Capitulo 8.

Mire a mi padre en silencio por un momento, cuando mencioné a Alexandro Silva mi madre y mi hermano se quedaron en silencio también, el incómodo momento se prolongó por unos segundo pero yo lo sentí mucho más tiempo.

--¿Por qué no puedo estar cerca de el?

Pregunte.

--Historia... Sabes que la relación de nuestro padre con el Duque Rain Silva no es exactamente de amistad.

¿Rain Silva? ¿El gran Duque Rain Silva? El hombre que está en el akelarre del emperador... Entonces...

En mi cerebro algo parecio conectar y los recuerdo de la novela vinieron rapidamente a mi, Rain Silva no es exactamente alguien agradable para los Vermillion.

De los dos grandes Duques del imperio, Los Silva son una gran familia igual de poderosa que los Vermillion, pero entre los Silva y los Vermillion no hay una buena relación, no mencionaron la razón en la novela original, solo se dice que el gran duque Rain tiene un gran odio hacia Abraham, mi padre. Y viceversa.

Sabía que habia escuchado el nombre de Alexandro antes, pero no pensé en relacionarlo con el gran Duque Rain, definitivamente tengo que anotar los nombres de los personajes, no puedo olvidarlos de esa manera.

--Me mantendré alejada...

--Bien.

(...)

Algunas horas después partí hacia la Academia, cuando llegue ya estaba oscureciendo asi que me dispuse a llevar mi equipaje a mi habitación, mientras trataba de llevar mis maletas hasta el cuarto piso, una persona vino hacia mi, la que menos esperaba y queria.

--Historia Vermillion.

--....

(...)

--¡¡¡Historia!!!

--Buenos días, Anne.

Afortunadamente para mi Anne y yo eramos compañeras de cuarto, era un alivio tener a alguien conocida ademas ya me había acostumbrado un poco a su escandalosa personalidad, Anne era la hija de un noble caído, un conde, y para devolverle el honor a su familia decidió entrar a la Academia y convertirse en una gran Maga.

--Estaba muy feliz cuando llegaste anoche a la habitación, por un momento me sentí triste al no poder tener la posibilidad de compartir mas contigo.

--Estaremos juntas, no te preocupes.

--Por cierto.... Parecias algo distraída cuando llegaste anoche ¿Paso algo?

--No, para nada.

Sonreí.

Logramos llegar a tiempo a nuestra clase de la mañana, nos enseñaron cosas básicas y conceptos que tenemos que tener sobre la magia, durante el dia tuvimos otras clases que no tenían mucho que ver con mi interés principal pero para algo deberían de servir.

--Historia, vine aqui por orden del líder Silva para enseñarle.

Julius, el chico rubio de antes vino hacia mi, negué suavemente con la cabeza a su propuesta, le había prometido a mi padre que me mantendría alejada de Alexandro Silva y para mi eso significa todo lo que este a su alrededor.

--Me niego a recibir sus tutorías, dígale eso al líder Silva.

Dije, mi voz sono mas segura de si misma de lo que esperaba, el rubio solo me miro en silencio durante unos segundos y luego asintió con la cabeza yendo a la dirección opuesta a la de nosotras, mire su silueta hasta que desapareció en el pasillo, Annie me miraba algo curiosa asi que decidí contarle el hecho de que no podría estar cerca de Alexandro.

Los días transcurrían pacíficamente, para mi sorpresa Alexandro no insistió en que tomará las clases con Julius, además, nisiquiera me dirigia la palabra lo que hacía más fácil para mi mantener mi promesa.

(...)

Oscuridad, me quedé despierta hasta tarde viendo la oscura noche desde la gran ventana de la habitación, Anne ya estaba profundamente dormida y nada parecia poder despertarla, yo estaba un poco deprimida por que no había podido ver a mi familia durante ya algunas semanas, pero almenos podia disfrutar de las cartas que me mandaban todo los días.

Estaba tan concentrada entre mis pensamientos, que la persona enmascarada que salió de repente casi me hace levantar la voz, rapidamente note quien era, Alex.

Abrí la ventana a una velocidad que hasta a mi me sorprendió, Alex entro a la habitacion haciendo completo silencio.

--Pense que estaría dormida, señorita.

--No he podido consolidar el sueño la noche de hoy.

--Note eso, dígame ¿Qué la inquieta?

--Creo que... Extraño más de lo que pensaba a mi familia... Es la primera vez que estoy sin verlos por tanto tiempo.

Respondí sinceramente, puede que no pudiera ver su rostro, pero sentía que Alex era una persona amable.

--Separarse de la familia siempre es nostálgico.

Respondió el.

--¿Cómo sabías que estaba en la Academia?

Pregunte.

--Señorita... No importa donde este, yo siempre la voy a encontrar.

Sus palabras hicieron que el latido de mi corazón se acelerará drásticamente, mire hacia otro lado por un momento.

--C-como sea...

Fue baja, pero pude escuchar una pequeña risa viniendo de parte de el.

--Dime Alex... ¿Eres bueno en magia?

--Pude... Entrar al Ducado Vermillion sin ser notado.

--Tienes un talento.

Por un momento recordé al asesino que entró a mi habitación, no creo que Alex...

Sonreí

--Puede considerar que si, varias personas siempre repiten el hecho de que podría llegar a ser un gran mago si así lo quisiera.

--No lo dudo.

Respondí, por unos segundos nos quedamos en completo silencio, no sabía como continuar la conversación y parecia que el tampoco.

--Dígame... ¿como es su vida en la Academia?

Después Alex, logró romper el silencio con unas cuantas palabras.

--Bueno, es muy interesante y he logrado mejorar mi conocimiento en cuanto a magia se refiere.

--¿No ha tenido problemas?

--Para nada... Aunque... Hace unos dias atras el líder de la facultad de magia me dio un tutor solo para mi.

--¿De verdad?

--Si, pero lo rechace.

--¿puedo preguntar la razón?

--Es algo incómodo... Siento que el espera mucho de mi... Pero Yo, le prometí a mi padre que me mantendría... Con un bajo perfil.

Alex se quedó en silencio durante unos minutos hasta que decidió responder.

--No creo que eso sea justo... Por que aún si no lo intenta, la señorita tiene un brillo natural.

--Pfff ¿A qué te refieres con eso?

--Usted es mucho más radiante que el sol, la luna o las estrellas.

--¿Eh?

--Para mi...

Alex levanto una de sus manos y sus dedos tocaron suavemente mi mejilla, pude sentir el calor que sus manos emaban, era muy cálido.

--Para mi... La señorita es perfecta.

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