Capitulo 13.

Terminó besando el suelo del campo de entrenamiento, mi cuerpo da vueltas hasta que quedó boca abajo.

--Levantate, Historia.

Miró a la persona frente a mi, mantiene su postura recta, pero elegante, con una mano detrás de la espalda y la otra sostiene la espada la cual parece brillar por su filo.

Mentiría si dijera que no me duelen las heridas de mi cuerpo, estoy llena de ellas. Mis manos y rodillas sobre todo, tienen raspones.

--Te veías más segura cuando me retaste a un duelo, ¿Porqué? Es una vergüenza que no asumas la responsabilidad.

--Quería probarme...

--¿Por orgullo?

--Por diversión.

Veo a mi padre tensarse, puedo notar los movimientos de los caballeros tratando de intervenir, pero Leonard los detiene.

--Quería saber si sería tan buena como tú, mamá o Leonard.

--Creía que te interesaba más la magia.

--Por supuesto, pero no puedo ser una digna Vermillion si no sé puedo usar una espada correctamente.

Pude ver un atisbo de sonrisa en su rostro, una muy pequeña.

--Bien, Historia. Aprender a usar un arma puede ser un tanto complicado para ti, no tienes la fuerza física de un hombre. Pero como tu ya mencionaste, eres una Vermillion, nos sobra talento.

–La forma en la que empuñas el arma es lo mas importante, en la guerra, si tu posición no es estable en todo momento terminarás con una espada atravesando tu pecho.-- Continúa mi padre.

Su brazo izquierdo volvio a la parte baja de su espalda, su pie derecho estaba un poco más adelante que el izquierdo, pero aún seguía recto mientras su afilada espada apuntaba hacia mi.

El largo cabello blanco recogido en una coleta era movido por el viento al igual que su flequillo, sus ojos grises que me miraban me hicieron sentir como una pequeña presa que estaba a punto de ser cortada a la mitad.

Cuando me levanté trate de mantener la compostura, sostuve la espada de madera tratando de copiar la misma postura que tenía él.

--Encuentra tu propio punto de equilibrio, como una gran pared que no tiene puntos débiles.

Tome el consejo de mi padre, apunte mi espada de madera hacia el, mi pie izquierdo lo puse un paso detrás del derecho e incline un poco mi cuerpo, el dió una sonrisa ¿Lo logré?

Mire a mi alrededo por un momento, mi madre y hermano nos observaban atentos, al igual que los sirvientes y caballeros que estaban entrenando.

–Hay cosas que siempre tienes que recordar, primero...

Alcance a escuchar la lejana voz de mi padre.

Antes de que pudiera dirigir mi mirada hacia el y procesar lo que pasaba, estaba otra vez en el suelo. Abrí los ojos sólo para encontrarme con la punta de la afilada arma contra mi cuello.

–No te distraigas.

(...)

--Ya esta, dolerá al principio, pero te irás acostumbrando.

Mi madre terminaba de ponerme vendas en las manos, y pequeños parches en la cara donde me había lastimado.

El duelo o más bien entrenamiento se había dado por concluido cuando pude evitar un ataque de mi padre. Aunque no es la gran cosa, es un avance muy grande cuando siempre tira a dejarme en el suelo.

--¿Fue difícil para ti?-- Le preguntó a mi madre.

--¿Qué cosa?

--Llegar a ser un caballero.

--Fue... Difícil. Cuando le pedí a tu abuelo que me entrenará se negó rotundamente, lo convencí de que si podía derrotarlo me permitiría entrar a la escuela de caballería.

--Funcionó, ¿No?

--No, tarde años. Años de duro entrenamientos, mis días empezaban en la madrugada y terminaban tarde en la noche, como castigo por perder me hacía correr por todo el campo de entrenamiento sin derecho a comer o beber agua.

--¿No es eso un poco cruel? Eres su hija.

-- Su única hija. Como hoy con tu padre, mis duelos con él fueron mi entrenamiento, y lo que el vivió en la guerra me lo hizo vivir a mi también. Mi cuerpo quedaba más lastimado que el tuyo, me enseñó a ser fuerte, como hoy tu padre te enseña a ti. Aunque un poco mucho más suave.

Desde mi discusión con Leonard el otro día mis padres habían llegado a la capital, se me ocurrió que era buena idea retar al gran Duque Vermillion a un duelo. Al final fue muy mala idea.

Tocan la puerta y la silueta de mi padre entra por esta-. Mira a todos lados antes de acercarse rápidamente, se arrodilla frente a mi tomando mis manos.

--Fui demasiado duro...

--Estoy bien, padre.

--Me contendré más la próxima vez.

¿¡Te estabas conteniendo!?

--Ah... Haha.

--Déjame ayudarte, Leonard nos espera para cenar.

Con ayuda de ambos me llevan al comedor aun cuando dije que no era necesario, tomamos la cena entre risas y anécdotas que me hacen sentir mucho más unida a ellos de lo que ya soy.

Así debería ser una verdadera familia.

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