18. La Hermandad...

La Hermandad…

“La verdadera hermandad

No requiere lazos de sangre”

José Narosky.

Después de toda la adrenalina que había vivido minutos atrás, me sentía agotado, a Isaac iba arriba de una ambulancia a algún nosocomio de la ciudad, mientras Érick, Carolina y yo íbamos en una patrulla hacia la delegación Cuauhtémoc esposados, Carolina iba abrazada a mí, aun cuando le había dicho al oficial como habían pasado las cosas, nos esposaron a ambos y Carolina, no tuvo más opción que aferrarse a mí, por lo que no tuvieron más que ceder a la petición de mi hermana.

Eduardo. – Mi amor te parece bien si paso por ti a las diez PM

Valeria. – Mi vida estoy agotada, a parte me siento extraña inquieta, sé que quedamos en ir a cenar, pero le puedo pedir a juanita nos prepare algo, o mejor aún pedimos algo por teléfono y cenamos en casa, en una especie de picnic en la sala tirados en la alfombra.

Eduardo. – Lo sé linda, me gusta la idea, te dejo en casa voy a ver a mi hija a cambiarme y regreso te parece…

Juanita. – ¡Bendito sea el señor que bueno que ya está aquí señora…!

Valeria. – ¿Que ocurre juanita, Donde están mis hijos…?

Juanita. – ¡Hará como unos 10 minutos que hablo la niña Carolina, ella dijo que estaba bien…!

Valeria. - ¿Cómo que estaba bien, que pasa juanita?

Eduardo. – ¡Amor tranquilízate! ¿Haber juanita que ocurre con Carolina?

Juanita. – ¡Están detenidos en la delegación Cuauhtémoc…!

Valeria. - ¿Qué, pero que fue lo que paso? ¡juanita por Dios…!

Eduardo. – Deja le, hablo a mi abogado…

Juanita. - ¡Lo único que sé es que a Alex le llamaron por teléfono que tenían a mi niña! ¡él fue por ella…! Yo le pedí que la buscara a usted, pero no me hizo caso, llame a su oficina y solo me dijeron que intentarían localizarla…

Eduardo. – Vamos amor Iván, nos, ve, en la delegación…

Valeria. – ¡Gracias Eduardo… no sé qué haría ahora sin ti…!

Eduardo. – ¡Te amo Valeria, y aquí estoy para lo que sea…!

Erick y yo compartíamos la misma celda en la delegación, me sentía por momentos tranquilo y algunos otros angustiados, por lo que me ponía a dar vueltas dentro de aquella celda, mientras él estaba sentado en un rincón llorando como un niño chiquito, sin decir palabra alguna, solo podía sentir que en ocasiones me miraba, sin tener idea de lo que pasara por su cabeza.

Valeria. – ¿Carolina por Dios que te paso, estas bien, donde esta Alejandro? ¿Qué les paso…?

Carolina. – ¡Mamá por fin, que bueno que estas aquí fue horrible mamá…!

Valeria. – ¡Porque lloras, me estas asustando! ¿dónde está tu hermano…?

Carolina. – ¡Lo tienen ahí adentro ya les expliqué, pero no me hacen caso!, por eso no he querido rendir mi declaración, no con un abogado de oficio…

Eduardo. – ¡Hiciste bien! ya no tarda Iván, mira ahí viene deja voy con él para que vea lo de Alejandro primero…

Valeria. – ¡Gracias Eduardo…! ¡ahora hija cálmate y explícame que me estoy volviendo loca! ¿qué fue lo que paso…?

Jessica. – ¡Aprende a controlarte querido…!

Rogelio. – ¡Quiero que mandes, desaparecer a ese hijo de pu_ta…!

Jessica. – ¡Deja tu histeria para otro momento, necesitas verte dolido, inconsolable por la muerte de Martha, ese sujeto no tiene importancia…!

Rogelio. - ¡No tiene importancia para ti, era el amante de mi mujer, la desgraciada iba a dejarme por él…!

