Capitulo 7: Primer beso

Bastian y su padre se habían retirado yo volví a mi lugar quería acabar con esto.

- Les agradezco nuevamente por haber venido, la noche aun no termina pero es hora de revelar el motivo de tal reunión. Se lo que murmuran en sus casas dentro y fuera de los territorios de los clanes voy a ser lo más corta y concisa posible, el hecho de que Bastian Rayes ya no sea mi prometido no quiere decir que este en búsqueda de uno, ni ahora ni en un futuro cercano yo estoy por y para mi gente, los líderes que tengan intenciones de ganarse mi favor o querer acceder a una alianza basada en el matrimonio deberá de abstenerse pues yo Milena Riza Demory me casaré única y exclusivamente por amor hasta entonces solo me debo a mi y solo a mi mis pensamientos y pensar dejare mi honor y mi espada en primer plano protegiendo a todos bajo ella como su futura Regina.-

- Hablo por todos los generales al levantar mi espada a su favor, siempre leales a la casa Demory.-

Todos levantan sus espadas.

- La casa Carpio no siendo aliada también levanta su espada a su favor.-

- El clan Terragripo... También.-

- Se lo agradezco, también se les recuerda que seremos y somos el clan más poderoso dentro o fuera de este continente y cualquier falta de respeto no será perdonada dejando eso en claro compartamos nuestra mesa y jarras.-

Nuevamente, todo el mundo presente comió, bebió, bailo hasta más no poder.

- Milena discúlpame creo que bebí de más, quisiera retirarme.-

- Déjame ayudarte a llegar a tu habitación, Padre no tardaré.-

Caminaba tambaleándose no podía dejarla ir sola entre escaleras y pasillos no fue fácil llegar.

- A- aquí.-

- Pero este es mi cuarto.-

- Otras veces he dormido contigo Mil.. ena.-

- No creo que sea lo correcto, déjame...-

Ya había entrado a mi habitación para entonces, jalandome con ella.

- Alex que haces?-

Deja caer su vestido al suelo.

- Te quiero Milena.-

Su mirada demostraba gran determinación era constante y sólida pero seductora llena de seguridad, se notaba que el alcohol estaba haciendo su trabajo... Le estaba dando el coraje que nunca tuvo.

- Yo también te quiero Alex ahora déjame llegarte a la cama, vamos.-

- Espera... no me darás mi beso de buenas noches?-

- Estás muy ebri...-

Me beso, literalmente tomo de mi colgante y me llevo hacia ella secuestrando mis labios. Podía sentir el vino en su saliva, por alguna razón no quería que parase fue como una corriente que invadió mi piel parecía una marioneta a su merced, mis manos se adueñaron de su cintura queriendo explorar toda su espalda, su trasero, su cabello... no nos separamos ni un momento pero debíamos tomar aire, respirar ella no levantaba la mirada entonces perdió el conocimiento.

- Alex?-

No se desmayo, solo se quedó dormida.

- Maldita seas, pesas el doble... que fue eso.-

La llevo hacia la cama y la tapo con las pieles con sumo cuidado y me voy para no despertarla aunque con sinceridad nada la despertaría.

- Milena?-

- Por los dioses! Hector me asustaste.-

- Ya, perdona vine a ver si estaban bien tardaste demasiado.-

- Y te tengo que dar cuenta a tí? ya estoy aquí no?-

- Oye por que te la agarras conmigo? estas ebria? Tienes la cara roja.-

- No es nada, discúlpame solo volvamos allá.-

- Segura? debería cambiar tu vaso con vino por agua?-

- Cierra el picó o tu no beberás.-

- Hagamos lo siguiente bebamos ambos hasta que se te pase el mal humor.-

- No podrías seguirme el paso.-

- Diez onzas de plata dicen que si y más.-

- Prepárate para perder bribón.-

Volvimos al gran salón realmente necesitaba bajar mi temperatura y distraerme después de lo sucedido con Alex, gane la primer ronda, también la segunda pero en la décima Hector tuvo que rendirse por falta de fondos. Luego competimos con hachas y cuchillos recibiendo cortes menores como todos los que jugaron, así estuvimos hasta que salió el sol tuvimos que despedir a los generales y líderes con sus familias... no por insistencia nuestra si no propia todos debían volver a casa.

- Te veré en una horas hija, estoy muy orgullosa de ti.-

- Y yo de ti papá, descansa.-

Obviamente no fui a mi habitación, con que cara miraría a Alex. Necesitaba dormir así que fui al único lugar donde podría hacerlo sin interrupciones.

- Que demonios pasó anoche Milena, no podré dormir si sigo pensando en ella.-

Gracias a los dioses estaba bastante ebria y quede dormida al instante.

- Te quiero Milena.-

- Milena! Debes comer si no esa resaca no se irá.-

- Que? Hector?-

- No tardes te esperamos abajo.-

Alex se despierta algo desorientada y con una fuerte jaqueca, su sorpresa aumenta cuando se da cuenta de que está desnuda y en la cama de Milena.

- Como demonios llegue aquí?-

Pudo observar a lo lejos su vestido y la ausencia de Milena.

- Milena?-

No estaba en el baño, no había rastro de ella así que solo se vistió y fue a su habitación... tampoco estaba ahí entonces se refrescó y bajo con los demás.

- Ni me mires que me siento fatal.-

- No dije nada, has visto a Milena?-

- Pensé que ya estaba aquí, en su cuarto no está.-

- Estas segura?-

- Claro que sí, dormí ahí y cuando me desperté no estaba... es más nisíquiera sé cómo llegue ahí.-

- Anoche ella te llevó hasta allá, luego bajamos aquí a beber y competir hace algunas horas... donde se habrá metido.-

- Hay que buscarla.-

Comenzaron su búsqueda una que no tendría éxito pues quien podría saber donde se encontraba se negó a revelarlo tomando cartas en el asunto.

- Mi niña despierta, bebe esto.-

- Señora Nilufer?-

- Bebe y no lo escupas.-

Maldición era una sensación horrible acompañada de un gusto amargo, pero hizo que Milena se siente de un salto.

- Que es esto?-

- Mi cura jaqueca, de nada... ahora debes irte te están buscando.-

- Como supo que estaba aquí?-

- Este es el único lugar al que vendrías y que nadie te encuentre, bueno casi nadie.-

- Solía venir aquí cuando era niña, lamento molestarla enserió necesitaba dormir.-

- No hay inconveniente solo ven a tomar el té conmigo más seguido.-

- Lo prometo, es más ha comido?-

- Estaba justo por bajar a buscar comida, tengo recetas que hacer.-

- Quédese aquí y traeré comida para ambas, necesito hablar con usted de algo.-

- Está todo bien mi niña?-

- Sí, creo que si, pero enseguida regreso.-

Si alguien pedía aconsejarme sobre lo que sucedió anoche era ella, fue una fiel consejera y maestra de mi madre, ahora esta conmigo.

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