despierto de golpe protegiendo mi cuerpo, me siento y estoy en una cama grande, no, no es grande, es gigante, mi pierna tiene una venda y estoy en camisolin negro lo toco y la tela es seda, estoy sola, alguien me desnudo y me curo, ya no es él lugar oscuro donde estaba, esto es una habitación, una puerta color caoba se encuentra entreabierta, me levanto y me dirijo hacia allí.

- ¿Dónde crees que vas?.- pego un salto del susto, me giro y veo al hermano de John en un sillón negro con unos papeles en la mano.

- Yo...yo...¿me hicieron algo?.- me quedo quieta en mi sitio, teniendo la puerta cerca para escapar.

- ¿Algo como qué?, sea más específica.- deja los papeles a un lado y se pone de pie, se acerca a mí lentamente.

- Yo tenía otra vestimenta.- no me muevo, él cierra la puerta y se apoya en ella, adiós vía de escape.

- Sí ya sé, yo la cambié, no sé que se preocupa, su profesión tampoco es ser monja!.- mi mano cobra vida y lo abofeteo con fuerza, me toma de las manos y me tira a la cama quedando él arriba mío.

- Me vuelves a poner una mano encima y te las arranco con una pinza.- respira con violencia su nariz rosa la mía.

- No me vuelvas a faltar el respeto entonces, yo digo lo que soy, tú ¿Qué dices?, soy empresario y es un terrible Ganster.- forcejeo tratando de quitármelo de encima.

- No, no digo nada, solo sé dan cuenta.- su mirada no se despega de la mía, no mira mis labios, no intenta violarme ni nada, este hombre es del siglo pasado, me respira tranquilamente y yo trago grueso, se incorpora poniéndose de píe, yo sigo acostada.

- Llamé a Jack estaba follando como siempre, le dije que te tenemos secuestrada, no le importo un carajo, por ende usted ahora estará aquí hasta que yo lo diga.- sale cerrando con llave y yo le largo a llorar, sus palabras me atravesaron como dagas, solo quisiera escapar y correr donde nadie de conmigo, si no es Jack es Victoria, mi hermana, ya todo me superó, tiro la toalla, me cansé ellos me ganaron, hasta aquí llegue, que sea lo que tenga que ser!!...

No he vuelto a ver a John, tengo la sensación que tenía que traerme aquí, su hermano aparece cada tanto se fija que estoy haciendo y se va, me atienden como si fuese un huésped, me alimento, me baño, leo libros, ando con ropa de dormir todo el tiempo, estoy encerrada en esta habitación, no sé que sucede afuera, no sé que día es hoy, nadie vendrá por mí, somos mi hermana y yo, éramos mejor dicho, la puerta se abre y yo estoy con una toalla envuelta en mi cuerpo, los ojos de John se abren.

- Que hermoso recibimiento!.- agarro la toalla con fuerzas y no lo miro.

- Gracias John por traerme aquí!.- la ironía en mi voz lo hace reír.

- No es el Hilton pero pasa!.- fuma y larga una carcajada.

- Sí, la verdad un lujo!.- frunzo mis cejas y muerdo mis labios, la impotencia en mi voz es notable.

- Cámbiate muñeca que te vas!.- lo miro de golpe sin creerme lo que dice.

- No tengo ropa!.- tiemblo, tengo miedo que sea mentira!.

- Bueno, sal desnuda!.- relame sus labios y me mira sin disimulo alguno, suspiro con la voz queda, era mentira.

- Ya vuelvo por ti.- se gira y abandona la habitación, me siento en la cama todavía con la toalla puesta, suspiro derrotada y me recuesto en la cama, la puerta se vuelve a abrir y me incorporó de golpe, es el hermano de John, viene con una bolsa me mira a la cara y se acerca toma mi mano y me pone la bolsa.

- Cámbiate ahora!.- me quito la toalla quedando desnuda delante de él y me empiezo a vestir su mirada siempre clavada en mi rostro, la ropa interior es color azul, una remera en color negra y un pantalón corte chino del mismo color, estoy descalza, lo miro y entrecierra su mirada.

- ¿por qué no dijiste que me vaya?.- mete las manos en los bolsillos.

- Qué?.- no entiendo lo que me dice.

- Te cambiaste frente de mí, ¿por qué no pediste que me vaya?.- se acerca tanto que sus pies rozan los míos.

- Me dijiste que me cambie, yo obedecí una orden.- relamo mis labios nerviosa, me mira dando una sonrisa torcida.

- Si yo te digo que te desnude y te tires a la cama, ¿lo harías?.- acerca su rostro al mío y yo solo tengo ganas de llorar fuerte.

- Sí de eso depende que respire un día más sí.- retuerzo mi remera.

- Hazlo!.- lo miro y trago grueso, unas lágrimas caen por mis mejillas y desprendo mi pantalón, me toma del brazo con fuerza arrastrandome hasta la cama.

