No me tengas miedo.

Alejandra.

Me despierto y el señor Dominick está a mi lado, me levanto con cuidado para ir a bañarme antes de que despierte, pero fallo y el señor Dominick se despierta.

Dominico:¿Para dónde va mi bebé mm?

Ángela: Me voy a dar una ducha mi señor.

Dominick: Vamos, sabes que ese es mi trabajo.

Dominick me carga y me lleva a la tina, el agua está a una temperatura perfecta, él empieza a estregarme tal como lo hacía la monjita, sin tocar mis partes privadas, luego me carga y busca unas bragas de ositos y una falda con una blusa rosa, me hace mis dos colitas y bajamos a desayunar me sienta en una silla junto a él en el comedor, nos traen la comida y empieza a darme de comer.

Ángel: Señor Dominick yo puedo comer sola.

Dominick: Yo lo sé, pero tú eres mi bebé así que yo te alimento.

Hice un puchero y sonreí levemente, me sentía como cuando la monjita me cuidaba, ella me bañaba, me daba de comer, me vestía, me cantaba y contaba cuentos y jugaba conmigo todo eso lo hacía mi novio, el señor Dominick y me gustaba mucho.

Al terminar de desayunar subimos al coche y puso mi cinturón de seguridad, se sentó a mi lado en la parte de atrás, él me abrazaba como si quisiera protegerme de todo, llegamos a un aeropuerto nunca antes había visto uno, cuando nos disponíamos a subir apreté su mano muy fuerte, entonces me cargó como uns bebé asustada y eso era, subimos al avión y me sentó en una silla a su lado, abrochó mi cinturón y me preguntó si tenía miedo, yo solo me aguante fuerte del asiento y cerré mis ojos muy fuertes, el tomó mi mano y me calmó, después de muchas horas de viaje estábamos en una gran casa, o mejor dicho, mansión había unos hombres extraños y uno estaba de rodillas no alcance a ver mucho.

Dominick ordenó que me instalarán y me dijo que ya volvía me besó y se fue, yo empecé a recorrer la casa me di la vuelta y fui al jardín, entonces lo vi.

Dominick: Nadie se mete con el demonio y queda ileso, en dónde está bastardo.

Le quebró los dedos con un martillo, quedé fría ese castigo me lo daban a mí, pero era una vara de madera, la cara del señor Dominick era sería, sin expresión, el hombre gritaba y él únicamente martillaba sus manos me quedé un segundo paralizada y luego corrí lo más lejos que pude, ese lugar era enorme, venía un hombre entrando y él me detuvo y me abrazo, yo temblaba literalmente, era un hombre algo mayor, pero su aspecto era tan serio como el del señor Dominick, me abrazó fuerte y yo me aferré a su cuerpo como si fuera un perezoso.

Hombre: Hey bonita, tranquila no llores, a dónde vas, que sucedió, alguien te hizo algo.

Preguntó amablemente el sujeto, ese abrazo me lleno de calidez y me dio seguridad, yo lloraba y negaba estaba temblando y si me trata a mí así no me puedo portarme mal pensé.

Ángela: Señor me quiero ir, déjeme ir por favor.

Hombre: Soy Donato pequeña y te sacaré de aquí, pero debo pagar por ti primero, vamos.

Negué muchas veces no quería regresar, me asusté mucho.

El señor me cargó en sus brazos como a una bebé y al acercarnos se veía movimiento de hombres, buscaban algo.

Dominick: Encuentren a mi bebé ya, o los asesino a todos.

Dijo Dominick y luego miró en nuestra dirección, corrió hacia nosotros y me trató de arrebatar de las manos del señor.

Dominick: Pequeña que sucedió.

Me abracé más fuerte al hombre que aunque era un completo, extraño, en ese momento era un refugio para mí.

Donato: La encontré huyendo de aquí, así que cuánto quieres por ella.

Dominick: ¡Que! no, jamás vendería a mi niña, padrino démela.

Donato: Este ángel es tu novia, pequeña este hombre tiene razón.

Preguntó el señor Donato y yo asentí aún aferrada a los brazos del sujeto, y este me entregó a Dominick. Cuando Dominick me tomó en brazos yo temblaba de miedo literalmente, el miedo se había apoderado de mi cuerpo y es que verlo así me aterró.

Dominick: padrino en un momento lo atiendo, veré por qué mi niña quería escapar.

Subí en los brazos de Dominick, hacia la que sería nuestra habitación, me acostó en la cama y se sentó a un lado.

Dominick: Si sabes que está mal lo que hiciste, sobre todo por qué no puedes abrazarte a un hombre que no conoces.

Ángela: mi señor no me castigue con el martillo por favor, no me parta mis pequeños dedos.

Los ojos de Dominick se abrieron y ya había descubierto el comportamiento de su bebé ella lo había visto en su faceta de demonio y no le había gustado nada, ahora su hermosa bebé le tenía mucho miedo.

Dominick: jamás te haría eso mi bebé, nunca me tengas miedo, recuerda soy tu señor, tu papi, tu amo, tu dueño, jamás te haría daño, no lo olvides, está bien bebita.

Ángela asintió con su pequeña cabecita, entonces el mando a buscarle una tacita con papilla de manzana para darle a su bebé, Ángela si temblaba, la papilla fue traída y él empezó a dársela, cuando Dominick estaba con su bebé parecía que era otro, cuando la tenía cerca no quedaban ni rastros de aquel cruel Demonio de la mafia.

El señor Donato sube a ver qué tanto hace su ahijado y lo que ve lo descoloca , su ahijado tan perverso como nadie, le daba papilla en la boca a la jovencita de hace un momento, jugaba con la cuchara y simulaba que esta era un avión, los pucheros de la chica le daban ternura y quería tenerla cerca no sabía qué le pasaba, pero deseaba ser el quién estuviese en el lugar de su ahijado, regresó a dónde lo esperaba y minutos después bajó Dominick para hablar con su padrino.

Dominick: Padrino disculpe, ahora si soy todo suyo, qué honor su visita en que lo puedo ayudar.

Donato: Dominick, es algún fetiche de ustedes que esa joven actúe como una niña.

Dominick: Padrino es complicado, ella ha sufrido mucho y fue criada como una niña, ella no conoce maldad más de la que poco a poco le voy mostrando.

Donato: Ahijado ella es un ser puro y bueno y tú eres un demonio, no quisiera que la dañaras.

Dominick: Jamás padrino, por ella hago arder el mundo, de aquí no sale, es mía, no me importa a quien me enfrente por mi niña.

Donato: Me alegra verte tan feliz, pero a lo que vine, habrá una reunión con todas las mafias, al parecer se avecina una guerra, la reunión será en Roma, así que quiero que preparemos la seguridad, sabes que nunca se sabe si pueda haber alguna traición.

Dominick: Perfecto padrino, arreglaré todo para ese día, no se preocupe.

Donato: Cuida a ese pequeño ángel, por favor.

El señor Donato se va y Dominick regresa a los brazos de su niña, él ha decidido que no quiere seguir sin poseer por completo a su bebé.

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