Acostumbrada a vivir con miedo.

— ¿Y dónde está la chica? - dijo Gabriella, al parecer buscándome.

— Allá - señaló su hermano - justo allí está tu capricho.

— Yo iré a encargarme de los negocios importantes mientras tú atiendes a tu "capricho" - dijo su hermano antes de irse con algunos hombres.

Frente a mí había dos hombres, quienes se hicieron a un lado en cuanto ella se acercó. Levanté la mirada y la pude ver sonreír.

...La chica observó con satisfacción cómo sus hombres me ponían de pie, yo temblaba visiblemente. Con una sonrisa maliciosa, se acercó a mí y me ordenó con voz amenazante:...

— Ahora que estás de pie. Quiero que camines hacia donde yo te diga, sin atreverte a mirar ni atrás, ni a los lados, solo al frente.

...Yo, llena de miedo, me apresuré rápidamente y comencé a caminar, sintiendo la mirada penetrante de Gabriella y la presencia amenazadora de los guardaespaldas siguiéndola de cerca. Quería mirar hacia atrás, pero ya me quedó muy clara su advertencia....

...Mi temor era tal que, en un momento de desesperación, decidí correr hacia el bosque cercano....

...Gabriella, frustrada por la falta de acción de sus hombres, soltó un suspiro exasperado y les ordenó:...

— ¡Hagan algo! ¿Por qué se quedan ahí parados como unos idiotas? ¡Traigan a esa chica ahora mismo!

...Corrí lo más que pude, pero estaba atada de las manos, así que me caí y me costó mucho volver a levantarme. Así que, ellos me atraparon de nuevo....

...Finalmente, los hombres lograron capturarme, me subieron rápidamente a una camioneta. Gabriella fijó su mirada en mí, consultó la hora en su reloj, yo no entendía por qué lo hacía hasta que pronunció con voz gélida:...

— Son las 2:29 de la tarde ahora mismo. Si vuelves a intentar escapar y digamos que son las 3:30 de la tarde, tu vida no te alcanzará para ver las 4:00 pm. ¿Entendido?

...No pude evitar palidecer aún más ante las palabras amenazantes de Gabriella y en medio del temor inmenso que me embargaba, balbuceé un débil "Sí". Desde ese momento en adelante, obedecí sin cuestionar, sabiendo que mi vida dependía de ello....

...Luego de bajarme de la camioneta la chica me llevó a una enorme sala donde se escuchaban gritos muy desgarradores. Los gritos de un hombre....

— ¡Santiago! - Gritó ella frente a una puerta cerrada.

— Gabriella, estoy ocupado - respondió una voz masculina desde el interior.

...A la chica no le importó y abrió la puerta. El chico dentro de aquel cuarto tenía un bate lleno de sangre y a sus pies había otro hombre moribundo que ni siquiera podía levantarse....

— ¿Qué? ¿Uno ya no puede torturar a una persona a gusto en este lugar? - dice el chico con el ceño fruncido.

— Te necesito - le responde ella.

— Cuando termine aquí.

— Santiago, está casi muerto, termina con eso y ven.

— No, no es divertido si no es lento y doloroso, tú misma me dices eso.

...La chica suspiró, se quitó sus guantes negros por alguna razón y terminó arrebatándole el bate al chico. De repente le dio un golpe certero en la cabeza a aquel hombre con ese bate, ella tenía mucha fuerza. Luego le devolvió el bate al chico y se puso sus guantes como si nada....

— Muy bien - dice ella después de haber acabado con la vida de ese hombre - ya está muerto, ven conmigo ahora mismo, o de lo contrario, el siguiente serás tú.

...Ella me tomo con fuerza del brazo, me dolía. Y empezó a caminar mientras el chico nos seguía detrás y decía: “vamos, no matarías a tu primo favorito con un bate de béisbol”....

...Me dejó en un rincón. Yo temblaba, ni siquiera podía tragar saliva, ¿y si me hacen lo mismo que le hicieron a ese pobre hombre? ¿Me trajeron aquí para divertirse al torturarme?...

— Mira a la chica - le dijo ella a él mientras me señalaba y tomaba un vaso de algo.

— Y en serio cumpliste el capricho de traerla.

...Todos se referían a mí como un capricho de esa chica, como una especie de juego o diversión, ¿por qué?...

— Pero no entiendo - continuó el chico - sus ojos se ven demasiado nobles. Se ve muy asustada. Es más, creo que vi a su corazón salir corriendo.

— Eso que acabas de decir es exactamente lo que quiero hacer - respondió ella mientras sonreía.

— Oh ya entiendo, Traeré el cuchillo.

...Me asusté demasiado, me harán algo terrible, ellos parecen ser muy crueles. ¿Por qué ese hombre que me aconsejó escapar me trajo aquí?...

— No me refiero a eso - dijo ella para detenerlo - suena divertido y muy satisfactorio pero no es a lo que me refiero.

— Entiendo, entonces será tu peón ahora.

— Exactamente.

— Por lo que sé, ella tiene el potencial para ser devastadora y cruel.

— En efecto, y yo llevaré ese potencial al máximo.