Los Gemelos Lombardi.

...Ya había avanzado mucho, me sentía muy orgullosa de mi misma. Todo en cuanto a lectura, escritura y matemáticas básicas ahora resultaba más sencillo para mí. Bueno, francamente con lo de las matemáticas no estoy tan bien. Todo era de maravilla hasta que el profesor le incluyó letras a las matemáticas, suma, resta, multiplica y divide letras que terminan siendo números....

...Pero bueno, ahora ya no soy una estúpida analfabeta y entiendo mejor las cosas....

...Ambos ya nos habíamos acostumbrado al carácter sumamente agresivo de Gabriella, si no la molestabas probablemente no te haría nada. Y digo “probablemente” porque aunque tú trates de no molestarla, si otra persona lo hace su enojo sería con todos y en ese momento nos unimos para rezar. Aunque no pasa muy seguido el que alguien haga enojar a la señorita Gabriella, de hecho tengo una lista sencilla de cosas que al parecer no le agradan....

...Que la llamen señora, las muestras de cariño, que alguien moleste a su gato, que la despierten, el calor, que le digan que no debe tomar mucho café, los gritos, que la interrumpan, que la humanidad no se haya extinguido aún y otras cosas....

...Me di cuenta de que su nombre era muy conocido en el negocio de la mafia, pero pocas personas la han visto físicamente. Se sabe de ella por las cosas malas que ha hecho y también se sabe que tiene un tatuaje en cada uno de sus antebrazos, tatuajes que nunca muestra pues siempre usa trajes de manga larga....

...Y bueno, hoy parecía ser un día en el que alguien la hizo enojar y tal vez todos pagaríamos por ello....

...El profesor Alfonso y yo solíamos tener un espacio, una especie de cuarto con un pizarrón y otras cosas. Este día la puerta se abrió de golpe....

...Era Leo Lombardi, el hermano gemelo de Gabriella Lombardi, tenía una sonrisa nerviosa. Se dejó caer en la puerta antes de hablar....

— Lo siento por interrumpir - dijo mientras entraba y se sentaba detrás del escritorio, aparentemente escondiéndose - solo continúen.

...El profesor y yo no entendíamos nada, hasta que una voz resonó por el pasillo. Era obvio que Leo le había hecho algo muy malo a su hermana. Alfonso me abrazó, ya que seguramente me notó muy asustada....

— ¡¿DÓNDE ESTÁ?¡- Grito Gabriella antes de llegar a la puerta - ¡MALDITA SEA, ¿DÓNDE ESTÁ?!

...Su cabello estaba muy corto y tenía una venda blanca que cubría gran parte de su frente....

...Maldición, ¿debo decirle que su hermano está detrás del escritorio o espero que ella misma lo encuentre? Ambos se enojarían conmigo, aunque debo considerar que el enojo de Gabriella es mil veces peor que el de cualquier persona que haya conocido antes....

...Sutilmente, le señalé el escritorio. Ella lo hizo a un lado de inmediato y su hermano se levantó como si nada....

— Oye, no te ves tan mal, cálmate - dijo su hermano mientras se reía - el cabello corto te queda muy bien.

— Sabes muy bien que no estoy hablando de mi cabello, imbécil.

...Con el cabello corto se veía más intimidante, pero hacía falta el toque que hacía más fulminable su mirada. Entonces, cuando se quitó la venda, no tenía sus cejas....

...Era tan difícil para mí no reírme, pero debía hacerlo, estaba muy enojada y seguramente me mataría si me escuchaba reír....

— Hermanita, es un estilo vanguardista, ya te lo dije.

— Vanguardista la marca que te voy a dejar en la espalda con un látigo, me dijiste que sabías.

— No, no... Jamás dije que sabía, dije que podía, es tu culpa por no diferenciar eso.

...Quería suavizar esto un poco, no sé por qué tenía que abrir mi bocota... “Pero, se ve bien sin cejas, señorita Gabriella”. Le dije. Tal vez pensó que yo realmente me estaba burlando de ella. Dejó de mirar a su hermano para mirarme a mí, debí haberme quedado callada. Afortunadamente, el enojo que tenía con su hermano no superaría eso....

— Te das cuenta hermanita - dice Leo en un tono burlesco - te ves bien.

— No debí haber quitado ese alacrán que puse en tu cama cuando teníamos 15 años.

...Me sorprendí, pensé que ella no podía estar hablando en serio, pero vamos, se trata de Gabriella Lombardi y su seriedad nos dejó claro a todos que si lo hizo. Pero la sorpresa de su hermano era mayor....

— ¿Qué? ¿Pusiste un alacrán en mi cama?

— Sí, pero me arrepentí, ¿no?, ya olvídalo. Lo peor que podría pasar es que te picara y murieras.

— ¿Por qué hiciste algo así?

— Porque me ataste a un maldito árbol casi todo el día.

— Eso era una protesta ambientalista para que tú no cortaras el árbol.

— ¿Desde cuándo eras un defensor del medio ambiente?

— Desde el día en el que me di cuenta de que si ese árbol caía, caería sobre nuestra casa.

— No sobre nuestra casa, sobre tu habitación que es diferente... Un daño menor.

— No si caía sobre mí.

...¿Cómo es que no sé habían matado el uno al otro? Son hermanos deberían llevarse bien. Lo peor era que todo el mundo actuaba como si fuera algo normal en ellos dos....

...Y otra cosa que me sorprendió era lo rápido que todo volvió a la normalidad, todo bastó con un: “ya Gabi, perdóname, de verdad lo siento mucho”. ¿Cómo es que el enojo de esta mujer se fue de una forma tan fácil....

— No empieces con tus cursilerías - dijo Gabriella aparentemente intentando que no se notara que la ternura de su hermano era una especie de debilidad para ella - sabes que no me gustan las muestras de cariño.

— ¿Qué crees? A mí si, y somos hermanos así que tendrás que acostumbrarte ya.

...Salió de la habitación, huyendo de las muestras de cariño de su hermano....

— Ah, es un encanto, ¿no lo creen? - dijo Leo antes de irse de la habitación.

— Oh, Esperanza - dije luego de detenerse justo en la puerta - mañana viajarás, mi hermana con su enojo olvidó decírtelo.

...¿A dónde? No lo sé pero creo que tiene que ver con mi aprendizaje, quizás el profesor Alfonso pronto se iría y yo no quería que se fuera, no podía dejarme sola aquí....

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