Jessica. – No seas ridículo Rogelio, tu no amabas a Martha, ¿dónde me dejas a mí? yo soy tu mujer hace mucho tiempo, a parte hay muchos intereses de por medio, por eso es que ella está muerta, ahora concéntrate en el mensaje que vas a dar a los medios y en todo lo que vamos a ganar con la muerte de ella.

Rogelio. – ¡No estoy pidiendo tú punto de vista, lo quiero muerto y…!

Jessica. - ¡Querido, que no se te olvide quien soy y quien eres tú! que no se te olvide que, si estas donde estas, es por mí, yo no solo soy tu jefa de campaña o tu amante… ¡y te lo voy a decir una sola vez, y espero te quede muy claro! el partido no va arriesgarse por ti ni por nadie, no es la primera vez que el partido se queda sin candidato en medio de una campaña política electoral, lo que sobra son hombres que deseen ocupar tu lugar y estarán dispuestos a lo que sea por ello…

Rogelio. - ¿Me estas amenazando Jessica?

Jessica. – ¡Si! tu mejor que nadie sabe dónde estas parado, así que deja de hacer o decir estupideces que pongan en juego al partido.

Rogelio. – ¿Y crees que ellos van arriesgarse a perderme…? ¡nada más porque tú lo dices!

Jessica. – ¡Cariño por favor no seas ingenuo! siempre hay un plan B y en ocasiones hay que perder para poder ganar, el partido, y yo vamos a llegar a la gubernatura del Estado contigo o sin ti, no creo que tengas que pensarlo, ¡sería demasiado doloroso para tus hijos quedarse sin padre, cuando acaban de perder a la madre…!

Rogelio. –¡Hija de la chi_ngada…!

Jessica. – ¡Yo no soy Martha querido! así que ten cuidado como me hablas, mejor ve con tus hijitos y dales consuelo, y procura que todos te vean llorando por la muerte de esa…

Valeria. - ¿Cómo están las cosas Licenciado?

Iván. – Al parecer Isaac, rindió su declaración en la cruz roja y acusa a tu hijo de intento de homicidio…

Valeria. – ¡Dios mío, pero no es así, mi hija me dijo como fueron las cosas y yo creo en mis hijos…!

Iván. - Lo sé en estos momentos están practicándole un examen médico a Carolina, en cuanto terminen dará su declaración de los hechos.

Valeria. – ¡Quiero ver a mi hijo licenciado…!

Iván. – Acompáñame.

Eduardo. – Tranquila amor, ve yo a provecho para hacer una llamada y ver como esta mi niña…

Valeria. – ¡Eduardo no tienes que quedarte, ve con tu hija ya has hecho suficiente!

Eduardo. – ¡No voy a dejarte sola, eres la mujer que amo y aquí voy a estar contigo el tiempo que sea necesario, ve a ver a Alex!

Valeria. - ¡Gracias mi amor…!

Iván. – Listo puedes pasar…yo estaré con tu hija…

En momentos difíciles es reconfortante saber que no estás solo, que, a pesar de las circunstancias de la incertidumbre, hay alguien para brindarte apoyo y demostrar cual importante eres, que pase lo que pase está ahí, sin importar las consecuencias, sin importar cuanto pueda un hecho cambiar la vida de todos los involucrados, sin imaginar el rumbo que debas tomar, sin imaginar todo lo que tengas que enfrentar en ese proceso, incluso en algunas ocasiones estar de frente a tu pasado.

Fernando. – ¡Señorita, buenas tardes! disculpe podría informarme sobre el detenido Alejandro Rey…

. – Permítame un segundo…

. – ¿Que es tuyo Fernando?

Fernando. - ¡Samuel! ¿Qué haces aquí…?

Samuel. – Estoy cubriendo las vacaciones de un amigo… ¡me da gusto verte te he estado buscando, necesitamos hablar…!

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