9. Una vida paralela...

Alejandro. – ¿Y después, mmm…?

Fernando. – No. él no me dejo después de eso las cosas mejoraron entre nosotros al grado que dormíamos juntos, si tuvimos más discusiones, y si volvió amenazar que se iba y que no iba a volver a saber de él, pero en esa ocasión fue diferente le dije vete cuando quieras me va a doler, pero esta vez no voy a pedirte que te quedes.

Alejandro. – ¿Fue en ese momento, cuando se fue supongo??

Fernando. – No, seguimos viviendo juntos cambio mucho en muchos sentidos, pero bueno una tarde regrese antes de lo previsto y lo encontré en la cama, en mi cama con otro tipo, hubiera querido matarlos a los dos, pero Salí del departamento corriendo, fue tras de mí pero no hice caso, no estuve en dos días en mi casa, en el hospital lo evadí a cada momento mi bíper se saturo de mensaje tras mensaje jamás le conteste, jamás lo volví a ver, simplemente, fui yo quien dejo la casa y bueno hoy esta es mi casa.

Alejandro. – ¡Pero él fue quien debió irse no tu… era tu casa!

Fernando. -Tal vez, pero me di cuenta que de nada servía dedicarle mi vida, si no era capaz de amarme, claro que quise reclamarle, que me diera una explicación, pero haberlo hecho hubiera sido darle motivos para hacerse la victima porque muchas ocasiones terminé pidiéndole perdón, era en ese momento ideal para dejarlo ya no iría yo al hospital, trabajaría en otra clínica ya había planes para mi consultorio propio era ese el momento ideal para dejarlo para siempre…

Mi madre creía que yo no sabía nada de mis medios hermanos, pero hacía mucho tiempo que lo sabía, claro que no fue fácil asimilarlo, aun a pesar de que no tenían nombre ni rostro, que si dolió vaya que dolió sentir que Oscar los prefirió a ellos, aun hoy en día sigo preguntándome porque nos sacó de su vida, que hicimos mal como hijos, para que simplemente nos borrara de su vida, no sé cómo es que pudo y puede vivir, así como si nada, que fácil puede resultar para algunos olvidarse de un hijo.

El tiempo siguió su curso, poniendo de alguna manera cada cosa en su lugar, yo comenzaba a ver los resultados de ir a correr con Fernando, empezábamos también con clases de natación, íbamos al cine algún café, o alguna librería, la verdad es que admiraba como se desenvolvía Fernando ante los de más, tan seguro de sí, con tanto carisma a donde fuéramos de una u otra forma siempre terminaba siendo el centro de atención, y claro no faltó quien incluso, llego a coquetearle incluso algunas mujeres.

Mi hermana ya estaba trabajando con mi madre en la hipotecaria, organizando todo para la, expo vivienda, esa tarde andaban de compras, sin imaginar aquel encuentro tan desafortunado, el cual fue inevitable evadirse al quedar frente a frente…

. – Mira nada más que chiquito es el mundo, buenas tardes Valeria… ¡te estoy saludando! ¿Que no tienes educación?

Valeria. – ¡Por Dios! ¿De qué me hablas? en primera tu y yo no somos amigas, en segunda, tu eres la menos indicada para hablarme de educación…

Carmen. – No sé por qué lo dices en ese tono, o como es que crees que eres más que yo querida, te guste o no soy una señora con principios y valores de una familia muy bien acomodada, te guste o no soy la señora Rey…

Valeria. – Jajaja ¿y dónde diablos dejaste esos principios y valores cuando le abriste las piernas a mi marido…? ¡Aquí la única señora soy yo! tu solo siempre vas hacer la segunda, la otra, ¡y por mucho que hoy lleves el apellido Rey, siempre vas hacer la perr@ mal parida que se metió con un hombre casado…!

Carmen. – ¡No te permito que me hablas así! ¡Te guste o no Oscar es mío y de nadie más, termina de aceptar que te dejo por mí que…!

Valeria. – Jajaja ¿en verdad eres o te haces la estúpida? ¡Por Dios vete en un espejo Carmen y veme, no hay punto de comparación estas, gorda ve las garras que traes puestas! Carmen que no se te olvide, que si Oscar está contigo, es porque fui yo quien lo mando al diablo, y cuando nos hemos visto ha sido con relación a nuestros hijos y nada más…

Carmen. - ¿Cómo que se han visto? Él me ha jurado que…

Valeria. – ¡No me importa lo que te haya jurado, no me importa tu vida, o la de tus hijos! ni siquiera me importa si Oscar es tan cobarde que no se ocupa de mis hijos, gracias a Dios me tienen a mi… mucho menos tengo la culpa de ser el amor de su vida...

Carmen. - ¿De qué me estás hablando?

Valeria. – Pregúntale quien es el amor de su vida, a ver si tiene los pantalones para decírtelo, ¡por qué ese amor soy yo!

Carolina. – Mira mamá… ¿ocurre algo…?

Valeria. – Nada hija aquí esta tipa, que me confundió, con la señora Rey, nos vamos hija…

La Traición…

“La traición se comete muchas veces

Por debilidad que por designio

Premeditado traicionar”

François de la Rochefoucauld.

La vida es una encrucijada, te lleva por muchos caminos hasta que de una u otra manera va hilando el destino, cruzando los caminos de unos con otros sin imaginar la bola de estambre que deja al final con tantos enredos.

Jessica. – ¡Buenos días Martha…!

Martha. – ¿No te parece que es muy temprano para que estés en mi casa…?

Jessica. – Soy una mujer con mucho trabajo, a cargo de lo que va hacer la campaña de tu marido, es urgente me firme algunos documentos, ¡es temprano para que traigas una copa de coñac… querida…!

Martha. – Eso es algo que a ti no te importa, no creas que no me doy cuenta de tus intensiones Jessica ¡porque estúpida no soy…!

Jessica. – ¡Lo sé… eres alcohólica querida! Qué bueno que te das cuenta de mis intenciones, porque soy yo la que va hacer primera dama de Zacatecas.

Martha. - ¡Estas completamente loca! Si crees que eso me preocupa, no me importa si eres la amante en turno de Rogelio, no me importa ese cargo en lo absoluto, lo que más deseo en la vida desde hace mucho tiempo es divorciarme, ¡no sabes el infierno en el que he vivido todos estos años! si tú crees que a lado de, él vas a tener un final de cuento, querida estas muy equivocada.

Jessica. – ¿Entonces cómo es que sigues con él? ¡Claro la vida sin él probablemente sería en la miseria ya entiendo…!

Martha. – ¡Mil veces preferirá vivir en la calle debajo de un puente, pero tú no eres madre no podrías entenderme jamás…!

Jessica. – Esa siempre ha sido la excusa perfecta para mujeres como tú, porque si Roger ya es mayor de edad y la odiosa de Cristina ya tiene la edad suficiente para entender que ustedes no se aman… ¡y no querida yo no busco un final de cuento eso no va conmigo…!

Martha. Ojalá fuera así de fácil como tú lo planteas, pero algunas mujeres como yo no tenemos opción de elegir, si mi hija es una odiosa como tú la llamas, pero es igual a Rogelio y ha sido una lucha constante por que sea diferente, pero supongo ya lo trae en la sangre, porque mi Roger es un gran tipo, con un corazón enorme como el de mi... santa madre que, en gloria este, y si pude haberme largado de aquí hace mucho tiempo, pero el precio era muy alto, ¡no iba a dejar a mis hijos solos con ese monstro…!

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