Verdad

Leonora limpia todo, en la cocina prepara algo de comer para ella, se recuesta en el sillón un rato, ocupar su mamá sí que la puso débil, pero su cuerpo está acostumbrado, se va a recuperar en algunas horas, por la ventana no ve nada más que nieve.

-Tiene razón si salgo moriré congelada.

-Así es, se congelaría y se puede perder, no conoce la zona, es muy peligroso.

-Lili se durmió?

-Si, ambas están dormidas, no sé cómo pagarte, te prometo sacarte de aquí cuando estés bien para el camino.

-Están muy alejados, fue por la guerra.

-Si así es.

-Eres un noble?

-No somos plebeyos.

-Es una cabaña con muy buenos materiales, esto es caro, sabes que los hombres son vanidosos de cierta manera, les cuesta renunciar a sus cosas.

-De que habla?

-Esa espada, renunciaste a todo menos a tu espada, los hombres las consideran extensiones de ellos, algo muy personal, es la insignia real, eres el príncipe heredero verdad.

-No, la espada la encontré.

-No me mientas, esta cabaña está muy bien construida, no huiste por cobarde sino por protegerla a ella, piensas recuperar tu trono.

-No, jamás lo quise, fui obligado, el verdadero príncipe murió por no estar de acuerdo con el Emperador, intento matarlo, pero fue descubierto así que el Emperador lo condenó a muerte, la emperatriz secuestro a mi madre y me obligó a ser el príncipe, mi madre sacrificó su vida para darme libertad, si ella seguía viva sería un punto débil para mí, yo crecí en el Ducado Castell, conozco las montañas, la cabaña la construyo el Duque para la caza, pero nunca la uso, nadie sabía de ella así que traje a Lili aquí cuando escapamos, no podía dejar que ella estuviera ahí.

-Tu hermana la princesa sabe que estás vivo.

-Si pero no, no sabe dónde estamos, ella se quedó para protegerme, si ella huía se darían cuenta, ella fue críada en el palacio, la conocen, la emperatriz cuidaba a las princesas por qué las ofrecía al mejor postor era una mujer muy mala, si mi hermana viajaba con nosotros la podían reconocer.

-Que desagradable, lo bueno que murió como la perra que era.

-Por favor, le juro que no quiero el trono, solo una vida juntos, el plan es ir a Dark, ahí tengo un amigo que puede ocultarnos.

-Tu hermana se casará con el Duque Castell, así los caballeros Dorados estarán a su servicio, si se enteran que estás vivo, pueden matarte.

-Lo se, por eso quiero que Lili y mi hija estén bien, debemos atravesar las montañas y llegar a Altair, de ahí iremos a Dark.

-Pero las montañas son solo nieve, es un viaje largo para ustedes dos, más ahora con la bebé.

-Lili tiene magia de hielo, controla el clima, puede hacer que en nuestro camino no haga tanto frío.

-A, eso cambia el panorama, pero aun así es como un mes de camino en esas montañas.

-Tengo un poco de dinero, lo suficiente para llegar.

-Te pagaré por haberme salvado, te juro que no diré nada, pero esa espada debes dejarla, si te ven con ella sabrán quien eres, te daré algo más valioso.

Leonora saca de su bolsillo en emblema real y el escudo de su familia.

-Ten es el escudo de mi familia en Altair, debes llegar ahí y entregar esta carta a esta persona, ellos te darán lo que necesites, eso sí jamás deben saber quién eres, ni siquiera tus hijos, si vuelven sabes que los matarán, tu hermana también morirá por saber que estabas vivo y no decir nada.

Luis saca la espada de su funda era un espada dorada, con el emblema real y el escudo de los caballeros Dorados, digna de un emperador, la pone a los pies de Leonora que se sorprende mucho, el con una rodilla al piso le jura que jamás regresará.

-Yo Luis, renunció a mi apellido, uno que nunca quise, renunció al puesto que me fue dado y renunció a la línea de sangre, mis hijos y los hijos de sus hijos jamás sabrán su origen, desde hoy y hasta mi muerte seré un plebeyo, yo mi señora se lo juro.

-Está bien, ve con ella y debes decirle lo mismo.

Así la espada queda a los pies de Leonora, esa espada no vale nada sin su dueño, pasan dos días y Leonora se prepara para salir con Luis, llevan la espada y al llegar al río él le amarra muchas piedras y la bota lo más lejos que puede, es un dio caudaloso, esa espada jamás saldrá de ahí.

Acampan en una ladera con una pequeña fogata, pero Leonora siente la presencia de alguien.

-Luis, cúbrete el rostro.

-Heee.

Leonora avanza unos pasos y se concentra en su maná, la presencia que siente es poderosa, solo una rosa tiene ese poder.

-Luis, no es necesario que sigas conmigo, vete y recuerda tu promesa.

-Pero por qué, si te pierdes podías morir.

-Han llegado por mí vienen de esa dirección, ahora vete estaré bien, son las rosas de mi madre, recuerda tu juramento.

-Si señora, tenga cuidado.

Así Luis toma su mochila y se pierde entre la nieve.

Las rosas de su madre llegan ante Leonora, pero una de ellas se da cuenta de que estaba acompañada.

-Mi señora quien era?

-Un cazador que me ayudó.

-Puede ser un mercenario debemos matarlo.

-Me salvó la vida, la vida con vida se paga, estoy bien, así que descansemos un poco, debemos seguir.

-Como Ordene

Las rosas se sienten aliviadas de encontrarla, esas montañas son engañosas, a pesar de su entrenamiento, el terreno es complicado, para alguien como entrar ahí es suicidio.

En el campamento Ricardo estaba al borde de la locura, pero un mensajero entra para decirle que el duque Altamirano quería verlo, él sin dudarlo sale de su tienda y corre hacia la tienda de ellos.

-Que pasa

-La encontraron, desde su ubicacion tardarán en llegar dos días, pero está a salvo, puede estar tranquilo, majestad.

-Gracias Duque muchas gracias.

Para Ricardo era un gran alivio saber de Leonora, su padre sigue siendo intimidante, lo que causa que el no esté cerca de esa tienda, ver a Leonardo y a Leonel junto le dé miedo

-Eso dos parecen querer matarme, yo que les hice.

-Jaja nada, solo quieres a su hija adorada, recuerda que Leonora es muy querida por su padre, si la hace sufrir te matara.

-Raúl cállate, me da más miedo si lo dices así 😣

Raúl ríe, pero está también aliviado, su señor lleva días tristes y no sabía como consolarlo, en las noches lo escuchaba llorar hasta que se dormía, se nota el amor que le tiene a Leonora.

Ricardo se regresa a su tienda pero con mejor semblante.

-Me alegro de que ella esté bien, mi señor no hubiera soportado perderla, él la ama mucho.

-Y ella a él

Era Mauricio que llegaba y había escuchado a Raúl hablar

-Dios me asustaste, como estás no te había visto.

-Coordinando a los doctores, supervisando el campamento donde están los heridos.

-Vaya estás ocupado

-Si bastante.

Ambos platican un rato, Mauricio también está aliviado de que Leonora esté bien, es su amiga desde hace muchos años, continúa con su trabajo.

Los padres de Leonora también están contentos de que esté bien, pronto volverán a verla, los días de angustia por fin terminaron

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