- Di ¡NO!, desafiame, desafía al resto, ¿siempre eres así de sumisa?.- está enojado y sus cejas fruncidas.

- Qué te desafíe?.- hablo despacio.

- SÍ!.- respira con fuerza.

- Eres un mafioso, ¡Por Dios!, si te desafiara mi cabeza estaría rodando por las escaleras.- mi labio inferior tiembla, por primera vez lo mira y me suelta, suspira fuerte.

- Camina!.- me quedo quieta y el ríe camina hacia la puerta y lo sigo, voy descalza, miro el pasillo y es gigante todo en color gris claro, parece un castillo del siglo pasado, todo es tan lúgubre aquí mi piel se eriza por escalofríos, al llegar a las escaleras veo que se puede bajar por 2 lados, esta casa está llena de habitaciones, no sé escucha nada o son insonorizadas una de dos, al final de la escalera una mesa ovalada en color blanca esta rodeada por varias personas y la misma mujer que vi la primera vez, la madre de John si mal no recuerdo todos me miran y yo no sé que hacer, se supone que me dejaba en libertad.

- Acércate ahora!.- la mujer tiene una voz ronca y poco agradable, me acerco unos metros y los miro, mi corazón late fuerte y mis manos tiemblan un sudor frío me recorre.

- Así qué no eres la prometida de Jack, ¡como nos engaño a todos!, por querer ocupar el puesto de Capo mintió haberse casado y estar esperando un primogénito, resulta que ¡nunca existió!.- ríe con odio y todos largan carcajadas, yo me tenso sin saber que decir, la verdad diré la verdad, está en juego mi vida.

- Pero la verdad siempre sale a la luz, ¡buen trabajo John!.- siento sus pasos y el corazón se me abre, resulta que era verdad, se hizo pasar por 'bueno' para traerme aquí, la mujer se me acerca y me mira de la cabeza a los pies.

- A que te dedicabas?.- enarca su ceja y mi momento llego.

- Mi hermana y yo quedamos huérfanas, pude estudiar hasta que el plato de comida se acabó teniamos que salir a trabajar, ella siempre la hizo bien abrió una 'empresa'- hago comillas con los dedos- y ejercía la profesión de Scort, a mi me toco la peor parte.- una lágrima se cae por mi mejilla y la seco rápido.

- ¿La peor parte?.- me mira con asco.

- Sí! Ella sí elige con quien acostarse, yo no.- trago grueso y mi labio tiembla.

- Lo hubieras dejado, seguiste porque te gustaba.- enarca su ceja.

- Ella hubiera sacado todo mi dinero, me dejaba en la calle, he iba a tener que volver a ejercer lo mismo, pero esta vez diferente.- aprieto los puños siempre juzgan sin saber.

- Y ahora no eres una Puta?.- me provoca, el odio crece dentro de mí.

- Scort! No prostituta, y no, no estoy haciendo nada, estaba por empezar a estudiar.- levanto mi mentón.

- JA, JA, JA, tú estudiar?, Por Favor!.- me hace un gesto despectivo con la mano.

- Sí señora, ¿que tiene que ver la Vagina con la cabeza?, el libro se lee con los ojos, no me lo introduzco.- lava corre por mi sangre, ya la odio muerdo mi mandíbula con rabia, me giro mirándolos.

- Tenía que bajar para esto? Prefiero estar encerrada.- mis ojos se llenan de lágrimas.

- No querida! Te mande a bajar porque no tan fácilmente te irás o en su defecto seguir ocupando lugar en mi casa.- se gira dirigiéndose a la mesa.

- Yo no quiero estar aquí, si me dejan ir jamás volverán a ver mi cara.- me mira de costado y toma unos papeles, con la altivez que se dirige esta mujer es increíble.

- Te aseguro que tampoco quiero que estés aquí, pero como tu primer 'matrimonio' fue una farsa tendrás uno de verdad.- lo que me dice me cae como un balde de agua helada, niego con la cabeza.

- NI LOCA! YO NO ME CASO CON NADIE!.- mi voz sale más fuerte de lo normal, todos me miran incrédulos.

- Sí! Sí lo harás.- su risa es una mueca de odio, retrocedo unos pasos, miro de soslayo donde se encuentra la puerta, tendré que escapar aunque eso me cueste una paliza.

- No me pueden obligar!.- empiezo a llorar en silencio.

- Sí quieres seguir con vida si!.- garabatea algo en los papeles, y yo vuelvo a mirar hacia la puerta, tengo que pensar rápido.

- No voy hacerlo.- agacho la cabeza sin poder creer como termine así.

- Sí lo....- no la dejo terminar corro como alma que lleva el diablo hacia la puerta, la abro y tropiezo, mi pies se dobla he intento correr como puedo, el dolor es insoportable, al llegar al portón todo se vuelve oscuro...

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